Capitulo 15

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—Navidad De Locos—

Eran ya las 21:00 PM de la tarde y los invitados estaban por llegar, pensó Hesper, la cual estaba tumbada en el sofá mirando al techo con una mano reposando sobre el estómago y la otra, acariciando el pelaje de Midas que estaba justo debajo echado sobre la alfombra.

«Debe de haber una forma de largarme sin que me echen en falta» se dijo a si misma Hesper en un intento de pensar en algo ingenioso que la ayudara, pero nada, no había encontrado ninguna excusa posiblemente razonable y no podía fallarle a Gus. Estaba haciendo eso para que su amigo saboreara las Navidades como era debido y no con los insultos y blasfemias de Marisa junto con las horripilantes risitas tontas de Jota Jota.

Hacía un día, el mismo en el que volcó el vaso de zumo de uva sobre la nueva alfombra de Jody, había salido junto con su padre y abuela a comprar los regalos de navidad que tenía planeado enviarles a todos sus nuevos amigos y a Gus. Fueron al callejón Diagon para las cosas que no encontraron en las tiendas muggles.

Su padre la llevó a lo que fue su tienda favorita durante su infancia, Gambol & Japes. De allí compró dos paquetes que contenían bengalas y petardos por no decir más artilugios de fuego que Hesper no supo su nombre pero si sabía que eran del doctor Filibuster. Compró dos ya que uno era para Fabian y el otro para su gemelo Gideon, amantes de las bromas pesadas.

En una tienda de la que no se acordó del nombre, compró un cojín de al menos el tamaño de un pupitre escolar en cuanto a ancho y con el relleno interior parecía un mini colchón abultado. En ese cojín ponía algo que le pareció perfecto a Hesper, la frase era na siguiente: «El Tamaño Nunca Importa Si No Eres Un Poco Despistado.»

Esa frase le pareció perfecta para Alice, sin ánimo de ofenderla, pero Hesper pensó que con un cojín de ese tamaño dejaría de robar los de los demás, además de que el cojín era mágico, cambiaba de color según lo que estuviese soñando su poseedor o quién se durmiera encima. También, tenía un hechizo que lo vinculaba a su dueño, para evitar que lo robaran o perdieran.

Luego, con su padre casi saltando por los aires de la emoción cuando le dijo que quería ir a una tienda de deportes mágicos mientras su abuela hablaba animadamente con una señora que Hesper no conocía ni de lejos, entraron en Artículos De Calidad Para Quidditch. Buscó junto con Stephen una escoba que destacara para comprar y encontraron una que Hesper se centró en el pensamiento de que le encantaría a Marlene haciendo que esta dejara de quejarse por tener que robar escobas del colegio que iban más lentas que Gus cuando había comido hasta reventar. De paso les tocó un kit para el cuidado la escoba que venía a juego ella. Lo pagaron y se dirigieron hacia su siguiente tienda prevista.

Estuvo casi diez minutos intentando examinar, junto con su padre una pluma. Según decía la etiqueta, a esa pluma no se le gastaba nunca la tinta y además conseguía hacer que incluso na peor caligrafía del mundo fuera legible, y la pequeña sabía lo mucho que le gustaba a Lily cambiar de caligrafía cuando se aburría y ese sería su mejor regalo para ella, pues se adaptaba a los gustos de cada cual. Para que el regalo no quedara tan pobre compró de paso un vestido muggle que su madre llevaba meses insistiendo en comprárselo, pero Hesper se negaba al momento. Supuso que por los gustos de Lily en cuanto a llevar faldas y vestidos ese le iría increíble. Era un simple vestido azul oscuro de cuello normal, con las mangas largas que se ajustaban a los pequeños brazos de una niña y que llegaba por la rodilla. Tal como a la pequeña pelirroja le gustaba.

A Frank, le compró en su paso por la tienda de Quidditch unos guantes nuevos porque no dejaba de quejarse de que los suyos estaban demasiado desgastados para usarse y un libro de excusas que había encontrado en una librería muggle que le serviría mucho en Hogwarts para librarse de sus líos, los cuales eran muchos. Por más que pareciera un chico tranquilo, era igual de revoltoso e inquieto cómo los gemelos Prewett.

Oblivion |Época De Los Merodeadores|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora