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Gabriel Agreste se sentía sofocado. Iba de camino al instituto con al menos seis mini van siguiéndolo. Estaba seguro de que en algún momento alguno tendría la brillante idea de sacar un megáfono y llamarlo a gritos. Estúpidos noticiarios. Lo tenían hastiado desde que dos villanos atacaron el Françoise Dupont. ¿Y qué que él no hubiese estado en la escuela? Nadie había muerto ni resultado herido.

Suponía.

Llegó a su oficina con su típica cara de pocos amigos más notable que nunca. Le dolía la cabeza y no estaba de un humor favorable. Su asistente, Nathalie, estaba allí con su agenda de aquel día y probablemente con las noticias correspondientes al instituto. Se odiaba por haber decidido ser director, pero era algo necesario.

—Bienvenido, señor Agreste —le dijo Nathalie.

Gabriel no le respondió nada y se sentó en su silla.

—Nathalie, tráeme dos Tylenol y un vaso de agua. —Gabriel se quitó sus anteojos y se sostuvo el puente entre los ojos.

Estúpidos, estúpidos reporteros.

Nathalie le llevó su pedido y luego aguardó expectante frente al escritorio de su jefe.

—¿Qué sucede, Nathalie? —preguntó Gabriel sin verla.

—Es acerca de la fiesta de Halloween del sábado, señor.

—¿El señor Jagged Stone no votó por Adrien?

—Sí, señor. Adrien fue coronado. Es sólo que se ha esparcido el rumor de que su hijo...

—Termina la frase, Nathalie. Sabes que eso me desquicia.

—Dicen que el joven Adrien tiene novia, señor.

Gabriel permaneció callado. ¿Tan rápido Adrien había encontrado novia? No lo creía. Quizás... quizás Adrien era igual que su madre después de todo, y amaba tanto las cosas como las personas con facilidad. Pero, ¿una novia?

—¿Tu qué piensas al respecto? —le preguntó a Nathalie mientras encendía su computadora.

—No sé qué creer, señor. Es cierto que el joven Adrien ha estado muy alegre desde que llegó aquí, pero en lo personal no sé qué creer.

A Gabriel no le gustó lo que escuchó, Nathalie siempre tenía la respuesta de todo. Ella entendía a su hijo mejor que él.

—¿Quién ganó junto a Adrien el sábado?

—Ese es el caso, señor. —Nathalie se veía nerviosa—. La chica que ganó junto a él es la que todos piensan que es su novia.

—Y tú no sospechaste nada de eso al elegirla.

—La elegí al instante, señor, desde que la vi. Era el mejor disfraz de todos.

Gabriel tecleó rápidamente en el buscador el blog del colegio. Había un montón de fotos en la galería de diversos grupos de estudiantes en los que la mayoría iban disfrazados de Ladybug, incluso algunos varones. La foto final fue de la coronación.

Gabriel la examinó. La chica se le hacía familiar. Pelo azabache, ojos azules. Un exquisito vestido negro con la falda degradada a rojo con motas. La corona de plástico de ganadora en su cabeza. Guantes de encaje. Lo único que él creía no encajaba con su disfraz era el antifaz blanco. Luego al mirar su hijo sintió algo removerse en su interior. Adrien llevaba un antifaz negro. Creyó entender lo que pasaba.

—Ellos cambiaron antifaces —murmuró Gabriel lo suficientemente audible para Nathalie—. ¿Por qué?

—Señor... Creo que debería ver el blog de una estudiante de aquí. Es un blog dedicado a Ladybug, pero ella subió un vídeo del joven Adrien y la jovencita. Todo el mundo... grabó ese momento, señor.

¿Quién es Ladybug? [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora