Puzzles, lovers

623 65 21
                                    

Advertencia: El siguiente one-shot contiene escenas sexuales explícitas, además de no tener una concreta línea de tiempo por lo que puede resultar confuso y muchos escenarios podrían no tener sentido a menos que comprendan cuál es la realidad y cuál la fantasía. También es un MPreg (Male pregnant), el primero que escribo. Lo hago para que piensen, perras♡.

_________________________

Estábamos sentados uno frente al otro, sin decir nada, solo nos mirábamos fijamente. La habitación parecía volverse negra y a veces blanca, nunca un punto intermedio, pero luz había siempre. Tú parpadeabas de tanto en tanto, serio, con ese peinado que descubría tu frente y te favorecía tanto, tus piercings de a rato soltaban un destello cuando la habitación se volvía blanca. Yo te analizaba y tú me analizabas. Podía ver ese fuego descontrolado que ocultabas tras tu mirada tranquila, qué buen mentiroso. Pronto mi estómago rugió y solo entonces atreví a mover mi mano para reposarla sobre este, bajando mi mirada. Tenía hambre.

  — Come.

Tu voz sonó y el eco se produjo. Al alzar mi vista noté que me habías extendido un plátano. ¿De dónde lo sacaste? Bueno, no me importa, tenía hambre y venía de ti. Tomé dicha fruta sin rechistar y la pelé, llevándola a mis labios mientras volvía a clavar mi mirada de falsa inocencia en ti. Lentamente empecé a comer, sin perder el contacto visual contigo. Pude percibir como tus pupilas se dilataban ligeramente, tragabas en seco y tu lengua salió a humedecer tus labios, eras como un tigre anhelando a su presa. Entreabrí un poco más mis labios e introduje el plátano dentro de mi boca, sintiendo el calor crecer en mi pecho y extenderse a todo mi cuerpo, tuve que remover las piernas cuando sentí la excitación acariciarme sin permiso. El plátano sabía amargo. Al parecer eso también te movió. Te levantaste y te inclinaste hacia mí, tomando mi muñeca y acercándote a lamer el plátano cuando apenas me aparté, invitándome a seguirte el ritmo. Nuestras mejillas estaban rojas por el calor, nuestras lenguas jugaban a buscarse pero nunca a tocarse, porque si se tocaban era nuestra perdición. Poco a poco me fui levantando y esta vez tú te sentaste, pero ninguno dejaba de salivar la fruta que de forma lenta fue tomando un sabor más dulce; gateé por le mesa  y me quedé en esa posición hasta que lo inevitable pasó. Tu lengua tocó la mía y el mundo se volvió gris, el blanco y el negro se combinaron. 

El plátano terminó en segundo plano contra el suelo mientras que tú tomabas mis piernas y las abrías para estar entre ellas, acorralándome contra la mesa en lo que yo me aferraba a tus hombros, fundiéndonos en un húmedo y sucio beso. Me mordiste y yo me dejé, soltando un suspiro que delataba la enorme necesidad que tenía de ser tomado por él, sentirlo caliente en su interior y volverme uno con él.

  —  Joshua.

Gemí con fuerza  cuando tus manos hacían lo suyo sobre mi cuerpo. Se estremecía y retorcía, poco a poco nuestras prendas iban desapareciendo de sus cuerpos para terminar en el suelo, logrando por fin que nuestras pieles se rozaran ¿En qué momento fue que nos bañamos de placer? ¿En qué momento tú entraste en mí y el dolor desapareció? Te lo dije, me lo dijiste, era un juego... Un juego en el que perdí yo. Aún así me llevaste al cielo, me sentí rodeado de estrellas

  — ¡Ahhh!

Arañé tu espalda cuando las embestidas me hicieron llegar al orgasmo, seguido de ti. Tu sonrisa burlona se hizo presente ¿Cómo alguien tan hermoso como tú llegaba a sonreír de esa forma y derrumbarlo todo? Era un juego. Un juego para ti. Te aparté de mí y te abofeteé, te grité. Tomé mi ropa, me cambié y empecé a correr lejos de ti, viendo las vías del tren. Poco a poco bajaba la barra, poco tiempo tenía para cruzarlo. Diez segundos.

Nueve segundos.

Ocho.

Siete. 

Seis.

JiHan One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora