Capítulo Cuarenta y Dos

Start from the beginning
                                    

No. No. No puede ser.

Mi respiración se acelera y entonces la puerta se abre y observo a papá. Él se apresura hacia mí.

— ¿Los mellizos? ¿Dónde están?

—Cariño...

— ¡Mis hermanos! ¿Dónde están? Jorge él, él nos atacó y...

—Grace, cariño calma...

— ¿Dónde está Cheryl? — Comienzo a gritar aun cuando se siente como si hierro fuera forjado a mi garganta— ¡Chase! ¡Cheryl!

Intento sentarme pero las manos de papá van a mis hombros. Sus ojos se humedecen mientras me observa con fijeza. No va a gustarme lo que va a decirme, lo sé.

—No están Grace, ellos se fueron. Murieron.

—No...

—Cariño, murieron hace un tiempo.

—Pero... pero... ellos estaban y querían que los llevara al cine ¡Fui con Anthony! Jorge, papá, Jorge apareció y...

—Grace, no están

— ¡Estás mintiéndome!

—Cariño mírame. Respira.

Sigo las indicaciones que me da y tomo profundas respiraciones mientras siento mi rostro húmedo por las lágrimas.

—Se han ido...—susurro.

—Hace 6 años. Lo sabes cariño.

Parece asustado mientras me observa, como si esperara algo de mí. Tomo un profundo respiro y entonces cada cosa comienza a llegar a mí.

Murieron hace 6 años. Se fueron.

No siento ardor en mi espalda, pero otras muchas partes de mi cuerpo duelen. Mi costado arde.

Si esto no es un recuerdo ¿Entonces, qué es?

Observo de nuevo a los ojos cansados de papá, parece aterrado.

— ¿Lo recuerdas, verdad? Dime que recuerdas que eso pasó hace 6 años, cariño.

—Lo... lo recuerdo.

El alivio atraviesa su rostro antes de que bese mi frente. Cierro mis ojos y entonces lo entiendo. Abro mis ojos de nuevo.

— ¡Ethan! ¿En dónde está Ethan?

El doctor entra a la habitación e ignora mis preguntas sobre Ethan mientras me evalúa. Jadeo cuando haciendo a un lado mi bata encuentro una venda. Y cuando la retira casi podría desmayarme al ver el profundo corte. Me da náuseas y giro mi rostro.

Al menos mi espalda solo la vi cuando las heridas estuvieron cerradas.

— ¿Qué me ocurrió?

—Has estado 3 días inconsciente, ingresaste con mucha pérdida de sangre. Tuviste suerte— lo observo—. Este es el resultado de la perforación de parte del auto. Era un corte profundo y temimos que hiciera daño de manera interna. La cirugía fue difícil para extraer la pieza encajada, pero lo logramos.

¿Qué carajos? Estoy entre anonadada e incrédula. Eso suena como algo grave... y algo horrible. Volteo a ver a papá.

— ¿Otra cicatriz? — susurro.

—Trabajaremos en ello, siéntete afortunada.

Afortunada.

No me siento de ese modo.

—La enfermera vendrá a darte calmantes para el dolor. Pasaré a revisarte en poco rato. Bienvenida de nuevo Grace Spear.

Aun llena de incredulidad y mucho dolor en mi costado, veo al doctor retirarse. Vuelvo la vista a papá.

Los Miedos de Ethan (BG.5 Libro #3) Disponible en libreríasWhere stories live. Discover now