Capítulo Veinte

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Capítulo veinte.

—Hola—digo en voz baja. Anthony se sobresalta tanto que los libros que sacaba de su casillero caen al suelo.

No puedo evitar sonreír mientras me agacho para ayudarlo.

— ¡Pero que susto! ¿Qué diablos te...? ¿Grace?

—Si ¿Qué tal todo, Anthony?

—Yo... eh... bien, si, supongo... que ¡Grace!

Doy una pequeña risa mientras le extiendo el último libro y nos ponemos de pie. Ocho meses desde nuestra cita. Casi seis meses desde la última vez que le hablé.

Nos observamos y rasca de manera distraída su cabello, hay un pequeño eco de las mariposas de alegría que solía sentir al verlo. Cuando era una persona feliz.

—Escuché que es tu cumpleaños—digo tras el silencio.

—Uh... si.

—En ese caso, feliz cumpleaños.

— ¿Sería mucho pedir un abrazo?

Miro mis pies antes de acercarme y darle un abrazo que pretende ser breve, pero cuando noto la calidez de su cuerpo y lo reconfortante que resulta ser abrazada, no me alejo. Lo abrazo con más fuerzas.

—Lo siento mucho, Grace.

—Lo sé. Yo no quiero estar más triste.

—Y yo no quiero que lo estés.

—Ayúdame.

—Voy a ayudarte, Grace. Lo prometo.



Es la primera vez que como sushi y he decidido que me gusta. Ethan ríe ayudándome a tomar un roll, yo río porque cae. Se acomoda mejor a mi lado y me ayuda a guiar uno a mi boca.

—Delicioso—digo. Él toma un poco de ensalada y la guía a mi boca—. Esto es cursi.

—Calla y come, que eres un desastre al intentar tomarlo.

Río de nuevo y abro mi boca aceptando la ensalada de mariscos. Él toma un poco para sí mismo y otra comida japonesa de la cual no recuerdo el nombre. Siento que ordenó mucha comida pero me ignoró cuando se lo mencioné.

Intento de nuevo con los malditos palillos y fallo. Frunzo de inmediato el ceño, estoy amando esto pero los malditos palillos me odian. Lo intento de nuevo y cuando lo logro el roll se deshace dentro del recipiente con salsa.

—Me rindo, ayúdame a comer.

—Con gusto. Intentémoslo de nuevo.

Me ayuda a tomar los palillos y luego lleva el roll a mi boca. Delicioso. Repite la acción pero esta vez lo lleva a su boca.

—Siempre serás mi compañero de sushi.

—Eso suena a que me mantendrás por mucho tiempo, habladora—me sonrojo—. Y eso me gusta.

Continuamos en esa extraña forma de comer y riendo sobre algún tema de conversación. Noto que a diferencia de cuando la relación no era real, Ethan en todo momento esta relajado. Seguro que no es un novio romántico o cursi, pero es atento y cariñoso a su manera.

— ¿Has dormido alguna vez con una fan?

—Seguro que esa es una pregunta muy incómoda.

— ¡Vamos! No es como si yo pensara que tú eres virgen. No voy a enojarme, solo tengo curiosidad.

Los Miedos de Ethan (BG.5 Libro #3) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora