32 | Eres

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Estoy temblando de pies a cabeza.

Jamás me había sentido tan nerviosa como en estos momentos y por mucho que respire hondo e intente tranquilizarme, no logro calmarme ni un poco. No dejo de jugar con el anillo que se encuentra en mi dedo índice y tampoco dejo de mover la pierna izquierda.

Intenté mantenerme en el hospital tanto como me fue posible. Le pedí al doctor Hawkins que me dejara quedarme en las cirugías programadas para hoy, cubrí turnos extras y tomé casos clínicos que no me correspondían con tal de mantenerme ocupada y retrasar mi llegada al inminente evento, pero todo fue en vano.

Luego de asistir dos cirugías, cubrir a Cara y a Alessa y dar mi posible diagnóstico sobre un par de casos clínicos, la doctora Evans me pidió que me retirara a casa para descansar y a pesar de que me negué, no pude hacer más.

Ahora con todas las horas extras que hice en el hospital, parece que puedo faltar una semana completa.

Pero a dónde realmente quiero faltar es a la cena de compromiso de Gabriel y Candice.

Antes de recibir la visita de Nate en el hospital estaba insegura de venir. Y después de su visita y la pequeña reunión que tuvimos, estaba completamente aterrada. Sin embargo, las alarmas en mi interior se encendieron cuando lo vi bastante preocupado por el estado de ánimo de su hermano y luego de que me pidiera que lo ayudara, lo reconsidere.

El problema fue que no podía ayudarle de la manera que él quería y me propuso otra cosa: únicamente asistir a la cena, con tal de que Gabriel no tirara todo a la basura —el compromiso falso, el acuerdo y la supuesta paternidad aún no confirmada— o que en su defecto, lo hiciera al verme ahí.

Por supuesto que lo segundo, no es opción. Ni por su bien, ni por el mío.

Y por eso tenía que asistir y hablar con él. Para —según Nate, y cito textualmente—, convencerlo de cometer suicidio.

Quise negarme, pero en vista de que los Houghs parecen ser bastante persistentes, no pude decir que no y por eso, heme aquí, fuera del salón de eventos dónde se realizará la ceremonia, dentro de un lujoso hotel.

El evento, al parecer es bastante privado. Solo familiares y amigos cercanos son los únicos con acceso a la ceremonia. Sin embargo, se le dió la exclusiva a una renombrada revista de cotilleos para que anuncie el compromiso públicamente.

«Tienes que tranquilizarte, Alice. Solo será una cena» Me digo, en un vano intento de calmar mis nervios.

—¿Segura estás bien? —Inquiere Daphne, a mi lado. Esta noche se ve preciosa. Lleva un vestido de corte recto y largo hasta las rodillas, en color uva con un discreto y elegante diseño off shoulders. Sus ondas rubias, están recogidas en un moño semi despeinado y su maquillaje la hace ver muy natural—. Podemos irnos cuando quieras.

—No puede irse —Refuta Beatriz, a mi otro lado—. Tiene que enfrentar la realidad de una vez por todas —Resuelve. Mi hermana también luce radiante. Lleva un vestido color rojo vibrante, por encima de la rodilla. Es completamente liso y ceñido a las curvaturas de su esbelta y bien definida figura. Lleva su cabello echo en ondas, hacia un lado y unos labios rojos que acentúan sus facciones.

—Estoy bien —Digo—. Es una simple cena, ¿de acuerdo? Nada personal —Musito.

Yo, a comparación de mi hermana y mi mejor amiga, salí de mi zona de confort y deje de lado mi gusto por los colores oscuros. Opte por un vestido corte imperial que me llega hasta la altura de los muslos, en color rosa palo con detalles de encaje. Mi cabello tuvo piedad de mi, porque pude hacerlo en ondas no tan desordenas que dieran un aspecto peinado pero no tan formal.

End of The DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora