26 | ¿Es una cita?

9.1K 433 74
                                    

-Gabriel -Suelto a forma de saludo.

A estas alturas ya no me sorprende encontrármelo. Es como una broma de mal gusto del destino: cuando menos quiero enfrentarlo es cuando más cerca lo tengo. Supongo que eventualmente me voy a acostumbrar, por mucho que no quiera.

Expulso el aire contenido en mis pulmones y me obligo a mirarlo por un momento. A diferencia de las veces anteriores que hemos estado juntos, hoy luce preocupado y exhausto, sin embargo su porte elegante, permanece intacto bajo esa camisa de vestir azul y esos pantalones azules que lleva puesto.

-Encontraste uno de mis lugares preferidos -Comenta. Me observa con atención por unos segundos y luego una sonrisa curva sus labios-. ¿Cansada? -Inquiere, en cuanto divisa mi pijama quirúrgica.

-Vine aquí por un poco de paz -Musito, volviendo la vista al río-. Ya te imaginarás.

No quiero hablar sobre mi estado de ánimo. Ese sería, probablemente, el tema que menos quiero tratar porque ni siquiera yo sé cómo me siento, así que me quedo en silencio a su lado, por un rato. Él permanece absorto con la vista al frente, mientras que yo hago lo mismo e internamente ruego que no me atiborre de preguntas.

-¿No te parece extraordinario? -Cuestiona, sin apartar la vista del frente.

-¿El qué? -Inquiero, pasando mi atención en su perfil por escasos segundos.

-Este momento -suelta-. Voluntariamente jamás habrías aceptado estar aquí conmigo, pero heme aquí a tu lado. ¿Casualidad o destino? Llámalo como quieras.

-No me estarás siguiendo, ¿verdad? -Suelto a modo de broma-. No me sorprendería, luego de la última vez -No necesito entrar a esos temas del destino o la casualidad o cualquier cosa que me involucre con Gabriel en estos momentos. Sería catastrófico para mi, justo ahora.

-A mi no me sorprendería que fuera al revés -Dice, de vuelta-. Aunque he de admitir que tu eres más del estilo de huir o desaparecer. Y hablando de desaparecer, ¿Cómo llevas el asunto de Daniel? -Pregunta más serio, después de un poco de hilaridad.

-No hemos hablado mucho últimamente -Confieso-. No es que tengamos muchas cosas de que hablar, ¿verdad? ¿Y tu cómo llevas el asunto con Candice?

-Prefiero mi soledad, últimamente -Levanta los hombros-. O tu compañía, en dado caso -Acota, observándome.

-Me siento halaga, Hough -Me sincero-, pero... ¿qué? -Inquiero, en cuanto veo que una pequeña sonrisa que se me antoja irónica lo invade.

-¿Por qué siempre debe haber un pero contigo, Gallagher? -Cuestiona, sin hacer desaparecer su sonrisa-. ¿Porqué haces que todo parezca tan complicado?

-Porque así son las cosas, Gabriel. Complicadas -Suelto. El ambiente entre nosotros no es tenso como la vez que estuvimos juntos en el restaurante, sin embargo hay cierta energía que no nos permite hablar lo suficiente el uno con el otro como lo hemos hecho veces anteriores. Hoy es diferente. Ambos parecemos tensos, cansados, decepcionados y tristes hasta cierto punto. No hay energía ni siquiera para discutir cómo usualmente pasa con nosotros-. Siempre habrá un pero entre nosotros y sabes a qué me refiero. A quien me refiero -Corrijo.

-¿Leíste la carta? -Indaga, ignorando por completo lo anterior. A veces me asombra su capacidad para cambiar el tema en segundos, pero esta vez lo agradezco.

-Aún no -Niego-. Tienes esa gran facultad de hacer un lío en mi cabeza, Gabriel y no necesito eso en estos momentos -Digo sin más, puesto que ya lo había exteriorizado con anterioridad.

Y aún así, mis palabras lo toman por sorpresa. Lo noto por la forma en la enarca ambas cejas con asombro y me mira.

-Entonces no lo hagas -pide-. No la leas.

End of The DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora