Capítulo: 3

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Capítulo 3

Milagrosamente me desperté por mis propios medios y no por los gritos histéricos de mamá. Por un momento me aterra de que solamente sea un sueño ¿Sera posible soñar algo así? De manera lenta me pellizco el brazo solo para comprobar si estoy despierta.

Una vez compruebo que no es un sueño me rigió al baño.

Bajo las escaleras intentado secar mi cabello con una toalla, una vez en la cocina me preparo lo único que se hacer; leche con cereal. Desayuno tranquilamente hasta que termino.

¿Dónde estarán mis padres? Me encojo de hombros restándole importancia. Lo más probable es que estén tan cansados que aún no se han despertado.

Corro hacia mi habitación y agarro un tarro que dice "libros" cuento el dinero y llego a la conclusión de que tengo el suficiente para comprar por lo menos unos cinco o seis. Voy hacia el cuarto de mis padres. Toco la puerta cuando llego. No quiero presenciar algo que pueda traumarme, así que no entro hasta que escucho un "Adelante" de mi mamá.

Mamá esta frente al espejo con un montón de tubos en su cabello intentado con una mano quitárselos y con la otra intentando aplicarse rubor.

-Buenos días. –La saludo. –Saldré a comprar algunos libros. –Digo mientras me acerco a ella y la ayudo a deshacerse de los tubos en su cabello.

Ella me ve atreves del espejo por un rato. - ¿No te sientes mal? –Pregunta indecisa. Niego con la cabeza aun concentrada en mi trabajo. –Bien. Pero no te tardes demasiado.

-Claro. –Sonrió. –Solo serán solo unas horas.


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Camino tranquilamente por unas cuantas cuadras antes de que la realidad me golpee. Alzo una de mis manos y golpeo mi mejilla un poco más fuerte de lo que pretendía.

-Auch. –Me quejo mientras saco mi teléfono. ¿Cómo se me ocurre salir sin conocer nada? Por dios ni siquiera sé cómo se llama la cuadra donde vivo.

Busco en internet librerías cercanas a mi ubicación. Por suerte encuentro que hay una a tan solo unas cuantas cuadras.

Después de caminar más de ocho cuadras por fin llego a la librería. Llevo una mano hacia mi pecho y me apoyo en la barandilla de las escaleras intentando respiras bien de nuevo, esto caminar no es lo mío. Elevo la vista hacia las puertas de esta y suelto un jadeo. ¿No me habré confundido de lugar? Reviso de nueva la dirección y compruebo que si es correcta. Vuelvo a ver el edifico que esta frente a mí y suelto un chillido emocionada, la librería es impresionante, es grande y no necesito entrar para comprobarlo es visible desde afuera, las paredes son de ladrillo y tiene unos grandes ventanales de vidrio donde se pueden ver los libros en los estantes. Me gusta. Su estilo es algo antiguo, pero con unos pequeños toques modernos.

La Chica Del Violín. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora