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|Epilogo.|

"¿Alguna vez habían visto tanta luz envolviendo a una persona? ¿Alguna vez habían sentido lo que era creer en la fe de alguien más, ver sus sueños como los propios o sentir su felicidad en carne propia? ¿Alguna vez alguien llegó a tu vida en el momento preciso para evitar que terminaras consumido por el odio?

Yo soy Min YoonGi y él es Park Jimin. Tenía una sonrisa cálida debajo de esos ojos pardos, me miraba directamente a los ojos y en ellos, podía verme a mí, como si yo fuese lo único que veía, como si yo fuese lo único que existía para él. Era perseverante, frágil y fuerte, molesto y agradable, a veces feliz y a veces afligido, era bueno y juro que cuando era malo seguía amándolo. Su cabello negro, oscuro como la noche, sin vida como mi interior, pero hermoso como un amanecer en la playa; complementaba perfectamente su tez blanca. Cuando sonreía mostrando su dentadura, sólo podía perderme en la fina línea que formaban sus ojos cuando sus regordetas mejillas ascendían volviéndolo adorable. 

Park Jimin era como mi esperanza entre un camino lleno de baches, era un desnivel en el que podías permanecer de pie sin perder el equilibro, él era todo lo que yo necesitaba. En sus manos, entre el suave tacto de su piel oprimiendo espacio cuando tocaba la mía, podía encontrar el elixir total de la vida, como si todo fuese eterno; los minutos podían pasar rápidamente y el día se convertía en noche en sólo un parpadeo, pero nunca era suficiente, estar con él nunca me hacía sentir satisfecho.

Siempre dije que Park Jimin era un idiota y ha estas alturas, estoy seguro de que no me había equivocado. Era un idiota por amar tanto a alguien como yo, era un idiota por permanecer atado voluntariamente en un infierno que le quemaba la piel; pero sobre toda la idiotez nata que le caracterizaba, sabía que era un idiota con el corazón más bello de todos. 

Podía jurar que en estos momentos, entre el existencial sentimiento vivo que despertó en mí, sólo estaba seguro de algo; de que amaba a Jimin como nunca antes había amado a alguien. Quizá nunca se lo dije, tal vez ni siquiera sea capaz de decirlo porque siempre logro perderme en sus ojos pardos, pero él había logrado que por fin lograse creer en mí mismo. 

Él lo sabía, era la única persona en que me refugiaba, sus brazos eran mi hogar, sus labios mi perdición. Siempre me pregunté, entre las innumerables veces que le vi directamente a sus ojos profundamente oscuros, ¿por qué me quería? ¿por qué no alguien más?

Park Jimin era la casualidad más bonita que había llegado a mi vida, es sorprendente como el mundo acomoda perfectamente en una línea recta lo que uno necesita y en el momento en que lo necesita. Estaba seguro, que bajo cualquier problema, cualquier error y sobre toda circunstancia, yo amaba a Park Jimin como si mi vida se basara en él; en sus sonrisas, en sus desvelos, en que siempre estuviese bien. 

Justo cuando estaba a punto de perder la fe en la humanidad, en ese puto culminante en el que ya ni siquiera podía creer en mí mismo, llegó él. De Park Jimin aprendí muchas cosas, pero podría asegurar, que si en algún momento pudiese decir qué fue lo que me marcó siempre, sería dejar el pasado entre una barrera. 

Cuando una persona en capaz de caminar con pasos firmes hacia la deriva, sin miedo de perder, sin temor de volver a caer, pero sobre todo, sin mirar atrás; esa persona es lo suficientemente audaz como para poder enfrentar cualquiera de sus temores, porque entre todo el miedo siempre habrá un destello de fortaleza y entre todo lo que pueda destruirte, siempre habrá algo para hacerte luchar firmemente y con la cabeza en alto.

Y si en algún momento pudiese decirle algo a Jimin, definitivamente agradecería el momento exacto en el que entró a aquel salón de clases con tan sólo diez años, agradecería el oportuno instante en que se atrevió a acercarse a mí y definitivamente, le agradecería cada oportunidad en la que salvó mi vida, cada oportunidad en la que luchó ante un alma putrefacta y agradecería cada momento en el que me hizo feliz, aún cuando permanecer a mi lado lastimaba."