- ¿Y cuándo se supone que he de ir a la prisión?
- Ya te he dicho que no es una prisión, es un internado y un campamento.
- ¿Las dos a la vez?
- Exactamente, deja la arrogancia a un lado y por favor ponte a hacer las maletas, te dejaremos en la institución antes de ir al aeropuerto.
- Es mi vida madre y entiendo que mi tía este enferma, pero podría quedarme aquí en la casa sin si quiera hacer el más mínimo daño
- El punto es que no confió en ti, ni lo más mínimo. Haz de ir a la institución, te guste o no, en paz o por la fuerza
Después de que mi madre dijera eso desistí de cualquier tipo de posibilidad. No podría quedarme en casa y tampoco disfrutar el verano, aunque si hacerle caso a mi madre e ir a la prisión me haría una mejor persona, no me disgustaría hacerlo.
Subí al piso de arriba y cruce a la izquierda por el pasillo, entrando en mi ordenado cuarto. Me dirigí al closet y saqué la maleta que estaba recostada contra la pared, introduje en esta unos 3 o 4 blue jeans, un pantalón vino tinto, uno negro, casi todas mis franelas y camisas, mi ropa interior y un par de lentes de sol. Sabía que no los utilizaría, pero de igual manera los coloqué dentro de la maleta, por último metí mi short de playa y unas sudaderas.
Cuando me disponía a salir del cuarto me detuve súbitamente ante la puerta, para contemplar por última vez en una temporada mi querida habitación. Me acerque a mi preciada y extensa biblioteca y mirando los lomos de mis libros, pasé los dedos por ellos y no pude contenerme, coloqué unos 4 tomos en la maleta, me acerqué a la mesita de noche y agarré mi teléfono celular.
Bajé al piso de abajo y me senté en el sofá, esperando a que mi madre y hermano bajaran con sus maletas.
- Mírale el lado bueno, habrán chicos de tu edad que estarán en una situación parecida a la tuya.
- Claro, y todos parecerán generales militares, supongo
- No te lo tomes a mal, serán solo uno o dos meses.
- ¿Por qué se supone que tiene que emocionarme la idea?
- Si así fuera, tu madre estaría un poco más feliz- Dijo haciendo señas a mí y a mi hermano para salir por la puerta.
En el porche, le di una última mirada a mi vieja casa familiar, en pie desde hace 5 generaciones. Soñaba con que algún día aquella vieja casa llegara a ser mía. Me imaginaba de pie en el portal de la entrada viendo a mis hijos correr por el jardín delantero. Tal vez eso no llegara a pasar.
El camino transcurría en silencio. Nadie se atrevía a hablar.
Mi madre al volante, yo en el asiento delantero y mi hermano atrás acostado a lo largo de los tres asientos.
- Sera divertido- Dijo mi madre intentando, fallidamente darme ánimos.
- Claro...- Dije sin hacerle mucho caso, cambiando las emisoras de la radio buscando alguna canción de mí agrado, cosa que no pasó hasta que mi madre hablo.
- Mi intención no era molestarte, ni mucho menos arruinar tus vacaciones, sé que estudias y también trabajas y sé que mereces las vacaciones más que nadie y espero que entiendas que hago todo esto por la poca familia que nos queda, por tu tía Mary. Sabes que soy doctora, a lo mejor puedo ayudar.
- Tranquila mamá, espero que no sea tan aburrido como suena- dije dándome falsas esperanzas.
- Te extrañaré- Dijo el pequeño Max interviniendo.
- Yo también, solo será poco tiempo, anímate, antes de que te des cuenta volverás a casa y todos estaremos juntos.
Mis esfuerzos de ánimo funcionaron. Max profirió una sonrisa de oreja a oreja.
Poco a poco fuimos saliendo hacia las afueras de la ciudad.
Por la ventana se observaban campos y ganado, alguno que otro por algunos sectores y de repente, mucho más hacia la costa surgió un edificio perfectamente cuadrado, con como 4 o 5 pisos y altos ventanales, no tenía un aspecto tan militar como pensaba que tendría.
Nos detuvimos en la extensa entrada del recinto.
Yo me baje del auto con maleta en mano y movía la mano repetitivamente a mi familia en señal de adiós, mientras que se alejaban de mí y con ellos se llevaban mi última esperanza de libertad.
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Verano y Olas
Teen FictionAquella tarde, Alexander pensó que pasar el resto de su bien merecido verano en un internado sería una tremenda pesadilla, pero lo que Alex no sabe es que pronto pasará el verano más importante de su vida, tanto como para bien, como para mal. Disfru...