4. El Plan.

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Nicholas  Walker.

Vi a Ryan hundir el botón del cronómetro y me miro, baje del carro y enarque una ceja.

— ¿Cuánto?— pregunté inmediatamente.

— Dos segundos.

— ¡Mierda! ¿En Serio?— exclamé frustrado y el río al ver mi cara.

—Para la próxima será— dice palmeando mi hombro.

Ryan es decir como mi "Amigo de carreras", me ayuda a correr y me entrena.

En ese momento suena mi teléfono indicando que tengo un mensaje, agarro mi teléfono y me apoyo en el carro.

Ryder:

Ya tenemos a la próxima víctima, la vamos a tirar a la piscina el viernes, preparate, lo harás tu.

Imagen.

sonreí al ver quien era y cerré el teléfono

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sonreí al ver quien era y cerré el teléfono.

Ryder es el hermano de Ryan, claro que Ryan tiene 21 años y Ryder mi edad.

¿Dónde está Ian?

Agarre el telefono y lo llame. Sono tre veces y contestó.

  — ¿Alo?

  — ¿Ian donde estas?- pregunto

  — Estoy en la casa de mi novia- casi me atraganto al escuchar eso.

  — Con tu que?- pregunte.

  — Con mi novia Dylan, no es muy difícil de entender, dos chicos se gustan, se jun

  —Ok Ok entendí— lo corte y el río— Recuerda tu promesa Ian—dije serio.

  — ¡Pero si me gusta! ¡Maldita sea! ¡No la voy a usar!gritó exasperado— Lo siento bebé, sigue durmiendo— susurra me imagino a su "Novia".

  — Ok, solo te llamaba para decirte que ya esta la victima de la piscina, Es Michelle— le digo y lo oigo toser.

  — ¿Que?susurra— ¿La hermana de mi novia?y esta vez fue mi momento de toser.

  — ¡¿Tu novia es Kara!?

Realmente la llamada terminó en risas así que una hora después estaba buscando a Marcie en donde le arreglan las uñas.

La llame y contesto inmediatamente.

  — ¿Alo?

  —Marcie estoy afuera—le dije y colgué, cinco minutos después de jugar Candy crush apareció.

  — hola amor— dice entrando, cierra la puerta y me ve.

  — Hola— me un beso e inmediatamente adentra su lengua en mi boca— ¿Donde?

  — ¿Donde que?— pregunta.

  —Donde vamos a tener sexo— le digo y ella suspira frustrada.

  — ¡Cuántas veces te tendré que decir que NO es sexo!- grita y me empiezo a reír— ¡Es AMOR!— dice y me rio.

  — ¡Llegué!— exclamó entrando a la casa, eran las cuatro y media de la tarde y estaba hambriento.

  —Mamá está de guardia— exclamó Elizabeth, mi hermanita de unos siete años desde el sillón.

  — ¿Tienes hambre?— le pregunto sentándome al lado de ella, acaricio su cabeza y ella negó lentamente.

  — Noup— dice y sonrío a lo tierna que es.

Realmente las únicas mujeres que he amado en mi vida a sido a mi mamá y por supuesto a mi hermana. A mi hermana es a la que amo más que a mi mismo, y vean que eso es dificil; a mi madre la amo, pero digamos que no tenemos la relación "Madre e hijo" no, pero si, la amo, mucho.

  — Por cierto— anuncia— Arriba esta Alex— dice y asiento.

  — Dile que baje— ella resopla y me meto a la cocina.

  — ¡ALEX MI HERMANO DICE QUE BAJES!— Escucho que grita de repente y ruedo los ojos.

  — ¡PARA ESA GRACIA LE DIGO YO!— Grite.

  — ¡VOY!— Escucha que grita Alex.

  — ¡PERO NO LO DIJISTE TU!— Me responde gritando Elizabeth.

  — ¡PORQUE TE LO PEDÍ A TI!

  — ¡NO GRITEN!— Grita Alex entrando a la cocina.

  — Ok ok—digo riéndome— ¿Quieres tequeños?— le pregunto y ella asiente.

Agarro los dedos de queso con chocolate ya hechos y los paso por harina en polvo, agarro un sartén y prendo la hornilla, pongo el sartén en esta y le hecho aceite mientras Alex habla por teléfono y tararea una canción que solo ella escucha.

  — ¿Estan buenos?— le preguntó a las chicas quienes gimen de excitación al comer de estos, Elizabeth se baja de la mesa y sale corriendo a la cocina a lo que Alex y yo reímos, La susodicha recoge sus pies y los pone encima de mis piernas, en ese momento llega Elizabeth con otro tequeño mordisqueado en la mano a lo que me paro rápidamente y Alex se para asustada, me acerco a Elizabeth y le arrebató el tequeño de las manos.

  — ¡Elizabeth No!— le grito y ella baja la cabeza, me mira con el labio inferior atrapado entre sus dientitos y sus ojos aguados.  — ¡Sabes lo que eso te hace!— digo frustrado de que sea así siempre— ¡Y Aún así lo haces! ¡Osea no te entiendo! ¡¿Eres masoquista o que?!— le grite y pude ver como varias lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

  — ¡Nicholas  ya basta!— grita Alex tras mio.

  — Sube a tu habitación— le susurre a Elizabeth quien asintió y subió corriendo las escaleras.

   — ¡¿Qué te pasa?!— me grita Alex claramente enojada, me volteé para quedar al frente de ella —¡No la viste! ¡Esta hecha un mar de lágrimas! ¡Eres un idiota!— dice y se voltea para subir.

Recogí los platos que estaban en la mesa y los meti al fregadero, mamá se encargara de eso más tarde, agarre con odio una soda y me lancé al sofá.

  Realmente no se si deberia subir y disculparme, aunque no debería, ella sabe lo que le viene y que no puede hacerlo, pero ella de terca ni se le pasa por la cabeza hacerle caso a los médicos.

El problema de Elizabeth es que ella es diabetica tipo I, claro está que no puede comer chocolate ni nada que contenga calorías.

Finalmente subí las escaleras y me asome en la puerta del cuarto de Elizabeth, estaba Alex peinandole el pelo a Elizabeth encima de la cama, las dos dando la espalda a la puerta haciendo que no me pudieran ver, obviamente.

  — ¿Que es ser masoquista?— escucho que pregunta Elizabeth, alex se congela y empieza a tartamudear buscando una respuesta.

Soy un monstruo

  — Elizabeth— susurre y las dos voltearon a mi.

Podemos decir que finalmente todo terminó en risas y viendo Frozen, elección de Elizabeth,  no nuestra.

NicholasWhere stories live. Discover now