DaeJae- Love is Pain

Decisión

YoungJae:

No estaba perdido, aún permanecía consiente de lo que decía, escuchaba y hacía. No entendía cómo es que se había enterado de todo, seguramente Ji Eun se había encargado, ¿En qué momento? Lo desconocía.

Al escuchar que perdonaba algo así me sorprendió, pues juraría que me votaría o me correría muy feo como la vez pasada  pero no... Él me perdonó. Aún así sabía que le molestaba, o peor; que le dolía y eso me hacía sentir mal.

-Jae, ¿Por qué no te acuestas?, no te ves muy bien que digamos.

Le hice caso y me acosté en el sillón.

-Iré a darme una ducha y si quieres después comemos juntos –me sonrió.

Entró al baño, después de unos minutos también entré, por el sonido de la regadera no me escuchó llegar. Estúpidamente quería recompensar todo haciendo eso, además quería estar con él de nuevo.

Me quité la ropa y abrí la cabina de la regadera apreciando su cuerpo desnudo y mojado, relamí mi labio inferior. Cerró la regadera y volteó.

-YoungJae, ¿Qué haces aquí?

-¿Tu qué crees? -le sonreí levemente.

-Mejor sal, no está bien.

-¿No está bien que nos bañemos juntos? Pero si en la cabaña querías ¿No?

-Bueno, sí, pero sabes que contigo soy demasiado débil y no estás...

-Sé lo que hago, el alcohol se está yendo -me acerqué más–. ¿Ya terminaste? 

-Ya… -Podía ver que moría por tocarme. De nuevo abrí la regadera dejando que mi cuerpo empezará a mojarse y aparentando que mi objetivo era darme un simple baño.

-Entonces ayúdame.

-Te esperaré afuera.

-¡No, DaeHyun! Sabes bien a qué entré -cerré la puerta y me miró sorprendido.

-¿Estás seguro? 
 
-Sí -rodee con mis brazos su cuerpo uniéndonos más, en cuanto nuestros cuerpos hicieron fricción ambos sentimos una corriente placentera recorrer por nuestro cuerpo-. Recuérdame que solo soy tuyo -hablé cerca de su oído.

Empezó a besarme de una manera lenta mientras sus frías manos tocaban mi cuerpo con desesperación. El beso cada vez se volvía más apasionado, nuestras lenguas se cruzaban jugando una con la otra. Mi corazón estaba latiendo al 100 y el cosquilleo en mi estómago estaba aumentando.

Cerré la llave, nuestros cuerpos ya estaban lo suficientemente mojados. Comencé a besar su cuello y bajé por su pecho dejando residuos de saliva hasta quedar de rodillas.

-¿Te gusta verme haciendo esto,  verdad?

-Ssí...

Sonreí ante eso. Hacerlo no me disgustaba en lo absoluto, me era excitante ver que le podía dar placer.

Agarré su miembro y lo moví con mi mano para luego introducirlo en mi boca.

-Jae…-acarició mi pelo mojado. Mordió su labio levemente en cuanto empecé a lamer y a succionar su miembro con más intensidad.

Hizo que me levantara, me miró lujuriosamente y me aprisiono haciendo que mi espalda se golpeara contra el frío y mojado azulejo. Plasmó sus labios sobre mi cuello y luego bajó a mi pecho succionando mis pezones y con una de sus manos, agarró mi miembro empezando a masturbarlo. Estaba sintiendo tanto placer al sentir su caliente lengua jugando con mis pezones.

-Umh... hazlo–Se detuvo-: Ya quiero sentirte dentro de mí.

Sonrió-¿Sin preservativo? 

-Sí, probemos así -la verdad no quería que saliera de ahí y no se desconcentrara para que siguiéramos.