Capítulo 20

22 2 0
                                    


Habían pasado dos días desde la exhibición, sonreí al recordar el momento en que confesamos lo que sentíamos pero no decíamos. Nos amábamos.

Y es que, pude haber corrido. De ser así, hubiera sido bastante vergonzoso, pero me quedé. Me quedé para decirle que sentía lo mismo.

Toda mi vida estuve atemorizada de pronunciar esas dos palabras, era tan difícil para mí decirlas. Nunca pensé que con él fuera tan fácil y es que cuando de verdad lo sientes no es difícil nunca más. Me asustaba pensar que tal vez, nunca tendría a esa persona.

Dos días después de tumbar mis barreras, todas y cada una de ellas. Después de pasar sobre escombros todo se derrumba por sí solo.

...

(2 días antes)

— ¿Piensas aceptar la oferta? —Preguntó Emma, curiosa.

—Estuve pensándolo ayer, le di muchas vueltas y estoy convencida de que, Columbia no es para mí. Es algo que siempre quise, pero ya no parece serlo. Debo arriesgarme por lo que amo —Columbia nunca fue en verdad mi sueño, era el sueño que todos tenían para mí. Excepto yo misma. Siempre quise pintar pero nunca había pensado llevarlo más allá de un hobbie. Gracias a Hunter no estaré condenada a vivir una vida detrás de un escritorio. 

—Estoy muy orgullosa de ti Laia, muy pocas personas deciden seguir sus sueños y dejar atrás las comodidades o la mejor demanda. 

—Gracias Emma. Te quiero muchísimo —La abracé y me senté en el taburete viéndola cocinarle algo a Thea.

—Te quiero muchísimo más. Oh ¿Ya le has dicho a Hunter? —Preguntó pícara.

—No he tenido oportunidad. no he sabido nada de él —No me preocupó no saber de él ayer porqué tal vez estaba ocupado y no quería que sintiera presión de mi parte de ninguna forma. Sabía que pronto tendría noticias, no era costumbre que se perdiera por un tiempo tan largo.

—Si yo fuera tu novio querría saberlo —Dijo Emma mientras sacaba los huevos de la sartén. Mis mejillas se sonrojaron, me bajé del taburete para ir al salón y evitar que Emma lo notara. Sería difícil salir de esa.

—Sé lo que haces Emma, tratas de sacarme información de donde estamos parados y ya te dije que no éramos novios.

No éramos novios.

Las tres palabras se enredaban en mi mente cada segundo que pasaba, no habíamos llegado a definir nuestra relación y es que sólo me faltaban dos semanas en Los Ángeles. Queríamos disfrutar sin preocupaciones el tiempo que nos quedaba justo como los meses anteriores. No necesitábamos que un adjetivo definiera cuanto nos amábamos.

—Sabes quizás si tenga que ir a ver a Hunter —me puse rápidamente los zapatos y salí disparada de la casa —volveré en unas horas, adiós.

Me dirigí a su casa. De camino pasé por el banco. ¿Y si no hubiera estado aquí esa noche? ¿Y si yo hubiera tomado una ruta diferente para caminar? ¿Y si jamás lo hubiera visto en ese avión? Nunca lo habría conocido. Y de ser así ¿Lo habría hecho algún día? Dejé de pensar en la tal vez y agradecí los momentos que me llevaron hasta este.

Dejé atrás el banco con una extraña e inoportuna melancolía.

Llegué a su casa y las flores que normalmente rebosaban de colores hermosos parecían marchitas y sin varios días de agua, el sol las estaba matando. Lo mismo que las mantenía vivas, las destruía.

Toqué el timbre una vez y su mamá abrió la puerta. Se le veía sorprendida de verme, lo cual me desconcertó. Siempre me recibía con una gigante sonrisa y muy divertida. Ahora no parecía así. 

One Love. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora