La Renegada Del Amor♡

Pasado.

Nos separamos tan rapidamente que creo y nuestras respiraciones estaban muy agitadas. Nos miramos un momento y luego miramos a los lados esperando escuchar a la dueña o dueño de esa voz pero solo vimos a carlos y a la amiga de Elliot asomarse por el pasillo mientras hablaban animadamente. Elliot le hizo un gesto a sus amigos para que se acercaran y yo me relaje notablemente.

-Que hacen aquí, pillines-le dijo carlos-.

-Tremendo susto que nos han dado, pensamos que la cordinadora o el rector estaban pasando.

-No era nuestra intención-río su amiga-

¿Como es que se llama?

Definitivamente necesito un nuevo cerebro y que tenga una muy buena memoria porque así no se puede.

-Y que hacian?-pregunta carlos-

-Ese trabajo de salud y ambiente-dijo Elliot mientras me tomaba de la mano y me acercaba a carlos-

-Creo que no habiamos tenido oportunidad de presentarnos, mucho gusto linda-beso mi mano-

-Lo mismo digo-dije timida-

-Ya, ya dejala -interrumpio Elliot-

El y yo reimos, solo un poco.

-Deja tus celos-dijo su amiga-

-No son ningunos celos-dijo mientras hacia puchero-

-Si claro! Y que tal abi, como estás?

-Bien, tengo algo de sueño pero bueno yo siempre tengo sueño.

Ellos rieron animadamente.

-Quieres irte ya a casa?

Asentí.

-Tu tienes que quedarte, así que nos vemos mañana-le guiñe un ojo-chao carlos, lo mismo para ti linda.

Aclaro que solo le dije así porque no recordaba su nombre.

-No! Yo me voy contigo.

-De ninguna manera! ¿ Como harás con ese trabajo entonces?

-No me interesa-se encogio de hombros-te acompaño a casa.

Iba a abrir la boca para contradecirle pero carlos me toco un hombro mientras me susurraba.

-Podrás intentarlo toda la tarde, no se va a rendir hasta acompañarte.

-¿Es así siempre?

-Ummmm pues la verdad es que solo 22 de las 24 horas del día solo eso.

-Noooo guau que diferencia.

El y yo reimos.

-Solo te digo cuando el quiere a alguien no lo deja así como así. ¿Cierto mi vida?

-Alejate gay! No me toques!

Su amiga y yo reiamos al ver la escena.

Y cuando por fin terminaron de "pelear" me tomo de la mano y comenzamos a caminar luego de obviamente despedirnos, su amigo carlos me cayó bien.

Mientras ibamos caminando el tomo mi maleto y lo puso en su hombro izquierdo, insistí en que no lo hiciera pero fue en vano dijo que se sentía comodo atendiendome.

Mientras caminabamos de camino a mi casa el cielo se oscurecio de manera casi instantanea y el viento azotaba fuertemente mientras levantaba muchas hojas secas y alborotaba mi cabello, menos mal no es muy largo me alegraba sentir el frío viento en mi cara gire para encontrarme con una amplia sonrisa en la de el. También el lo estaba disfrutando.