The Red Elevator | kth [EDITANDO]

Intro. RUN

No necesitaba leer ningún tipo de introducción sobre a qué se dedicaba la compañía y lo prestigiosa que era, sólo quería una respuesta rápida: sí o no. Mis ojos empezaron a moverse por el texto buscando palabras como "admitida" o "sentimos" rápidamente, hasta que por fin se toparon con las palabras "ha superado". Detuve mi vista ahí para poder leer la frase completa:

"Le informamos felizmente que ha superado la primera prueba de nuestras audiciones y nos gustaría verla en la siguiente ronda."

Creo fervientemente que mi mente desconectó y entró en un estado de semiinconsciencia durante unos larguísimos minutos, porque para nada recuerdo aún a día de hoy haberme olvidado por completo de la maravillosa ducha que iba a tomar, haber cerrado el ordenador de un golpe y haber salido de aquella asquerosa casa en dirección al callejón más cercano y escondido llamando a mi amiga con el móvil para contárselo todo.

-¡Val, relájate un segundo! No entiendo lo que me estás diciendo. -La voz de Jud a través del teléfono me devolvió de una bofetada al mundo real.

Ella no sabía nada, todos mis actos habían sido en secreto y a espaldas de toda la gente que me rodeaba. Así que, en poco tiempo, le hice un resumen de todo como mejor pude. Realmente no sé por qué lo había ocultado, incluso a ella. Probablemente porque no tenía ni la más mínima esperanza de conseguirlo o porque no quería que nadie, especialmente mi madre, se me echara encima por hacer "semejante locura". Lo hablé con Jud por primera vez y le expliqué que lo había hecho porque no tenía nada que perder cuando mi vida ya era lo bastante caótica, que había superado la prueba y que pensaba largarme a Corea a intentar empezar una vida nueva lejos de todos estos desgraciados que habían traicionado mi confianza, lejos de mi madre al fin.

-Así que, ¿lo vas a hacer? ¡Oh, Dios, Val! Tu madre se va a cabrear muchísimo. -La risa nerviosa de Jud sonaba a través del teléfono. Estaba emocionada y sonaba feliz por mí, pero, al igual que yo, no podía evitar pensar en cómo reaccionaría mi manipuladora madre.

-Me da igual -le respondí sin un atisbo de duda-, ya ha demostrado qué es lo que realmente le importa. Me ha demostrado que no es una madre para mí, me ha estado manipulando para conseguir sus propios propósitos. Sabes que voy a hacer esto con mi dinero, ya no la necesito.

Mi madre nunca quiso que estudiara baile y había prohibido estrictamente a mi padre darme dinero para las clases. Por suerte, mi padre, que es todo lo contrario a ella, firmó una autorización para que yo, a mis dieciséis años, pudiera firmar un contrato laboral a tiempo parcial y poder pagarme las clases yo misma, con mi esfuerzo y sudor, y así ha sido desde entonces. Ella veía lo que nos traíamos mi padre y yo entre manos porque no nos escondíamos, pero no confiaba en que fuera capaz de soportar un trabajo para conseguir "un capricho". Recordaré toda mi vida la expresión en su cara cuando llegué con el contrato de empleo y se tuvo que tragar sus palabras. En aquel entonces no lo aprecié, todavía estaba cegada ante la realidad, pero poder plantarle cara a alguien que no creía en mí y demostrarle que podía conseguir cosas por mí misma y sin su ayuda fue uno de los momentos más decisivos de mi vida. Había aprendido tanto desde entonces y ahora estaba dispuesta a dejar que el baile se convirtiera en mi estilo de vida.

Ahora mis padres estaban en proceso de divorcio y todo había sido por culpa de mi egoísta madre. Incluso la palabra "egoísta" se quedaba corta para describirla. Mi padre era una persona noble que no merecía todo esto. Le había cortado las alas durante tanto tiempo y yo ya tenía la capacidad suficiente como para darme cuenta de ello. Empecé a acordarme de él a medida que le contaba toda la historia a Jud, y a sentirme mal pensando que, en parte, si me iba lo estaría abandonando. Quería hablar con él lo antes posible.