2. Primera Noche

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"Nunca estás sano y salvo
Hasta que las puertas se cierran
Cuando estas despierto por tu cuenta, las sombras se convierten en fantasmas y el hogar se ha convertido en lo que más temes"

Aquella noche, la primera en La Dehesa, supe de verdad lo que es el miedo.
Reconozco que no me lo esperaba, creí que la tristeza que sentía en las últimas semanas eran tan profunda que podía tapar a cualquier otra emoción. Estaba equivocado
La soledad despierta fantasmas olvidados en el alma.
Luego de que mi tío se subió a su auto, me quedé dentro de la casa observando cómo se iba perdiendo en el medio de la noche, no había estrellas, al cielo solo lo iluminaba el destello del relámpago que se repetía cada pocos segundos
Me sentía bien y mal. Bien porque me había salido con la mía, y no tendría que ver la cara de amargado que mi tío seguro me daría cada mañana. Pero me sentía mal porque no sabía si iba a poder arreglármelas yo solo.
El miedo y el frío empezaban a introducirse en mis huesos y se sentía raro experimentar esa sensación que desde hace un tiempo no sentía. Y por un momento dude de mi decisión, si bien mi tío era un amargado, en su casa estaría a salvo
Sentí el aullido agudo de un lobo en las profundidades del bosque, las ramas de los árboles chocando entre sí, y en medio de ese cuadro espantoso, lo único que faltaba era que un rayo parta al cielo en dos, como evidentemente ocurrió... y solté un grito agudo que me avergonzó
Gracias a ese susto volví a verificar que todo estuviera bien cerrando y con todos los cerrojos. Si bien aquel torreón era demasiado grande para calentarse en minutos, la chimenea que encendió mi tío antes de irse funcionaba bien.
A pensar de que tenía mi habitación en la planta superior decidí dormir allí abajo junto al calor y una salida próxima por si algo sucedía, así que solo fui arriba para buscar unas mantas y almohadas, no sé si era mi imaginación pero podría jurar que los escalones crujían demasiado a cada paso que daba, como si dos personas estuviéramos pisándolos a la vez...pero claro que no era cierto, con esa tormenta y este clima tu mente volaba.
A pesar de que encontré las mantas y la amohada, no fui abajo, como si mis piernas tuvieran vida propia decidieron subir un piso más, donde estaba esa puerta. Trate de usar toda la fuerza que mi cuerpo tenia para abrirla, pero fue en vano, incluso creo que me he lastimado el hombro por la presión ejercida.
Y entonces lo oí.
Era un sonido acompasado y lento, como una respiración. Algo o alguien respiraba a escasos metros de mi, y solo nos separaba esa pesada madera cerrada con llave. Preso del pánico abri exageradamente mis ojos y trate con todo mi esfuerzo de taparme la boca para que ningún sonido saliera.... y de pronto sentí frio, mucho frío, como escalofríos seguidos, como si te tiraran un balde de agua helada en medio de invierno, así de intenso fue el terror que me calo hasta los huesos y me quedé inmóvil sin saber qué hacer.
Hasta que ya no sentí más esa respiración y apoye la oreja contra la madera: nada, el ruido había desaparecido como si nunca hubiera estado allí. ¿Me lo habría imaginado? no creo que mi imaginación llegue a esos niveles de realismo, no quería seguir escarbando en el tema, así que volviendo a recoger la manta y la amohada que se habían caído baje hasta el sillón acurrucándome todo lo que podía.
No podía dejar que una tormenta me intimidara, me dije a mí mismo que el miedo estaba consumiéndome y no tenía que dejarlo, así que tratando de despejar mi cabeza cogi mi mochila donde saque el IPad, un libro de bolsillo, y mi móvil.
La música de Los Beatles me ayudó a recuperar el pulso y me sorprendí a mí mismo tarareando "Across the universe" e instantáneamente me acorde de Niall. Él amaba escuchar canciones de ellos.
Nos conocimos en primer año de la secundaria cuando el ingreso como un alumno nuevo, antes de su llegada yo no tenía mejor amigo, en realidad, nunca tuve muchos amigos, pero no porque fuera antisocial o algo así, simplemente me gustaba estar solo y creía que la mayoría de adolescentes a mi edad era muy distinto a mi, no faltaban los que hacían bromas porque era muy diferente, en realidad yo me reía de ellos por ser tan normales y básicos. Aunque eso cambió con la llegaba de Niall, él era rico, tenía un carácter fuerte pero amigable, era muy carismático y sobre todo, tenía un corazón gigante.
Cuando llegó yo no le di demasiada importancia porque creía que iba a ser igual a todos, sin embargo el empezó a sentarse a mi lado, comenzó a hacer bromas acerca de todo lo que veía sacándome risas fuertes en medio de clase, hasta un día me pregunto si podía estar en el recreo conmigo, constantemente se interesaba por mi ánimo, a pesar de las miradas que le daban los demás por estar conmigo, él me eligió, y aún no se por qué.
Hace un año había convencido a sus padres de irse a estudiar a San Diego, California, lo extrañe apenas subio a ese avión, y lo extrañe aún más cuando sucedió lo de mi abuela y él no estaba. Por supuesto que quería tomarse el primer avión para Londres cuando se enteró pero yo lo convencí de que no debía dejar sus estudios, aunque tuve que aceptar hablar a diario con él por mensajes, aunque con todo esto de la mudanza no tuvimos tiempo de hablar. Así que calculando las horas de diferencia le envié un mensaje:

El bosque de los corazones dormidos l.sWhere stories live. Discover now