Capítulo final

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Y sin darme cuenta, ha llegado el día. Vuelvo a España, a mi lugar en el mundo. Mi padre me estará esperando y me quedaré con él. Mi madre intenta no llorar pero sé que con mi marcha le hago daño.

Y a mi... lo que más me duele son las palabras que Hatta me dijo ayer. Tuvimos una cita genial, incluso fuimos al parque de atracciones. Pero al final solo me abrazó y me dijo que no iba a venir al aeropuerto a despedirme. Hubiese querido decirle tantas cosas, tantas palabras que se han quedado atrapadas en mi interior.

—Ha llegado el momento. —Escuchar esas palabras de mi padrastro me hacen ponerme más nerviosa. No voy a llorar, no puedo hacerlo. De lo contrario, mi madre y yo inundaremos el aeropuerto y no creo que esto les agrade a los coreanos.

Del primero que me despido es de mi hermano. Hemos tenido nuestras cosas pero, se preocupa por mi aunque a su manera peculiar.

—Aunque suene raro, te voy a echar de menos. —Escuchar esas palabras de su boca me hace gracia. Es bastante frío.

—Yo también. Eres un gran hermano mayor aunque tienes un carácter muy agrío. —Él sonríe. Ambos sabemos que no hay un nosotros. Y naturalmente las cosas se han relajado.

—Alicia... —Mi madre ya está empezando a llorar. Así que después de abrazarla les digo que lo mejor será que se vayan. No es necesario que todos esperemos ahí dos horas.

Casi a rastras, mi padrastro consigue llevarse a mi madre. Me siento y dejo el tiempo pasar. Dos horas pueden ser interminables. Abro el bolso y empiezo a rebuscar en él por matar el rato. Pero me sorprendo cuando encuentro una pequeña caja con una nota.

La saco y leo la nota antes de abrir el pequeño regalo. Aunque tengo una idea de quién ha sido el encargado de dejar mi regalo ahí.

"Mi querida Alicia, nos veremos en los jardines de la memoria y en el palacio de los sueños, ahí es donde tú y yo nos veremos.

Lee Jin Woo"

Abro la caja y veo un pequeño relicario en forma de reloj. Lo abro y ahí está, mi Hatta de pelo azul con su enorme sonrisa. Pequeñas lágrimas empiezan a empapar mi rostro. Al mismo tiempo que sonrío como una idiota.

Nunca me ha gustado que me hagan bromas sobre mi nombre. Desde pequeña se han metido conmigo y me han dicho si vengo del país de las maravillas. En cambio, él se cambió el nombre para ser parte de la broma. No lo había pensado pero es alguien inteligente, conoce el verdadero nombre del sombrerero loco en su versión original. Él siempre ha estado ahí y se ha puesto a mi nivel. Me ha hecho estar cómoda conmigo misma y mostrarme tal y como soy. Y yo, estoy renunciando a verle por miedo. Ahora me doy cuenta de que soy una cobarde.

Cojo mi mochila y mi maleta. Tomo aire profundamente y llamo a mi padre. Responde de inmediato.

—¿Qué ocurre Alicia? ¿Has subido ya al avión?

—Papá, me he dado cuenta que mi lugar en el mundo está donde yo quiera. Vivadonde viva, ese será mi lugar. Te quiero. —Le cuelgo y sé que pronto volverá allamar. Pero por primera vez en mi vida, dejo de lado mis temores y sigo a micorazón. Mis pies sin duda me llevarán al lugar donde debo estar.     

Al otro lado del mundoWhere stories live. Discover now