Después de veinticinco minutos puedo visualizar mi hogar y también a la que se convirtió en mi cómplice hace unas horas, conforme me acerco escucho el gran escándalo que tienen los Romero en su casa: al parecer los hermanos de Emma saben como destruirla cada vez que su madre sale a comprar los víveres necesarios, por otro lado, la castaña se encuentra sentada sobre la banqueta con sus audífonos puestos, sumergida en la pantalla de su celular, doy tres zancadas más para sentarme a su lado sobresaltandola en el proceso.

— Hey —saludo una vez que se quita un audicular—, ¿por qué estás aquí y no en la fiesta? —señalo su casa.

— No me apetecía participar en juegos de mesa mientras escuchamos kpop —dice mientras arruga su nariz. Adorable—. Francisco y Emiliano se lo toman muy en serio y Alejandra canta, lo que nos desespera a todos. También rompieron nuestro gatito chino de la suerte así que mamá se molestará demasiado, no quiero estar involucrada en ese crimen, además hoy es mi cita semanal con el señor Darcy —me muestra la pantalla de su celular con la escena en pausa donde Darcy baila con Elizabeth.

— Dejame adivinar: “Orgullo y Prejuicio” es tu libro favorito —afirmo.

— Vamos José, no soy tan básica —ríe—. “La importancia de llamarse Ernesto” es mi historia favorita, no tengo dudas, pero, “Orgullo y Prejuicio” es mi película favorita.

— Por supuesto, ¿quién en su sano juicio no estaría enamorado del señor Dacy? Aunque debo admitir que yo estoy terriblemente enamorado de Keira Knightley —digo.

Emma me mira con atención, hago lo mismo y nos miramos por un momento en completo silencio, sonreímos simultáneamente, un par de hoyuelos aparecen en sus mejillas y a pesar de la falta de sol puedo notar los brillos dorados que resaltan en sus ojos, cuando los comparo con el color de una cucaracha no es por ofender, algún día todos deberían prestar atención al increíble color que tienen las cucarachas. Siento una ráfaga de viento que me estremece la piel.

— Deberías entrar, hace frío —sugiero poniéndome de pie y estirando mi mano para ayudarla a levantarse.

— De hecho este clima me recuerda a mi natal Forks —toma mi mano mientras rio pues entendí la referencia.

Una vez de pie, el silencio se vuelve hacer presente, podría acostumbrarme fácilmente a esta comodidad, nuestras manos siguen unidas, encajan a la perfección y una parte de mí no quiere soltarla, volteo a verla: tiene su mirada perdida en nuestras manos entrelazadas, tal vez está pensando lo mismo que yo, con mi mano libre paso un mechón de su desastroso cabello detrás de su oreja, se tensa y detengo mi movimiento, no quiero incomodarla, pero al ver como se relaja sigo mi ligera caricia hasta su cuello, gira su rostro, ¿en qué momento se movió para que estuviéramos tan cerca?

— ¡Emma y Jos están a punto de besarse! —gritan aturdiendome, reacciono y me doy cuenta que su hermano menor se encuentra en la entrada de su casa mirándonos con la boca abierta, de inmediato sus dos hermanos faltantes salen a ver la escena, siento mis mejillas arder y mi acompañante está completamente inmóvil con una expresión llena de preocupación.

— Te veo luego preciosa —me despido, ella solo asiente sin prestarme atención.

Doy media vuelta encontrándome con mi madre que me mira con clara molestia, me siento desorientado por su expresión..., en realidad me siento desorientado por todo lo que pasó hace un momento, camino sin mirar atrás hasta entrar a mi hogar, una vez adentro me siento en el sofá y abrazo mi mochila aún perdido en la sensación de tener a Emma tan cerca.

— No puedes besar a la mejor amiga de tu ex novia, José Miguel —habla mi madre. Al parecer yo soy quien ocasionó su molestia—. ¡Santo universo!, sé que tienes una personalidad coqueta porque cuando eras bebé le hacías ojitos a todo el que te mirara y también sé que muchas veces lo haces inconscientemente...

AMOR X ACCIDENTEWhere stories live. Discover now