CAP.20

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Los dias fueron pasando y como era de esperarse la bruja no paró quieta ni un segundo.

La muy descarada invitaba a su casa a modelos despampanantes para que sedujeran a Evan y me jugaría lo que fuera a que muchas de ellas no lo eran y todo para separarnos, algo que evidentemente no consiguió.

Ahora me encuentro subida en el coche dirección a su casa. No os haceis una idea de las ganas que tengo de verle la cara esa de bruja que tiene.

- Cariño estas muy callada y eso no es buena señal, qué estas tramando ya?

- Cómo puedes pensar eso de mi? - reí -

Tramaba como acabar con la guarra de tu madre! Eso no se lo dije pero lo pensé.

- No tengo ganas de ver a tu madre Evan.

- Me gustaría que acabárais de una vez por todas con esa absurda pelea que os traeis.

- Eso díselo a ella, es la que lleva prostitutas a su casa para que te conquisten - Evan rió a carcajadas mientras yo me cruzaba de brazos enfurecida -

- Por muchas mujeres que contrate mi madre, nunca conseguirá separarme de tí mi amor.

- Más te vale o te juro que me las pagarás con creces - le sonreí, él me devolvió la sonrisa divertido -

- Llegamos

- Qué bien! - ironicé, él puso los ojos en blanco -

Ya os podéis imaginar como fué la comida. Silencio, incomodidad, miradas desafiantes, trabajo y mas trabajo. Vamos, que un bodrio aburrido.

Mientras tomábamos un café mi móbil sonó, me levanté disculpandome para atender la llamada y salí al pasillo.

-Crawford

- Nos ha llegado el pedido de Itália, necesitamos tu supervisión para hacer recuento.

- Ok, en 15 minutos estoy ahí

Colgué el teléfono y vilví a entrar en el comedor. Ví como la bruja se acomodaba en su silla y me giraba la cara.

Buff, que mujer tan tonta! Tendrían que quemarla en la hoguera.

- Siento la interrupción pero tengo que marcharme.

- Quiéres que te acompañe?

- No hace falta cariño - remarqué cariño para joder a la bruja y lo conseguí - Solamente he de supervisar unas cosas.

- Como quieras

- Siento tener que marcharme señor Duncan, he disfutado mucho de la comida.

- Gracias Danielle, ha sido un placer tenerla con nosotros y no tiene de que disculparse, conozco muy bien lo que es el deber - le asentí complacida con la cabeza -

Evan me ofreció las llaves de su coche y despues de despedirme de él como es debido fuy directa al barrio más pobre y mafioso de la ciudad. Allí me esperaba el jefe de todos ellos, el señor Suárez.

Estacioné el coche frente a su casa, por llamar a esos cuatro ladrillos de alguna manera.

- Puntual como siempre - me dijo alegre -

- Yo nunca fallo Suárez - le sonreí y nos estrechamos la mano - Me alegro de verte.

- Yo también pequeña, hacía tiempo que no te pasabas por aquí

- Tienes razón, otro día vendré de visita - le sonreí -

- Te estaremos esperando - me devolvió la sonrisa - ahora vayámos por faena, todo esta en el almacén

- Vamos allá

Hicimos recuento de todas las armas que el negocio de mi família les había ofrecido y todo estaba correcto. En dos semanas tendría que recojer el dinero.

No era el tipo de trabajo que más me gustaba hacer pero era un negocio familiar así que no me quedaba otra.

Al salir del almacén acompañada de Suárez escuchámos a lo lejos el frenazo de un coche y algún que otro chillido, era algo normal allí así que no le dimos importancia.

A los pocos minutos apareció uno de sus hijos corriendo hacía nosotros.

- Papa! - gritó -

- Qué pasa hijo?

- Menudo carro hemos piyao! Un porsche blanco papa!

- De quién era?

- De una vieja papa, chillaba como una condená y sa desmallao - rió - la hemos saqueao y la hemos dejao atá en la fabrica vieja, mira - sacó un collar, unos pendientes y un par de anillo de oro con diamantes, me fijé en ellos - alomejor nos dan recompensa papa

Mierda, han secuestrado a mi suegra!

No me conoces (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora