Bien llego al hospital diviso a un par de papz pero les ignoro, son jodidamente molestos y planeo poner una demanda a cualquiera que obtenga fotos de mi familia por un largo periodo, pero incluso eso puede esperar ahora, todo puede esperar cuando estoy a un paso de abrir la puerta de la habitación en la que se encuentra la luz de mis ojos. 

Al entrar me encuentro con mi madre que dormita en el sillón que hemos ordenado poner en la habitación, es una cosa grande que puedes hacer cama fácilmente y que le ha servido a todos para cuidar de mi pequeña de una forma mas o menos cómoda. 

Deliberadamente hago caso omiso a mi madre que descansa y me acero a la cuna donde reposa mi hija, luce tan pequeña y débil entre tantos aparatos y solo cubierta con su pañal... Una de mis manos se cuela por los huecos destinados para acariciarla y ella, aún inconsciente, me aprieta con sus deditos uno de los míos. Es perfecta.

- Buenos días princesa....- susurro acariciando su mano que se aferra con la que creo que son todas sus fuerzas a mi dedo. - Hoy papá te sacará de aquí y volveremos a casa, veremos a Ted y a mamá y estaremos todos juntos a salvo para que te recuperes pronto mi vida.- 

Le hablo como si entendiera, como si ella fuera una persona grande a la que puedo prometerle las cosas que digo, pero se que no lo es ni necesito que lo sea ahora mismo, solo quiero exteriorizar mis promesas para cumplirlas, y quien mejor que mi hija. 

- Hola mamá.- digo cuando noto que ella se está despertando y mantengo el agarre de mi bebé.

- Hola hijo, solo estaba descansando un momento.- dice como excusa que no necesita realmente mientras se talla los ojos. 

- No hay problema. ¿Fue una buena noche?- pregunto esperanzado para poder cumplir mi objetivo. 

- Fue perfecta, salvo que ha demandado por Ana y no ha estado convencida del todo por el biberón, pero se tuvo que conformar y por lo demás ha estado bien.- Por supuesto que no está convencida, la experiencia me dice que los biberones no son parecidos a los pechos de Ana ni de cerca.

Mi madre se levanta y acomoda su ropa, creo que no ve las horas para irse y tener un baño de agua caliente bien llegue a casa, y no pienso detenerla, porque se que lo necesita. 

- Quiero llevar a Phoebe a casa, donde pertenece para poder velar mejor por ella.- Y se por su mirada que sabe de mis segundas intenciones. 

- Te diría que el riesgo es bajo y que probablemente ya ha pasado lo peor, ¿Pero que es lo que le va a esperar estando en casa de esta forma?- pregunta arqueando una ceja. Es mi madre y al fin y al cabo me conoce muy bien.

- Tenemos a los responsables y quiero efectuar el golpe, necesito a mi familia a salvo mamá.- Y se por su mirada que a pesar de la preocupación me está apoyando en esto, y que pase lo que pase va a estar apoyándome y cuidando de sus nietos.

- Solo ve con cuidado, ya no eres solo tu.- dice dejando un beso en mi mejilla y mirando por ultima vez a Phoebe. 

No le ha gustado saber que es momento de terminar con la mierda, pero ya nada me detiene. Vuelvo la mirada a donde mi hija descansa y me quedo allí congelado por lo que creo que son horas o tan solo minutos, no estoy seguro, pero lo que me saca de ello es el sonido de la puerta abrirse. 

- Buenos días Sr. Grey, es hora de alimentar a la pequeña.- Dice una enfermera que conozco de las otras veces que vine. 

- Yo lo haré.- informo pidiendo el biberón y ubicándome para esperar a que saquen de ese lugar a mi bebé.

- Ok en un par de horas estará viniendo la doctora para una evaluación de rutina. ¿Necesita algo más?- pregunta ella dejando a mi hija en mis brazos. 

Nuestra Locura 2Where stories live. Discover now