Capítulo 1.

6.4K 132 73
                                    

"Así como la dulzura con la que cae la nieve en invierno, me susurras al oído palabras de amor, palabras que el viento se roba, pero mi memoria recuerda".

"Desearía que estuvieras aquí, rodeandome con tus brazos para ignorar el frio, abrazándome como escudo ante todo el mundo".                                                                                                                    

"Estar sentada frente a la chimenea no es lo mismo si tú no estas a mi lado, te extraño".

Estas son algunas de las tantas cosas que voy escribiendo en mi cuaderno mientras estoy aquí, sin hacer nada más que recordar.

Desearía que él estuviera aquí conmigo ahora, para poder volver a vivir todos esos recuerdos que ahora invaden mi mente y no pretenden irse mientras este aquí.

Volví con la idea de recuperarlo, supongo.

Fue un viaje que se me ocurrió del día a la mañana, no sé si él sigue estando aquí o no, no sé si me recuerda, no sé nada de él, solo sé que lo quiero conmigo devuelta, que lo necesito conmigo para poder afrontar todo esto que está pasando.

Quiero volver a sentir su cuerpo pegado al mío, dándome calor en las noches que no había leña para prender la chimenea. Quiero volver a tomar el chocolate caliente que él me preparaba cuando estaba enferma o con frío en la tarde. Quiero que volvamos a hacer nuestras guerras de nieve. Quiero que el este conmigo ahora.

Hace cuatro años que no lo veo, que no sé nada de él. Y no sé como sentirme. Intente reponerme después de haber terminado, pero lo único que conseguí fue que me volvieran a romper el corazón. Y ahora volví aquí con la idea de... no sé... no sé porque vine aquí. 

Solo sentí deseos de hacerlo y ya. No es que sea una persona muy impulsiva, casi nunca hago caso a mis impulsos, pero hoy, o más bien ayer, si lo hice. Solo fui al aeropuerto, pedí un pasaje, me subí al avión, y aquí estoy. Ni maleta, ni teléfono, ni nada. Solo yo, mi cuaderno que siempre llevo encima y la ropa que llevaba puesta en ese momento. 

En cierta forma, me alegro de que las cosas por aquí no hayan cambiado demasiado. Cuando llegue, lo primero que hice fue venir a esta cabaña, y como imagine, no había nadie adentro, pero sabia donde estaba la llave, así que entré, y encontré unos abrigos y botas para poder cambiarme.

Me senté en unos de los sillones, que estaban cerca de la chimenea, apagada.

Hace frío, mucho,  por eso me cubrí con una manta que también encontré. Y ahora solo me puse a escribir unas líneas, mientras mis recuerdos pasan por mi mente, sin intención alguna de detenerse.

Recuerdo muchas cosas de este lugar, de esta cabaña, de este vecindario. Y en muchos de esos recuerdos está él. En estos momentos creo que es algo imposible no recordar algo en el que él no haya sido parte, creo que me estoy volviendo loca, no lo sé.

Pienso ir al mercado mañana, acá no hay casi nada, mejor dicho nada de comida, la única que hay son latas de sopas y ya han caducado hace meses.

Ahora mismo no se qué comer, en realidad no tengo hambre, comí algo en el avión y tampoco es que hace mucho que llegué, pero si pienso quedarme mucho tiempo aquí, que pienso hacerlo, tengo que comprar víveres.

Ahora mismo, hay un recuerdo en particular que me atrapa, no es como los otros, fragmentos cortos de distintos momentos, éste, éste es largo y continúo. Y es de cuando recien nos conociamos, que no saliamos ni nada por el estilo ese. 

*-Desearía vivir aquí por siempre- dije mientras caminaba por la plaza- es un lugar tan bonito, me gustaría verlo en verano, debe ser aun más lindo.

-Podrías comprarte una casa o una cabaña y quedarte, ahora mismo no están muy caras.- dijo él.

-No podría hacerlo, tengo mi vida allá, esta todo ahí. Quisiera, no te digo que no, pero quisiera poder hacerlo, vivir aquí digo, es tan... tranquilo, nada que ver a lo que estoy acostumbrada en la cápital. 

-Sólo sido que podrías hacerlo, al menos para tener un lugar para quedarte cuando vengas otras veces de vacaciones, no que te quedes a vivir-

-¿No quieres que me quede?

-Solo digo.

-Lo entiendo, solo dices. Quizá... quizá lo haga. Comprar una casa para las vacaciones siguientes digo. Sería algo que me ayudaría mucho, porque ahora mismo estoy planeando volver, aunque este sea el primer día de siete.*

Y ahora sé que ha sido una buena idea, la de él. Y me alegro de haberle hecho caso. 

 

 

                                        

          

Invierno. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora