- Aja - 


- Listo, tengo creo, todos lo que necesito. ¿puedes acomodarlo en la cocineta? voy a desempolvar un poco, no uso mucho este lugar, de hecho, para cuando te cociné la primera vez tuve que comprar una silla -

- ¿De verdad? pensé que aquí traías a las chicas -

- Me imaginé, por eso ese día te expliqué que acababa de comprar la silla, señorita celos - 

- Señor conquista todo -

- Tengo complejo de Alejandro Magno - 

- Pues mejor que se te quite - le di un golpe juguetón con una toallita 

- Creo que ya está, espérame aquí - 


Henry volvió con su cámara y estuvo tomándome fotos por un buen rato. Me hacía sentir tan especial y tan única. 

- Todas nuestras fotos, terminarán en un álbum para que podamos verlas cualquier día -

- Vamos a la hamaca - dije 

- Vamos, un rato porque tenemos que cocinar -

Nos relajamos en la hamaca un rato. Henry acariciaba mi cabello  y mi mejilla, hasta casi caer dormida. Cuando notó que me relajé de mas, tuvo que despertarme. Subimos a empezar a cocinar. Terminamos las pastas con las diferentes salsas, Henry combinó los tipos de pasta en un solo platillo y cocinó lasagna. 

- Esta riquísima Henry - 

- Cocinamos los dos - 

- No, yo solo ayudé un poco, amo que sepas cocinar - 

- Si nos casamos ¿yo cocinaré todo el tiempo? - 

- Podrías enseñarme y puedo cocinar de vez en cuando -

- Suena bien, sería la segunda cosa que te enseñaría a hacer - 

- Me encanta estar contigo - 

- Amo que estés aquí conmigo - 

Después de la cena brindamos. Hubo muchas fotos y besos. Cuando llegaron las 12, comimos 12 uvas cada uno, fue divertido e injusto, yo no podía competir contra Henry en poner 12 uvas en mi boca. Bajamos a la sala camino al patio trasero y Henry me tumbó sobre el sofá. Empezamos a besarnos, Henry pateó la mesa de centro y casi tiramos las copas de vino que habíamos dejado ahí cuando bajamos. De pronto sonó el timbre. Henry me miró con los ojos muy abiertos, esperando a que se fueran, pero siguieron insistiendo. Se levantó de mala gana y al no ver a nadie por la mirilla, abrió la puerta, yo me senté en el sofá y señorita piernas largas entró a la casa. 

- ¡¿Tu que haces aquí?! - me gritó a la cara cuando me vio

-  ¡Iris, sal de mi casa en este momento! - 

- ¡¿Qué hace ella aquí?! - 

- ¡Ella, está conmigo, quiero que te vallas! - 

- ¡No me voy a ir, no me voy a ir, yo quiero estar aquí, contigo, Lori está cenando con Steve, tu se supone que debes estar cenando conmigo, no con, esta! - 

- ¡Iris, vete de mi casa o voy a tener que sacarte! - 

- ¡¿Qué haces aquí todavía estúpida?! ¡Quiero que te vallas y dejes a mi Henry en paz! - 

- ¡Ella no va a ir a ningún lado Iris, eres tú la que se tiene que ir y nos va a dejar en paz! - 

- ¡No! -

La piernas largas, Iris, subió y Henry fue por ella, cuando bajó gritaba furiosa, sobre como era posible que me hubiera cocinado una cena y a ella jamás le había cocinado ni el desayuno. Seguía muy molesta y Henry la corría de la casa de mala gana. De pronto, se paró a un lado de la mesa de centro, tomó una de las copas de vino y la arrojó a mi ropa. Yo abrí la boca y miré mi blusa arruinada, la miré y controlé el insulto de agarrarla a golpes en ese momento. No me iba a comportar como ella. Henry la tomó por un brazo y la sacó de la casa, diciéndole que si no se iba, llamaría a la policía y haría que la arrestaran por invasión de propiedad. Después de un rato mas de escuchar insultos, todo quedó en silencio. Fui al baño a intentar lavarme. Las lágrimas empezaron a querer salir pero me contuve. Si lloraba era por furia. 

Cuando salí del baño Henry estaba parado afuera. Me miraba con cara de preocupación y sostenía una toalla en las manos. Se me acercó y trató de secarme pero yo le aparté la mano. Fui a sentarme a otro sofá y cuando Henry se acercó, le pedí que me llevara a casa. Necesitaba cambiarme de ropa. De pronto recordé que tenía algo de ropa en casa de Henry y fui por una blusa limpia. Mientras me cambiaba Henry me esperaba abajo. 

-  ¿Lista? - 

- Algo así, Henry, quiero que me lleves a casa - 

- Pero ya te cambiaste - 

- Quiero ir a casa, no esperaba que las cosas se pusieran así, y quiero irme, no quiero estar aquí por si llega a regresar - 

- Ella, no es bienvenida aquí - 

- Sus reclamos parecían serios, se que tal vez no tengo calidad moral para decirte eso, ya que yo tardé mucho en dejar a David, pero no había sabido nada de ella hasta ahora que empiezo a salir contigo, ¿eso va a ser constante? - 

- No princesa, solo, está loca, yo tampoco había sabido nada de ella, la última vez fue cuando tuve el accidente, pero antes de eso no la había visto, por meses - 

- La odio, no quiero volver a verla - 

- No la vas a volver a ver princesa, lo prometo, no vas a volver a escuchar de ella si quiera - 

- Gracias amor - lo abracé

- Entonces, ¿te quedas? - 

- Claro que me quedo, ese era el plan ¿no? - 

- Ese era el plan, como el sofá esta arruinado, tendremos que volver a la habitación, o, tal vez, probar la resistencia de la hamaca - 

- No, la hamaca no - dije corriendo escaleras arriba

- Claro que si - corrió detrás de mi y me bajó de nuevo

- Además hace frío, luego probamos la resistencia de la hamaca, tengo frío - 

- Bien, volvamos a la cama, solo con una condición - 

- Dime -

- Quiero que vivas conmigo - 

- ¿No crees que es un poco rápido? - 

- No, Caroline, lo único que falta es que tengas aquí tu cepillo de dientes - 

- Pero ¿y tu acosadora? - 

- No tenemos que vivir aquí si no quieres - 

- Tu siempre insistiendo - 

- No insisto a menos que sea algo que en verdad quiero, y en verdad quiero que vivas conmigo - 

- Lo pensaré, ¿eso funciona por ahora? - 

- Me hubiera gustado mas una respuesta - 

- Entonces, lástima, no cumplo tu única condición para ir a la cama - me senté en el sofá

- Eres una manipuladora - me levantó y empezó a besarme

- Vamos entonces, manipulador - 

Siempre Serás TúUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum