- Oh... Oh Dios mío... - Murmuró Camila con un hilo de voz.

- Es la copia de tu anillo de matrimonio... El otro día fui a la joyería donde los compramos, llevé el mío y pregunté si podían conseguirme una copia con el número del tuyo. – Explicó lentamente Lauren mientras observaba cómo los ojos marrones se agolpaban con lágrimas.

- Lauren... Oh...

- Sé que lo perdiste realmente, y que no era una mentira... Dinah me lo confirmó... Perdóname por no creerte mi amor, pero estaba tan herida que... No puedo explicarte cómo me sentí.

Camila afirmó en silencio limpiándose con el dorso de la mano sus lágrimas para seguir cautiva en los ojos color esmeralda.

- Sé que quizás es muy pronto... Pero no quiero perder más tiempo mi amor... Aún faltan casi cinco meses para nuestro tercer aniversario de boda, quiero... Quiero que nos casemos otra vez aquel día... Sólo si tú te sientes preparada y feliz con ello, no necesitamos una gran fiesta, incluso si lo quieres sólo podemos ir al ayuntamiento y firmar los papeles... Te quiero, quiero todo contigo... Nunca debí firmar esos malditos papeles del divorcio...

El corazón de Lauren se agolpó con fuerza porque por fin fue capaz de hacer algo que llevaba meses sin lograr... Pudo leer los ojos de Camila, los ojos de su amada, aquellos redondos fondos de color marrón que parecían el universo para Lauren.

- Sí... Me casaré otra vez contigo Lauren. – Dijo finalmente la arquitecta lanzándose a los brazos de la sargento.

...

Camila sintió que sus mejillas dolían de tanto sonreír aquella noche. En la casa de los Jauregui resonaban sonidos de conversaciones, risas y palabras emotivas. Era la cena que los padres de la sargento habían organizado la noche anterior de que el vuelo de la sargento saliera con un destino aún incierto para ella.

- Entonces Lauren salió corriendo descalza por todo el instituto porque no encontró sus calcetines ni zapatillas. – Recordó Taylor riendo tan alto que Connor intentó sujetar a su esposa por los hombros.

Sus ojos marrones pudieron detallar cómo Lauren tenía un leve tinte de rubor en sus mejillas al recordar la vergonzosa escena que relataba su hermana menor.

- Por supuesto luego supo que fue Cameron el que había escondido su ropa luego de aquel entrenamiento. – Apuntó Chris moviéndose levemente al aún llevar el inmovilizador en el hombro.

El recuerdo de la imagen del mejor amigo de su ex esposa riendo a carcajadas le hizo rememorar a la perfección aquel día en que su, por aquel entonces, novia había corrido hasta su salón de artes donde ella había mirado con gracia los desnudos pies de Lauren.

- Memorable. – Dijo irónicamente la ojiverde.

Michael le revolvió un poco los cabellos a su hija mayor haciendo que a Clara se le dibujara una gigante sonrisa en el rostro. Al mismo momento Sinu entró al comedor con Cameron en brazos el cual luchaba por no quedarse dormido a pesar del cansancio de haber pasado toda la tarde jugando junto a sus tíos y abuelos.

- Bueno, propongo un brindis. – Anunció alegremente Alejandro tomando una copa de vino tinto.

Su rostro se suavizó frente a la sincera sonrisa que su padre le dirigía a Lauren la cual tomó entre sus manos un vaso con zumo de frambuesa. Todas las personas en el lugar copiaron el gesto y esperaron por las palabras de Alejandro.

- Lauren, te deseamos lo mejor, como siempre... Que toda la valentía y capacidades que hay en ti te ayuden en tu próxima misión... Vuelve pronto que todos aquí te estaremos esperando con un fuerte abrazo. – Dijo el hombre.

Amor inmarcesible. (CAMREN)Where stories live. Discover now