Capítulo 1.

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- A ver, cariño, venga, cómete todo. – Dijo un poco divertida Lauren.

Pero el pequeño sólo acentuó el puchero que tenía en el rostro y comenzó a sollozar nuevamente.

- Ey, ¿Qué pasa bonito? Pensé que te gustaba la comida que te hago con tanto amor.

Volvió a intentar darle de comer al pequeño de 10 meses que se movía inquieto en su silla para comer, tenía el rostro embarrado de comida, y sus manos se golpeaban levemente contra la pequeña mesita que traía la silla.

- Vale, vale, si no nos comemos todo no habrá fruta luego. – Murmuró la ojiverde revolviendo los cabellos castaños oscuros del pequeño.

Suspiró levemente para luego mirar el reloj de la pared de la gran cocina de la casa, decidiendo que era suficiente.

- Tendré que darte un baño, mírate cómo has quedado – Apuntó con un dedo.

El pequeño lanzó una leve risa al ver cómo su madre se movía por la cocina, siguiéndola fijamente con aquellos ojos verdes que sobresaltaban en su pequeño rostro.

- Pero debemos ordenar ésto, o mamá Camila se enojará con nosotros.

Lauren hizo una mueca entre sorpresa y miedo volviendo hacer reír al pequeño, que luego le quitó la atención para jugar con sus manos llenas de comida.

- ¿Qué te parece si después del paseo por el parque vamos a buscar a mamá Camila al trabajo?

El pequeño devolvió la atención a su madre para luego pronunciar algo inentendible, algún monosílabo el cual hizo dibujar una gran sonrisa en el rostro de Lauren.

- Pero primero, el baño. – Dijo por fin liberando al pequeño de la silla.

...

Camila forzó una gran sonrisa al ver cómo Lauren estaba apoyada contra el Chevrolet TrailBlazer 2014 color azul con su hijo en brazos, el pequeño comenzó a mover los brazos rápidamente y a repetir sonidos divertidos llamando la atención de la morena la cual logró apurar sus propios pasos.

- Hola mi vida... Estás más guapo cada día, Dios mío. – Saludó Camila tomando en brazos al pequeño.

- Nuestro hijo no se ha comido toda la comida, ¿Cierto? – Acusó con tono serio Lauren mirando al pequeño.

- Cameron Cabello Jauregui, ¿Cómo es eso? – Dijo la morena mirando directamente a los ojos a su hijo.

El pequeño hizo una graciosa sonrisa mostrando los pocos dientes que tenía y negando con la cabeza varias veces.

- Debes hacerle caso a mamá Lauren, lo sabes.

Con una de sus manos le revolvió el cabello y con la ayuda de Lauren colocaron en la silla de niños de la parte trasera de la camioneta al pequeño. 

Ya de camino a casa ninguna palabra salió de su boca, no sabía si era simplemente cansancio, o la situación que tenía su matrimonio. Lauren a veces le dirigía sonrisas y le apretaba cariñosamente el muslo izquierdo.

- ¿Qué tal el trabajo? – Preguntó finalmente la ojiverde.

- Tranquilo, hay una constructora asiática que está interesada en nuestros diseños. – Respondió con un tono apagado.

Sintió cómo su esposa intentaba estudiar su rostro, lo cual le incomodó, haciendo voltear su mirada en dirección opuesta para detallar lo que había afuera de la ventana.

Amor inmarcesible. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora