¡Ya tenemos mascota!

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Alistair cogió una bomba sónica y la lanzó contra el lobo -¡Tapaos los oídos!- cogió a Enke y empezó acorrer "menos mal que tengo buena puntería" pensó
La bomba explotó y la bestia se tapó los oídos con las patas. -Vamos de aquí... Antes de que muera alguien...- dijo el arcano. Chasqueó los dedos y se llevó a Enke levitando detrás suyo. -No voy a permitir que mueras por una insensatez...-

-¿Insensatez? ¿Es que no te has dado cuenta? ¡Es una criatura inteligente! ¡Podríamos hablar con él y llegar a un acuerdo!- se cruzó de brazos. Había visto a su padre negociar muchas veces y creía que él podría hacer lo mismo. Después de todo no era muy diferente, ¿no?
-Vayamos más rápido, ahora que no llevo lastre puedo incrementar el ritmo- dicho eso recitó un hechizo hans durk mion casazal pionka guk unstem un velo de invisibilidad envolvió a los tres -Nos dará algo de tiempo- dice Alistair.   
El lobo se levantó un poco mareado. No los veía, pero los podía oler. Se guió por su olfato y los encontró a los tres. Pudo tumbar a uno poniendo su enorme pata en su torso.

Slyx se paró en seco, no sabia porque si era una criatura inteligente no podía leer su mente... Entonces se dio cuenta que no era el único hombre lobo que los perseguía. Alguien si quería matarlos así que tenía que resolver el asunto lomas rápido posible. -Probablemente esto te duela...- se acercó a él y le puso la mano en su cabeza. La mente del rey arcano entró en la de la bestia y en menos de dos segundos ya sabía lo necesario.

-¡Has tardado!- se quejó Enke.

-¿Y bien? ¿veredicto? ¿lo mato o no?- dijo Alistair apuntando al lobo con su brazo el cual había empezado a canalizar energía roja.

-Si quiere acompañarnos es bienvenido- volvió a correr.
El licántropo se transformaba. Se convirtió en un jovencito de aproximadamente unos 18 años. -Si quieres, puedes hacerlo, pero si luego los monstruos te comen vivo no será mi culpa- dijo frío.

Alistair se levantó y empezó a correr -Oye, sabes que estas desnudo, ¿no?-
-Sí- asintió como si nada -¿Los humanos no hacen eso?-
El grupo se puso en marcha, pues todavía les perseguían, aunque lo peor de todo era que no sabían a que se enfrentaban.
-¿Y donde encuentro esas cosas de tela que cubren el cuerpo?-
-En un lugar llamado tienda- rió.
-Cállate. Tu risa me molesta- mandó serio mientras seguía corriendo.
-¿Y ese niño quién es?- preguntó señalándolo.
-Un malcriado- respondió el aventurero de mala gana.
-Em... perdona. Ese "niño"que dices tú es el heredero de una de las casas más ricas de todos los elfos, así que no estaría de más un poco de respeto, híbrido- dijo conteniendo de mala manera su ira. 

-¿A caso quieres que te vuelva a dormir Enke?- dijo con tono de superioridad

El semilobo miró al elfo extrañado -¿Heredero?-
Enke miró con ojos cohibidos al aventurero, pero luego los cambió por unos de desprecio -No, gracias. Y sí, heredero- se quedó callado un momento y bajó la cabeza -Bueno, de momento...-
El licántropo sintió algo extraño. Se paró y sin quitar la mirada de unos arbustos comenzó a gruñir.
Alistair alertado por los actos del lobo, lanzó dardos al arbusto.
-No te muevas...- susurró sacando sus garras.
-¿Y ahora qué?- dijo Alistair malhumorado.
-Son muy lentos- pensó Slyx. Chasqueó los dedos de nuevo y los trajo a su lado antes de alejarse demasiado. -¿Podríais no distraeros con una ardilla?-
-¿Podrías dejar de hincharte como un pavo?- respondió Enke.
-Espero que esa frase no se refiera a mí, joven elfo... Ahora si no os importa me gustaría salvarme de ser la cena de un basilisco y creo que deseáis lo mismo, ¿o no?-
-Si con mi muerte consigo dejar de escuchar tu odiosa voz que me devore ahora mismo- se cruzó de brazos.
-Slyx, si no le importa llevarme como hizo la otra vez... yo vigilaré la retaguardia- Dicho eso la bestia nombrada irrumpe en escena a través de los árboles.
-¡Hecho!- Activó el conjuro y corrió de nuevo.
El lobo gruñó. Sus ojos se volvieron rojos y salieron sus colmillos de nuevo -No hay problema- sonrió.
-¡Conseguidme tiempo!- una luz roja iluminaba la escena, Alistair comenzó a canalizar energía a su brazo derecho.
Slyx se posicionó en un flanco y esperó a la canalización, mientras el aventurero comenzó a gritar palabras poco a poco -¡Heins! ... ¡kiahl! ... ¡Tenmer! ... ¡Iktio! ...- Continuó canalizando, de repente gritó lo más fuerte que pudo -¡Pentatorum Moriundi Nefertis!- un rayo de color rojo puro emergió de su mano y atravesó al basilisco de principio a fin.
-Gramerio...- Antes de que se activase su regeneración Slyx le quitó los costes a su hechizo -Ahora puedes lanzar replicas de tu conjuro... -¡Acribíllalo!- Este siguió la orden del arcano, lanzó rayos hasta que el basilisco estuvo muerto.
-Nuestros persecutores volverán pronto... No tardéis en poneros en marcha...-
-Si...- dijo Alistair intentando seguirle el ritmo al arcano junto con el lobo.
-¿No podemos parar un rato? Tengo hambre. A diferencia de alguien yo llevo cuatro días sin comer.- se quejó el elfo.
-Puedo cazar algo- dijo mirando a su alrededor.
-¿Cazar algo? ¿Te refieres a comer algo crudo?- simuló una arcada -Prefiero morir de hambre...-
-Pues muere- siguió corriendo.
-Oye lobo, ¿tienes nombre?- le pregunta el aventurero.
-Pues no. Consígueme algo mejor para comer. ¿Por qué todo el mundo es tan poco amable?- dijo Enke soltando un bufido.
-Sí, mi nombre es Lukadel- miró al humano -Y princeso, soy un lobo, como carne cruda, ¿que más puedo conseguir?-
-No sé, tú sabrás- giró la cara para no verlo -Y llámame por mi nombre-
-De acuerdo, Enke...- suspiró.

Enke hizo una mueca -Ugh, dicho por ti suena muy mal... Mejor llámame conde, y ya-
-Princeso, y ya- gruñó.
Se cruzó de brazos -¡No me Llames princeso!- y siguió corriendo al ver que lo dejaban atrás.
-Princeso- se burló.
Después de tanto correr a lo lejos se divisa el Templo Lunar y la Capital de Kinterfel.
-¡Por fin llegamos!- dijo Alistair.
-No cantes victoria tan rápido...- respondió el arcano.
-Mmm, pues yo no estoy para muchos trotes, necesito descansar... esperemos llegar sin problemas-

-Tengo sueño...- dijo estirándose sobre el lomo de el lobo. La verdad es que era muy cómodo.
El lobo escuchó aullidos atrás. Era su manada, algo les estaba pasando. Paró y se sentó para que Enke se bajara e hizo una señal para que continuasen sin él.
-Vaya, cuando empezaba a estar a gusto...- se bajó de él y caminó hacia Slyx.
Lukadel los miró a los tres con una mirada de despedida y corrió hacia donde estaban sus betas
-¿Volverá, verdad?- dijo tratando de que no se notara su preocupación.
-Eso imagino - dijo el aventurero.
-¡ATRÁS!- gritó Slyx asustando a Enke. Un humo negro emano del suelo, el mago se temía lo peor.
Alistair se puso en guardia.
-¡¿Y ahora qué?!- dijo temblando el elfo.
-No es un Nullander. Estamos muy lejos de su territorio...- ¿Que eres? pensó -¡Muéstrate!-
-¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? ¡Lo odio!-  

Historias de Kun-dushkall [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora