Que viene Lukadel

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Sus ojos se humedecieron y bajó la vista -Maldita sea...- sollozó Enke -Creí que lo podría encontrar, sin embargo, ¡solo me perdí en ese estúpido bosque!- dio una patada a la mesita de noche -Pero... aún no puedo creer que no lo vaya a ver nunca más...- se limpió las lágrimas con el dorso de la mano, pero salieron más.
Alistair le pone el brazo alrededor del cuello y lo acerca a él -No estés triste, el no lo querría, ademas, puede que todavía siga vivo, vayamos a hablar con Slyx, él sabrá qué hacer.-
-No quiero...- murmuró apartando su brazo y se quedó callado mirando al suelo. Estaba enfadado, frustrado y deprimido. En el fondo quería que Slyx le ayudara a encontrar a su mejor amigo, pero estaba demasiado triste como para pensar con claridad y responder lo correcto.
-He de irme tengo asuntos en las a fueras, os acompañare a la puerta cuando encontréis al arcano- dice Lorendall.
-Que se le va a hacer.- coge a Enke y se lo echa al hombro como un saco de patatas y se dirige al ala este -No seas tonto y vamos.- No se resistió. Decidió dejar que le llevaran y seguir llorando a pesar de que odiaba hacerlo.
-Se un hombre y deja de llorar- llegaron al ala este, comenzó a buscar al rey arcano- Slyx, ¿está por aquí?
-Soy un hombre- lloriqueó -Quiero ir al pasado...-
-¿Al pasado para que? Eso no cambiaría nada-
Se encogió de hombros -Edward seguiría a mi lado, eso es más que suficiente para querer volver...-

-Cuando una persona muere en el pasado, cambiar ese hecho no le librará de la muerte, pues su alma queda destinada a abandonar nuestra realidad y viajar a otra en ese instante.- dijo Slyx apareciendo de repente.

-Entonces volvería otra vez para verlo de nuevo...-
-Lo que pides es verlo morir una y otra vez. ¿No crees que es algo egoísta?-
El aventurero suelta al chico en el suelo. Enke se quedó quieto. ¿Le había llamado egoísta solo por querer estar con él? Estaba demasiado deprimido como para contestarle y siguió estático en su sitio.
Alistair mira al arcano -Señor, tenía que preguntarle un par de cosas, ¿le importa?-
-No. Cuéntamelo mientras vamos a la entrada...-
-Primero, ¿sabe algo de las extrañas interferencias que están afectando a la teleportación?-
-No y eso me inquieta. El no saber me altera bastante... -
-Mmm... ¿tiene alguna idea de que podría ser?-
-Eso siempre. Según recuerdo esa zona ahora maldita fue un bastión delos elfos de la noche-
-¿Cree que ellos podrían estar tras estos incidentes?-
-No creo eso. El teletransportador lunar allí insertado podría estar defectuoso- Enke escuchaba todo sin prestar mucha atención.
-Pienso sin embargo que algo que allí reside a averiguado como atraer almas a sus dominios...-
-Algo...¿como qué? ¿un demonio?-
-No hay demonios aquí...- murmuró el nocturno con desgana.
-No ahora, pero los hubo en su día...Y no descarto la posibilidad de que alguien o algo los haya podido invocar de nuevo...- dijo el arcano mientras llegaban a la salida.
-Bueno, segunda cuestión: ¿sabe que es esta piedra?- el aventurero le cuenta toda la historia.
-Ufmm... Me la llevaré para examinarla en casa, si no te importa...-
-No me importa, pero por favor ten cuidado- le entrega la piedra la cual despareció después de ser envuelta en llamas azules.

-Tranquilo. Lo tendré- A Enke le impresionó tanto que el corazón se le encogió cuando vio como la piedra desaparecía, pero se mantuvo callado.

-Uhmm...Si tu hermano esta vivo, lo encontraremos...- le dijo le arcano.
Asintió -De acuerdo...- Desvió su vacía mirada hacia el aventurero -¿Y ahora qué?-

-Pues yo debería informar a la sacerdotisa de Kinterfel de que no pude llegar a Daeriseos, debería de explicarle la situación- mira a Enke -Tu querrás volver a casa... Slyx, ¿le importaría teleportarlo?-
-No, no quiero volver a casa...- dije un poco cohibido.
-En ese caso... habrá que buscarte equipamiento... Señor Slyx, se que es abusar de su bondad, pero ¿le importaría dejarnos por Kinterfel?-
-Yo también necesito ir allí-


El nocturno estiró los brazos frente al aventurero -Llévame en brazos.-
-Malcriado...- de todos modos lo cogió en brazos, había sido un día duro para él.
Se aferró a su cuello y cerró los ojos. Quería desaparecer de allí y que nunca hubiera existido alguien como él. -¿Nos vamos Slyx?-
-¿Estáis listos...?-
-Sí...- susurró sin fuerzas Enke.
-Si- dijo el aventurero.
-Vamos entonces... -Un destello azul y todo cobro forma de nuevo. -Creo que ha funcionado... Luminion- La luz baño el lugar de nuevo, mostrando un bosque totalmente distinto al de antes.
-Si. Estamos en Kinterfel...-

El elfo descansó su frente sobre el pecho del aventurero -No me gusta este lugar...-
Un aullido resonó por todo el bosque. Pero no era de un lobo normal, sino algo más monstruoso.
El vello de la nuca se le erizó -Q-qué ha sido eso?- dijo Enke.
-Hummm... a sonado cerca, podría ser... ¿un lobo gigante?- miró a Slyx -Enke estate tranquilo, estas en buenas manos.-
-Humm...¡Vamos!- Slyx empezó a correr hacia la ciudad.
-Voy- empezó a correr al ritmo del arcano.
-¡¿A dónde vamos?! ¡O-oye!-
-A Palacio Lunar, calla y no hagas ruido- responde el aventurero.
Enke asintió con la cabeza y se abrazó a él. Solo esperaba que no se diera cuenta de cómo estaba temblando.
-Son muchos...- dice el arcano.
-¿Los has visto Slyx?-
-No los he visto... No es necesario verlos para saber donde están o a donde van-


La bestia los había encontrado, pero esperaba paciente entre los setos sin ser descubierta, observaba a los tres. Alistair notó que los observaban -Slyx, ¡cógelo!- lanzó a Enke con cuidado hacia el arcano, sacó del bolsillo trasero unos dardos de tamaño considerable y los lanzó a los arbustos donde sintió el peligro -Se que estas ahí, ¡muéstrate!-


-¡Por aquí!- gritó el arcano bruscamente, cogiendo al elfo en el aire.
-¡A-ah!- soltó un pequeño grito cuando lo tiró y se agarró con fuerza a Slyx-¡¿Q-qué está pasando?!-
La bestia gruñó y los empezó a perseguir. No sabía quienes eran y que hacían en su territorio.
Enke se moría de miedo, pero obviamente no lo diría. Se limitó a mirar a sus espaldas -¡Algo se acerca!- Otros lobos se unieron a la caza.
-¡Cuidado ahora!- Entraron por lo que parecía un pasadizo hecho por árboles. -Blio- el arcano tapó la entrada con una barrera de hielo justo después de que Alistair pasase.
La bestia se levantó a dos patas y gritó monstruosamente.
-Esto nos dará tiempo...- Enke se bajó de los brazos de Slyx.
-Slyx,¿hay alguna ruta de escape?- preguntó mientras observaba la entrada sellada.
El lobo con todas las fuerzas de sus garras intentó destrozar el hielo. Al final lo consiguió.
-Todo recto...Necesitamos llegar al final... Antes de que nos alcance... ¡Rápido!-
En un momento de total demencia el pequeño elfo corrió en dirección contraria, justo hacia la gran bestia, y se detuvo frente a ella -¡¿Qué quieres?!- grité enfadado. Sabía que hacerse el héroe le saldría caro, pero en aquel momento no lo pensó.    

Historias de Kun-dushkall [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora