Evan Bellamy se encuentra cursando su primer año en la Universidad. Tratando de sobrellevar los fantasmas de su pasado, un hermano con problemas de alcohol y la vida sin sus padres, con su actitud ingenua, algo torpe y su mala suerte saliendo a tope...
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Trato de tranquilizarme, trato de respirar.
Tengo aún las fotos sujetas en mis manos, mientras pienso en que quizás sólo se trata de un beso entre hermanos normal. No tiene porqué ser lo que pienso, ¿verdad? Todo puede ser sólo un estúpido error, sólo un estúpido pensamiento, nada más. Hasta quizás...sólo quizá sea que no se tratase de su hermana. Sí, eso debe ser.
Con mis manos, aún temblando, prosigo a seguir viendo las fotografías. El nudo en mi estómago sigue doliendo como el infierno, no se detiene, no me abandona ni un segundo a medida que las fotos en mis manos tampoco dejan de pasar una tras otra, como dedo en la llaga.
Siguen y siguen. Ellos dos. Harry y Maise. Juntos. Besándose. Ella envuelta en sabanas. Ella...Dios, no.
Suelto las fotografías, lanzándolas lejos de mí, con repugnancia. De mi garganta se escapa un grito de horror, de angustia y de dolor.
Mi pecho duele, mi respiración se vuelve dificultosa, las lágrimas que salen de mis lagrimales nublan mi vista. Mis pies se sienten débiles y caigo al suelo. Comienzo a llorar.
¿Qué es esto? ¿Por qué? ¿Por qué ahora?
No puedo evitar sentir asco. Esto es tan...retorcido y enfermo. ¿C-cómo puede alguien simplemente ver a tu propia sangre de esta forma? ¿a tu propia familia? ¿cómo es posible que...? No puedo...me...me duele la cabeza otra vez. Quizás es un error. Estoy malinterpretado las cosas. Harry no puede ser así. Él no me haría esto, ¿verdad?
— ¿Evan?, ¿Estás bien?, ¿Sucede algo? —escucho la puerta abrirse a mis espaldas.
Harry entra a la habitación y el gesto de preocupación se pinta en sus facciones, pero algo ha cambiado. Lo miro, como si fuera una persona totalmente distinta, como si no lo conociera. Me ve en suelo y comienza a acercarse a mí, pero me alejo.
—Evan, amor, ¿qué te pasa?, ¿por qué lloras?, ¿te sientes mal?—cuestiona, su ceño fruncido en una mueca confundida mientras me mira, sus ojos irradian un atisbo de preocupación.
Entonces, las muestro.
—Harry...—comienzo. Mi voz es apenas audible —¿qué es esto?, ¿qué significan estas fotos? E-ella es...es tu hermana...¿es ella?—cuestiono. La vista de Harry se detiene en mis manos, en la cual se encuentra la primera foto de ellos dos. La primera en la que ellos se besan.
Las fotografías esparcidas en el suelo son vistas y de pronto toda la sangre parece haber sido drenada de su rostro. Palidece y su expresión preocupada y confundida cambia a una horrorizada y asustada.
— ¿Harry?, ¿Es ella? Dime que me equivoqué, por favor...—sollozo, aún con la esperanza de que todo esto sea una maldita broma.
Pero en el momento en que sus ojos se conectan con los míos, y esa expresión de arrepentimiento y temor atisban estos, comprendo que no es una broma, es real. Él, el hombre con quien yo salía, tuvo una relación con su hermana fallecida.
