Capítulo 21: Corromper.

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 Llueve

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Llueve.

Del cielo caen miles de gotas y yo estoy afuera de mi casa sin poder entrar, sentada en el escalón de la entrada sin ninguna remota idea de cómo poder entrar. Las ventanas están cerradas por dentro, y aunque intentara abrirlas no podría debido a la humedad en mis manos que resbalarían al contacto.

Estaba tan entretenida riéndome con Dalia mientras íbamos en su auto y aparcamos, que no me di cuenta que deje mis cosas dentro de él. Rato más tarde Dalia tuvo que irse con rapidez ya que su mamá la había llamado debido a una urgencia. Parecía preocupada y alterada. Se ofreció llevarme pero dije que eso la retrasaría más, así que para que se fuera tranquila, me las arreglaría para irme a casa. Todo pasó tan rápido que no recordé que había dejado mi bolso en el auto de Dalia hasta que llegue a casa y me quede pensando en cómo iba a abrir la maldita puerta.

Dije en voz alta que esto no podría ir peor.

Se puso peor.

Se puso a llover.

Yo y mi maldita suerte.

Vuelvo en donde estaba. Sentada ahí. Empapada gracias a esta repentina lluvia y sin saber cómo contactarme con Dalia porque aparte de las llaves de mi casa también dentro del bolso está mi celular. Creo que estoy a punto de sufrir un colapso justo aquí, pero no quiero llorar fuera de casa porque seguramente alguien podría verme, aunque podría decir que tengo gotas de lluvia en la cara, no sería tan notorio. No tengo a donde más ir y la idea de quedarme fuera de casa hasta que Dalia vea que mi bolso está en su auto se me hace eterna, y con la urgencia y velocidad con la que se fue seguro ni siquiera notará que se me ha olvidado.

Apoyo mi espalda sobre la puerta y miro la calle, los pequeños charcos que se van formando en nuestro jardín y también en la acera. He estado más de una hora aquí y supongo que tendré que quedarme por lo menos unas horas más. Y no ha parado de llover.

Vuelvo mi cuerpo hacia adelante y pongo mi cabeza sobre mis rodillas mientras con mis brazos me abrazos a ellas. Cierro los ojos mientras intento mantener la calma. No es la primera vez que algo así me pasa y seguramente no será la última vez. He estado en situaciones peores, me recuerdo, puedo seguir con esto y luego recordarlo con risa. Sí, un día me quede fuera de casa mientras estaba lloviendo. Me moje entera y pesqué un resfriado jajaja que risa. Así va a ser.

Entonces siento como algo cae sobre mi espalda, abrigándome por completo y mi corazón da un vuelco del susto mientras mi mecanismo de defensa hace que levante con brusquedad la cabeza de mi lugar y retroceda hasta que mi espalda choca contra la puerta produciendo un golpe hueco. Mis ojos se abren con sorpresa al igual que mi boca al ver que acuclillado frente a mí se encuentra Harry, mirándome con aquellos ojos verdes llenos de diversión y una sonrisa burlona amenaza con escaparse de sus labios. Por alguna razón que no sé, él está divertido al verme, y no lo culpo. Yo también me reiría si él se encontrara fuera de su casa bajo la lluvia porque se le perdieron sus llaves y no puede entrar, para ser honesta. Me siento avergonzada y a la vez me siento sorprendida por su presencia. Es realmente chocante verlo aquí después de tanto tiempo, y el además pensar que ya no le interesaba en absoluto, y por eso había decidido alejarse de mí. Pero aquí está, por alguna razón que honestamente no me importa, pero está aquí y me siento más tranquila.

𝐁𝐎𝐎𝐊𝐒: Como si me leyeras ☕︎︎ 𝐡.𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora