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Cuando regresé de patrullar nuevamente por los alrededores de la ciudad fantasma todos estaban esperándome fuera del camión con expresiones de profundo desagrado. 

Empezaba a oscurecer y hacía frío ¿Qué diablos estaban haciendo expuestos allí afuera? 

- ¿Qué sucede? ¿Por qué todos están aquí agrupados como carnada? ¿Estamos jugando a novatadas? – Pregunté desconcertada, no veía a Uzui por ningún lado.

- Es por ese tipo despreciable... Y al contrario que Zairen no lo digo porque sea cura – Gruñó Leron desde el piso, en donde estaba sentado con Bride que asintió de acuerdo.

- Quería que lo dejáramos ir tras de ti, como si eso fuera siquiera lógico – Explicó Eun Hye.

- Como no lo hicimos se puso algo demasiado obtuso para mi gusto – Continuó Storm.

- ¿De qué mierda están hablando? – Demandé mirando de uno a otro ¿A qué se referían con obtuso?

- Bueno, creo que mencionó algo sobre su autoridad sobre nosotros por ser parte de la iglesia – Explicó Suzy con escepticismo. Como si ella no pudiese creer que utilizara un argumento como ese, tan trillado y subvalorado.

- ¿Qué? – Pregunté un tanto incrédula.

- Te lo digo en cristiano... Nosotros los plebeyos, además de tener que obedecerle, no tenemos que compartir su mismo espacio – Se burló Leron con amargura – Me duele el trasero. Saca el suyo de allí y que se consiga otro transporte – Expuso su posición.

- ¿Zairen? – Pregunté buscando escuchar su versión.

Por un segundo creí que iba a decir algo pero la expresión de su rostro se endureció. La puerta se abrió de golpe y Uzui asomó su lustrosa cabellera rubia semi humeda. Estaba impecable ¿Se había bañado? ¿En dónde? Acaso... ¿En el mismo baño donde habíamos acabado con su feligrés? 

No, algo como eso estaba fuera de lugar. 

Volví a centrarme en su apariencia, era obvio que había tomado la ropa de alguno de los chicos y por mi bienestar mental esperaba que le haya sido proporcionada y no que la haya tomado a su antojo. Por alguna razón, aunque esto no se parecía en nada al antiguo Uzui, al que conocía y del que había tenido un inocente flechazo, supe que sería exactamente así.

- ¿Estás aquí? – Preguntó sonriéndome de forma inocente.

- Tu. Afuera. Ahora – Ordené, me sentía un poco apenada con los chicos. Como si Uzui fuera ese primo lejano que no sabía comportarse.

- Es... Dime que esa no es mi camiseta – Gruñó Storm. Volví a mirar su ropa. La camiseta decía ¡Vive y muere en Dallas vaquero! Y tenía una rubia semidesnuda sobre un caballo, estaba demás decir que la rubia tetona tenía cara de estar sintiendo mucho placer para estar solo sobre un lomo.

"Rara elección para un cura" pensé perturbada.

¿Qué me estaba perdiendo?

- Ni siquiera pienses en devolverme esos pantalones, puedes quemarlos, sería la única manera de "santificarlos" – Gruñó Leron con desagrado.

- ¡Qué mierda¡ ¿También mi chaqueta? – Murmuró Eun Hye con el ceño fruncido, estaba claramente a punto de explotar.

El momento era tan surrealista que no habría sido ninguna sorpresa si de pronto todos empezaran a reír y me dijeran que se trataba de una broma.

- ¿Uzui? – Pregunté sin saber que más decir.

- Sólo utilicé lo primero que encontré – Explicó tranquilo, sin la más mínima señal de querer disculparse. Como si no supiera que lo que había hecho estaba mal.

Tenía nauseas de nuevo, ahora había descubierto algo nuevo sobre mi: los idiotas causaban en mi organismo el mismo efecto que los demonios.

- Pongámonos en marcha antes de que cometa un asesinato – Gruñó Bride poniéndose de pie.

- ¿Qué vamos a hacer con él? – Preguntó Suzy suavemente. Era claro que tampoco le agradaba.

- Podemos quedarnos aquí en el camión por esta noche – Propuse sin dejar de mirar a Uzui... ¿Que era? Algo había estado molestándome sobre él, aparte de haberse convertido en un tarado con complejo de estar en su propia cruzada religiosa – El pueblo parece estar vacío según lo que hemos comprobado. Por ahora es seguro, tan seguro como ponernos en marcha – Informé.

- ¿Estuviste patrullando sola otra vez? – Escupió Zairen enojado.

- Fue una tontería, lo sé. Solo regresé sobre nuestros pasos – Me justifiqué, aunque sabía que no sería suficiente. Su cuestionamiento era válido como mi segundo al mando.

- Estoy completamente de acuerdo con Akira. Estoy seguro de que los chicos también me apoyan – Opinó Uzui desbordando inocencia ¿Por qué parecía que estaba diciendo todo lo contrario a lo que quería? y ¿Cuándo rayos se nos había acercado tan sigilosamente?

¿Qué mierda? Era demasiado irritante tratar de ver a través de él.

- Ahora es Kira - Escupió Zairen, dándole una mirada mortal.

- Próximo pueblo – Propuso Leron contradiciéndolo de inmediato.

- Definitivamente – Dijo Storm.

- Ya llevamos un mes sin hospedarnos en un lugar cómodo – Repuso Eun Hye jugueteando con un hilo de su camisa, otro voto para seguir.

- Estoy de su lado – Agregó Bride.

- Sería bueno ponernos en marcha – Suzy también fijó su posición a favor.

- Bueno, está decidido. Todos adentro – Ordené. Después de todo no me caería nada mal dormir en una cama cálida y suave.

- O podrían no estar de acuerdo – Murmuró Uzui, y otra vez no podía decir si estaba en desacuerdo o no. Sólo estaba tomando la posición de los demás con demasiada tranquilidad.

- Quedémonos – Propuso Zairen de pronto. Rayos, eso era bueno, temía que su lengua hubiese sido devorada. Todos giramos a verlo, incluso Uzui parecía interesado.

- Los chicos... - Empecé a decir con voz apagada. Lo cierto es que no le había preguntado, porque no lo creí necesario.

- Me toca manejar a mí y estoy muy cansado. De todas formas podemos descansar aquí y luego allá, pueden tomárselo como unas mini vacaciones – Planteó Zairen.

Pocas eran las veces que Zairen establecía una posición, siempre hacía lo que todos decidiéramos. Que fuera en nuestra contra, decía que debía estar muy cansado o algo más.

- ¿No es eso ir en contra de los deseos del grupo? – Preguntó Uzui punzante.

Ahí estaba... Su conducta se sentía tan equivocada. Ensayada y luego explosiva. ¿Qué rayos le había pasado? No quería ni imaginarme qué clase de vivencia lo había convertido en un imbécil descerebrado. Por un momento quise saberlo, para amainar las ganas de aplastar su cabeza contra cualquier superficie que pudiera abrírsela en dos.

- Uzui ¿Qué carajos pasa contigo? – Gruñí de forma inconsciente. Él solo frunció los labios.

Zairen me miró con sospecha, pero no le presté atención, no era como si hubiese ocultado que lo conocía. Fui clara al respecto.

- Eso no suena mal – Aceptó Storm siguiendo a Zairen.

- Yo podría manejar – Soltó Bride – Pero pensándolo mejor podemos esperar hasta mañana – Agregó dejando abierta esa opción.

- Si estás tan cansado, está bien – Aceptó Suzy.

- A la mierda... ¿Qué es una noche más? – Señaló Leron sentándose de golpe nuevamente.

- No tengo ningún problema... Excepto... Que él me devuelva lo que es mío – Gruñó Eun Hye extendiendo el brazo hacia Uzui, quien no mostró la más mínima señal de ser el aludido.

- ¡Ahora! – Ordené.

Uzui sonrió como disculpándose y con un lanzamiento le devolvió la chaqueta a Eun Hye. Luego terminó de bajarse del camión y se encogió, luciendo solitario y desamparado en una esquina. Pero en sus ojos bailaba una especie de descaro impropio en un cura.

La mano de DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora