Capitulo 3.

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Una mueca estaba en sus labios mientras veía al profesor Slughorn hablar y hablar. Era la única que no copiaba todo lo que él decía, y le daba igual ya que no entendía nada.

Miró por el rabillo del ojo a su compañera Summer, que estaba a su lado, anotando todo lo que decía el profesor barrigón.

Soltó un bostezo y se acomodó mejor encima de la mesa. No había podido dormir bien, la cama que tenía era muy incómoda y estuvo parte de la noche dando vueltas para encontrarle el lado suave.

Y cuando por fin pudo dormir, ya era la hora de que se levantará, mas decidió seguir durmiendo por algunas horas más. Provocando que llegará tarde y Slughorn la reprendiera.

Perfecto, primer día y ya me llamaron la atención. Pensó cuando se sentó en el asiento libre a un lado de Summer.

La cual fue mala idea, ya que justo al frente estaba uno de los gemelos Fonheddig. Le daba igual si fue o no quien le derramó el helado encima, solo quería matarlo.

Quitó su mirada de la nuca de Víctor, y empezó a mirar sus compañeros. Esa clase la compartía con Hufflepuff, así que la sala estaba silenciosa. Solo se escuchaba la voz de Slughorn y el sonido de la pluma rasgar el pergamino.

Se levantó al escuchar Slughorn decir que era todo por hoy. Sin más, agarró su mochila, se colgó y salió del aula.

Los pasillos del castillo estaban repletos de pequeños niñitos, corriendo hacia su siguiente clases.

— ¡Amber! —escuchó que la llamaban, se detuvo y volteó para visualizar quién dijo su nombre.

El niño pálido y de lunares caminaba hacia ella con rapidez, junto a él estaba Summer, y junto a esta venía el niño Fonheddig.

— ¿Qué pasa? —preguntó al ellos llegar donde ella.

Realmente, no quería estar con nadie en esos momentos. Slughorn había amargado su día, y, para molestar a los demás con su amargura, le gustaba más la idea de estar sola.

— ¿Vamos al gran Comedor? —preguntó Summer viéndola con una sonrisa, tratando de hacerle cambiar de parecer.

— No lo creo —respondió mirándola sin emoción alguna, y dejando a los tres con la duda de que le pasaba, se dirigió a la torre de astronomía.

Dos años después.

La pelinegra se encontraba en la casa de su mejor amiga Needy, lista para una pequeña pijamada, como solía ser cada viernes en la noche de las vacaciones.

Ambas ya estaban por empezar su tercer año en Hogwarts, y en los primeros dos años les fue bien (por obra de Merlín, ella si aprobó las materia).

— ¡Estoy tan emocionada por iniciar clases! —chilló Needy al momento de ambas estar en el cuarto.

— Tu eres la única, yo no —respondió quitándose sus zapatos.

— Oh, venga. Sé que sí —volteó a mirarla sonriendo—. Para poder ver a tu chico Fonheddig —movió sus cejas de arriba abajo.

En los últimos dos años; Amber había desarrollado una especie de enamoramiento hacia el chico Fonheddig que le había tirado encima en primer año, él cual está en Gryffindor.

— ¿Qué parte no entiendes que él no me interesa? Solo me parece guapo — bufó exasperada de lo mismo—. Mejor hablemos de otra cosa para no amargarme.

La sonrisa de Needy desapareció y la miró con seriedad.

— ¿Es verdad lo que dicen por el vecindario? —cuestionó la rubia alzando su ceja.

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⏰ Last updated: Jan 16, 2017 ⏰

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Las Crónicas de los Green.Where stories live. Discover now