◑Nuevos alumnos◐

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Ya era hora de irnos pero, sinceramente, no era capáz de levantarme. Sentía la mirada de Austin puesta en mí y yo solo miraba la estúpida lápida que se encontraba frente a mí. Desde que hemos llegado se ha mantenido al márgen, observando todo en silencio. Sé que está curioso pero no ha preguntado nada, y agradezco eso.

Los recuerdos de lo que sucedió hace dos años se repetían en mi cabeza cada dos por tres como una horrible película de la cual ya estaba harta.

-Debemos irnos si no queremos perder el avión.- susurró él.

Asentí, ¿Qué más podía hacer? Echarme a llorar como una gilipollas no estaba en la lista, no. Yo no lloro. Menos delante de alguien. Prefiero hacerlo sola, si esque. ¿Orgullo? Tal vez.

Con cuidado me levanté mirando al chico junto a mí.

-Vamos.- murmuré y comencé a caminar sin esperarlo.

Respiro lento, Austin llega unos segundos después y me abraza con fuerza. Me refugio en sus brazos, me gusta la sensación de protección que me brindan estos. Durante toda mi vida me he acostumbrado a refugiarme en mí misma, a no necesitar a nadie. Si algo salía mal yo misma lo arreglaba, no me gustaba meter a terceros en mis problemas. Pero ahora, entre sus brazos, nada más importa. A la mierda el mundo entero. A la mierda mis miedos irracionales, Brittany, Kendall, Liam y todos los demás.

-Gracias.- alargo el cuello y beso su mejilla.

Austin acaricia mi mejilla y asiente, coge mi mano y caminamos un poco antes de llamar a un taxi. De camino al aeropuerto nadie dice nada y lo prefiero así, no puedo hablar y al parecer él está sumido en sus pensamientos.

-No fue tu culpa.- suelta luego de bajarnos del taxi.

Volteo a verlo pero él mira fijamente al frente.

-No fue tu culpa.- dice con más determinación.

Voltea a verme y acomoda un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Sonrío amargamente y niego con la cabeza.

-Gracias por estar aquí.- digo con una débil sonrisa.

Pasa un brazo detrás de mis hombros y me atrae a su cuerpo, apoyo la cabeza en su hombro y sigo caminando.

Todo esto me está matando lentamente y quiero dejarlo atrás, de verdad que lo intento. Tal vez lo que dice Austin sea verdad, tal vez no es mi culpa... tal vez, con el paso del tiempo, corrección; de más tiempo, yo pueda volver a ser la misma Sky de hace dos años, aquella chica de 15 años que destilaba alegría por donde pasaba.

Abordamos el avión, me siento junto a la ventana y él junto a mí. Dejo caer mi cabeza sobre su regazo y siento como él se tensa y pasa saliva con fuerza.

-¿Q-qué h-haces?- balbucea.

Frunzo el ceño y luego me doy cuenta que mi rostro está sobre su miembro.

Suelto una risa.- Tranquilo, aunque esta posición es un poco tentadora hay muchos testigos.- giro el rostro y le guiño un ojo.- Aunque si quieres...- subo la mano por su pierna hasta llegar al cierre de su jeans.

Su respiración se vuelve agitada, sonrío con malicia y me enderezo en mi asiento.

-¿Pero qué?- reclama irritado.- ¿Me dejarás así?

Miro sus pantalones, en conclusión este chico levantó carpa.

-Hola, ¿Se les ofrece algo?- pregunta una azafata con una gran sonrisa.

Trato de aguantar la risa al ver a Austin con los ojos como platos.

Trata de cubrir su erección con las manos, miro a la chica y veo que tiene los ojos puesto en esa zona y relame sus labios antes de morderlos.

Filofóbia. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora