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La primogénita Sawada miró a la puerta nerviosa, después de lo que no llegó a Educación Física tendría que presentarse a toda la clase.

La joven esperó la indicación del profesor y entró a la clase con la mirada gacha y un tímido sonrojo cubriendo sus mejillas. Miró de reojo a la clase llevándose la sorpresa de que su mellizo, Hayato y Takeshi estaban allí, aunque se sintió más segura ante ello.

Todos los chicos de la clase, sin incluir Tsuna, Gokudera y Yamamoto, la miraron sonrojados, todos murmurando cosas como «Que bella» «Parece una muñeca» «¿Será soltera?» «Parecede la realeza» entre otras cosas.

— Por favor, preséntese — Indicó el docente a cargo.

— B-Buenos días, m-me llamo Sawada Alice, soy la hermana melliza de Tsunayoshi es un gusto — Se presentó un tanto nerviosa.

Todos, exceptuando a los ya mencionados, quedaron sorprendidos ante su presentación. Miraron a Tsuna y luego a ella sin poder creer lo que habían escuchado ¿En serio era la hermana de ese perdedor?

— ¿Algo más que quiera agregar señorita Sawada? — Preguntó el profesor.

— Bueno, yo viví en Italia durante mucho tiempo y se me dan muy bien todo tipo de idiomas, además soy muy buena en las materias — Pronunció con timidez rascando su mejilla.

De nuevo todos estaban sin habla ¿En serio era su hermana? Eran tan diferentes pero físicamente parecidos.

— Muy bien señorita, puede sentarse delante de su hermano — Dijo señalando el segundo asiento en la fila del ventanal.

La muchacha fue a sentarse, después de aquello la clase pasó normal, aunque para ambos Sawada fue incómodo pues no dejaban de mirarlos. Aún seguían sin asumir el parentesco familiar entre ambos jóvenes de ojos avellana.

El timbre que indicaba el fin de clases resonó por los pasillos, los alumnos comenzaban a salir conversando.

— Eso ha sido incómodo — Opinó Tsunayoshi al salir, siendo acompañado por sus amigos y su hermana.

— Creí que sólo yo me había sentido así — Dijo la chica rascando su mejilla.

Los mellizos rieron al unísono, parecía que una sola persona estuviese riendo pero con eco.

— Vaya que estamos conectados — Dijeron los Sawada a, la química de ambos era sorprendente.

Yamamoto y Gokudera miraban a la chica de rizos naranja reír, parecía tan alegre. Era tan pura e inocente ante sus ojos. No pudieron evitar sonreír ante su risa.

— ¿Vamos a la azotea a almorzar? — Sugirió la chica sacando el bento suyo y de su hermano.

— Claro — Respondieron ambos guardianes con una sonrisa.

Los cuatro caminaron hacia las escaleras de la azotea conversando animados. El castaño miró a sus alrededores hasta que sus ojos se posaron en una figura femenina de largo cabello rojo y ojos de un peculiar color entre azul y violeta.

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La Princcipessa Di VongolaWhere stories live. Discover now