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Un sonido ensordecedor lo saco de su sueño. Para ser más específicos era un gemido y la fuente de este no era nada menos que su compañero de departamento, Luke Hemmings.

El rubio gemía tan fuerte que Michael creía que se podía quedar sordo y lo peor de esto era que estaba interrumpiendo sus sueños, Luke sabe lo mucho que le cuesta dormir a Michael. Lo máximo que ha podido dormir estos días han sido 3 horas y a lo mucho 4.
Los sonidos no paraban y parecía que no tenían hora de terminar. Michael frunció el ceño, odiaba tener que pasar por esto cada vez que Luke se iba a una fiesta.

Quito las mantas que lo cubrían lentamente, el frío que hacía ese día era demasiado. Se logro levantar de su cama vistiendo solo unos boxers negros y un suéter gris que le quedaba demasiado grande, cubriendo sus manos y la mitad de sus muslos, para ser más específicos era el suéter de su compañero Luke. Michael camino por el pasillo descalzo, arrastrando los píes, hasta que se posicionó frente a una puerta con una inicial de la letra "L" y unos stickers pegados, por el mismo.

Los gemidos seguían saliendo de la habitación y ya no sólo eran los de Luke, ahora estaban acompañados de una voz femenina. Michael estaba muy molesto en ese momento, quería matar a Luke lenta y dolorosamente, eran las 3:00 de la madrugada y él debería estar durmiendo o bueno al menos intentándolo, pero aquellos gemidos eran sumamente insoportables.

Giro lentamente el pomo de aquella puerta intentando no hacer ruido, bueno mas ruido del que había, y la abrió mostrando al rubio siendo montado por una chica pelinegra. Esta estaba con las manos puestas en el pecho de Luke, y el rubio la agarraba fuertemente de la cintura.
Michael sentía que en cualquier momento vomitaría su cena en ese mismo instante, la imagen era muy desagradable para el y podía notar que aquella pelinegra era muy fea para Luke, a su parecer.

Después de las náuseas de Michael, este volvió a recordar su objetivo en la misión, que era callar los gemidos de Luke y aquella chica para después volver a dormir.
Ambos adolescentes aún no notaban la presencia de Michael, así que este se se puso en frente de estos para lograr captar su atención.
Estos al notar la presencia del chico se callaron al instante y parecía que se morían de vergüenza.

—¡Luke, cuantas veces tengo que decirte que no me despiertes con tus malditos gemidos!—Sentenció el ojiverde con rabia, para después irse caminando con pasó decidido a su habitación y intentar retomar su sueño, dejando a Luke y aquella chica con las mejillas rojas de vergüenza.

Asexual✨mukeWhere stories live. Discover now