Capítulo 9: Sustos

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-¿Por qué no te agradan ellos? –Empujó al peluche y se sentó a mi lado.

Levanté los hombros

-No lo sé. Nunca me han agradado; solo me agradan Julia y solo un poco Josh, eso es por obligación

No dijo nada; se quedó pensando por un momento.

Mientras estábamos en la banca unas chicas se acercaron a nosotros… bueno más a Max.

-Hola –Sonrió una de ellas tontamente –Nunca antes te había visto por estos lados… ¿Cómo te llamas?

Miré a Max de reojo; él estaba viéndolas sin ninguna expresión.

Una de las chicas se acercó a él y le tomó el brazo invitándole a jugar pero este se soltó y dijo que no.

-¿No querías jugar? –Le susurré entre dientes

-Pero no con ellas –Dijo enojado.

Las chicas me vieron enojadas.

-¿Por qué estas con ella? –Dijo una de las chicas indicándome -¿Te hizo algo o te debe algo? –Se rieron

-Ya quisieran –Resoplé yo viendo hacia el lado. Al no ver al director empecé a buscarlo por debajo de la banca y hacia los lados.

-¿Qué tanto buscas? –Preguntó una chica la cual no había visto detrás de las otras dos; levanté la cabeza y vi como sostenían al peluche de una de las patas.

Uy ¿Lo rescato o no? … Bueno es el director, tengo que hacerlo

-¿Me lo devuelves por favor? –Extendí la mano hacia la chica

-¿Y si no quiero? –Miró el peluche y lo examinó, luego le apretó la pansa y el muy tonto dijo “Te quiero”

-Tanta falta te hace el cariño que tienes que comprar un peluche que te diga te quiero –Se burló una de las chicas haciéndome un puchero

-No soy dependiente de la atención de otros como ustedes –Me levanté y le arrebaté el peluche de las manos.

Max solo nos veía mientras tanto; le entregué el peluche para que lo tuviera.

-Eres una bruta –Una de las chicas se quejó. Yo la miré con desinterés haciendo que se enojara más.

-¡Profesor! ¡Valeria me pegó! –Dijo la chica a la cual le arrebaté el peluche. Yo la miré enojada ¿Cómo que le pegué?

-Ella no te hizo nada –Dijo Max

-Tú te callas, nadie te conoce así que no te creerán –Dijo una de las chicas

-Me da igual –Vi como uno de los profesores se acercaban así que tomé al director en brazos y me alejé de la escena.

-Igual no te creerán –Gritó una de ellas enojada –Ya que no dices nada me creerán más a mi

Caminé más rápido hasta que llegué a un riachuelo que estaba cerca; me senté en un tronco y dejé al director a un lado.

-Esas chicas son terribles –Exclamó el peluche llevándose las manos a la cabeza –Y se ven tan buenas cuando están enfrente de un profesor

-Así son las cosas –Puse mis manos detrás de mí y me apoyé en ellas mientras veía el riachuelo. Al poco tiempo llegó Max y se sentó a mi lado.

-¿Por qué no dijiste que no le pegaste? –Preguntó mientras tomaba una vara

-Porque de todas maneras no vale la pena pelear por algo que no es verdad… ellas son las que se mal acostumbran

Siete razones para no enamorarse ©Where stories live. Discover now