41-Sofá.

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Jamie's POV:

—¿Necesitas algo más? —me preguntó Aaron cortésmente, mientras recogía la bandeja llena de sobras de la que había sido mi cena.

—No —dije sonriendo agradecida.

Aaron asintió y se marchó de la habitación.

La noche anterior la esperanza de que las cosas serían como antes entre nosotros se había encendido, pero hoy en la mañana mi esperanza fue tirada al traste, ya que, Aaron se comportaba de una manera automática y cada vez que yo intentaba preguntarle acerca de nosotros, el muy pillo cambiaba de tema drásticamente lo cual me hacia hervir la sangre. Yo lo quería y él me quería, eso era suficiente ¿no?

Irme a dormir esta noche seria imposible ya que, Aaron era lo único que veía cada vez que cerraba mis ojos. Era como ver una película que se reproducía una y otra vez y él era el protagonista. Esperé a que él viniera a dormir conmigo, como la noche anterior, pero eso no sucedió, asesinando cada vez más mis esperanzas.

~•~

Aaron's POV:

Maldije internamente al no poder dormir. Cerrar mis ojos y verla a ella era simplemente abrumador. Sé que me he comportado como un idiota distanate, pero es que para ser honesto tenía miedo. Yo Aaron Parker estoy asustado hasta la medula. Tenía miedo a que ella me rechazara, simplemente no lo soportaría, no soportaría el hecho de saber que la perdí. 

Estaba dando vueltas sobre el sofá, cuando el susurro de una dulce voz me hizo estremecer.

—Aaron... —susurró Jamie.

Sonreí de oreja a oreja. Donovan una vez más, me agarraba fuera de base. Nuestra relación era una especie de tire y afloje. Nuestras personalidades eran dominantes y orgullosas, siendo una de las causas de nuestras constantes discusiones, por lo tanto, no esperé que Jamie dejara de lado su orgullo y viniera a buscarme.

Ella se encontraba frente a mi vestida con un pijama de tela transparente que hacia volar mi imaginación.

—¿Por qué susurras? —le dije riendo nuevamente.

Ella sonrió.

—No lo sé —dijo ella dejando de susurrar.

Ella se quedó parada frente a mí y balanceaba sus brazos algo incómoda, así que decidí romper la tensión que había en el ambiente.

—Y... ¿no puedes dormir? —pregunté curioso.

—No —dijo ella negando con su cabeza mientras mordía su labio inferior.

Cuánto desearía hacer eso, pensé.

—Ya somos dos —dije para agregarle gracia a la situación.

Ella sonrió sin mostrar sus dientes.

Ella exhaló.

—Tenemos que hablar —dijo ella finalmente.

Una punzada atravesó mi pecho.

Cuando alguien dice "tenemos que hablar" siempre significa algo malo.

Me incorporé y palmeé un espacio en el sofá a mi lado para que ella se sentará junto a mí.

—¿Y bien? —dije para animarla a hablar.

Ella tomó una bocanada de aire antes de hablar.

—Lo s —ella se detuvo unos segundos y luego volvió a hablar —lo siento —dijo finalmente.

Abrí mis ojos como platos.

Esperaba todo menos esto. Si algo había aprendido de Jamie Donovan, era que tenía un orgullo más grande que el estado de Texas. Su reación me había tomado por sorpesa. Sentía como un peso era quitado de mis hombros.

Dile adiós a la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora