La ridícula idea de perderte. 28

2.1K 92 18
                                    

-¿Ya te vas?

Entraba a su camerino, ella estaba sola terminando de desvestirse.

-Sí mi vida, tengo que irme ya.
-¿Fueron buenas las escenas de hoy verdad?
-Muy buenas, por fin. Ojalá Salvador tome tu consejo y no sea un sueño...
-No creo que me haga más caso, demasiado con no traer a la Abud.
-De igual manera estoy contenta de estar aquí contigo. –se sentaba frente al espejo a ponerse su crema- Aunque Victoriano sufra metamorfosis con las escenas con Inés. Quién entiende a esas guionistas...
-Es cierto. –se sentaba a su lado-
-¿Tú tienes más escenas hoy o ya te vas?
-Me quedan unas cuantas y también me voy, estoy agotado. Me trajiste de aquí para allá con tu fiestita...
-se ríe-¿La de hoy o la de anoche?
-Las dos, pero confieso estar agotado por la de anoche, quiero llegar a casa y dormir.
-Muy bien, me alegra oír eso. –él se ríe, sabía a qué se refería-
-¿Tienes que irte ya? –le brillaron los ojos por un momento-
-Sí, tengo una cena familiar por mi cumpleaños, es aquí en casa.
-hizo puchero-Pues pásatela bien morenita, te voy a extrañar esta noche.
-Gracias por hacerme empezar mi cumpleaños de la mejor manera. –le sonreía por el espejo- Ahora lo voy a terminar igual.
-¿Cómo?
-Con mis hijos, tomándome un vino y brindando por ti y por mí...
-Oye... con respecto a lo que pasó hoy...
-No, mejor no hablemos del tema. No quiero hablar de eso. –se paró a buscar su bolso-
-Sé que no soy el mejor oído para hacerlo pero sabes que cuentas conmigo, ¿verdad?
-Sí, lo sé. –se acercó hasta él para besarlo-
-No te vayas... -también se paró para besarla-
-Mis niños me están esperando afuera, José Eduardo los trajo.
-Lo sé perdóname, perdóname... no sé cómo voy a hacer cuando esto acabe, me está costando cada día más separarme de ti.
-Por lo menos no soy la única.
-Pásala bien y extráñame esta noche.
-Como todas las noches.

Se fue y cuando salió se encontró con el arreglo floral que le había mandado su marido. Dudó por un segundo que hacer pero no le dio importancia y salió igual. Cuando fue el turno de César para salir también lo observó por un momento antes de ir hacia la puerta, nomás que no pudo contenerse las ganas de arrancarle unas cuantas flores para luego tirarlas en el cantero de los pasillos.

Llegó a su casa y toda la familia la estaba esperando, esa noche fue la anfitriona, festejar su cumpleaños era una de la cosas que más le gustaban, amaba el momento festivo de ser el centro de atención y estar con tan buena compañía y pasándola generalmente muy bien siempre. Su marido le había organizado una cena muy amena y súper bien atendida, como acostumbraba, bueno en realidad quién teniendo los contactos suficientes, un secretario que se encargue y dinero para costear se negaría, era lo mínimo que podía hacer después de lo que le había hecho pasar.

-¿Mi vida, podemos hablar un momento?

Lo miró por un segundo, no quería hablar con él estaba enfadada pero supo que en cualquier momento iba a pasar. Se disculpó con Georgina, su amiga, y cuando recordó que ella los había presentado la maldijo un poco. Fueron a la habitación y uno de sus invitados silbó y les gritó que lo dejaron para rato, solo que Victoria ni siquiera se gastó en girar y Omar simuló estar divertido.

-¿Qué pasa?
-Me enteré lo que pasó hoy...
-No quiero hablar de eso ahorita, estoy en mi cumpleaños. Si me disculpas... -intentó moverse pero él se puso en frente-
-No, quiero pedirte disculpas yo mismo. Aunque ni siquiera haya sido yo él que provoco todo esto.
-¡Claro que fuiste tú! Acaso que un periodista me espere a la salida de un restaurante para preguntarme si mi marido es gay ¿no es tu culpa?, hasta donde sé tú eres mi marido.
-Cómo si te importara, supe que estabas comiendo con Évora.
-Y con José Eduardo, sí, fuimos los 3 a comer ¿por qué, algún problema?
-Sí, ese tipo es mi problema.
-¿Entonces qué? asumo que lo que me dijeron hoy sobre ti también es mi problema porque...
-¡No digas tantas jaladas!
-No parecen jaladas... dime ¿te gustan los hombres?
-¡Por favor, Victoria!
-No quiero ni siquiera pensarlo, me da asco... pena, todo, espero que soluciones todo esto, porque me voy a hartar de dar la cara por ti.
-suspiró-Gracias por saber que contestar...
-Primero que nada está mi familia y eso te incluye, pero que sepas que no me gustó absolutamente nada tener que pasar por ese papelón. Y espero que sea la última vez, no pienso aparecer más contigo.
-Tenemos que ir a votar el próximo domingo. Es la última vez y se acaba todo.
-No, no voy a ir.
-No empieces, es lo único que te pido, hace meses quiero hacer algo para estar bien contigo y tú te niegas, me rechazas.
-Tu tiempo es de dos minutos, así no me interesa... cuando salgas de esta sucia campaña nos vemos. –intentó moverse otra vez pero la volvió a detener- ¡Y ya párale con los reclamos! no tienes que reclamarme nada... menos después del papelón que me hiciste pasar.
-Cómo si tú no te gustara provocar escándalos... tú también párale con ese no.
-Jamás te he traído un escándalo a tu trabajo, jamás. No quiero que se metan en lo mío... haz algo, por favor por lo menos por los niños. Que van a decir...
-Es que ya lo deben de saber, estaba pensando que en realidad tú sabias algo, por eso te traje aquí.
-No, no me han dicho nada pero no falta mucho. Prepárate porque esa explicación se la das tú.
-No van a preguntar.
-Pues no lo sé, pero asume las consecuencias... -miró para abajo casi sonriendo, el tequila la envalentonaba-
-¿Qué estás diciendo?
-Nada, no me interesa más esta plática. Quiero volver a mi fiesta... suerte en tu campaña.

La ridícula idea de perderte. #VyCWhere stories live. Discover now