La ridícula idea de perderte. 22

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Los despertó el llamado a la puerta donde les avisaban que el desayuno estaba por servirse, y por más que Victoria insistía en quedarse rodeada a esos fuertes brazos fue inevitable tener que abrir los ojos. Lo bueno es que con los buenos días de él todo era más fácil.

-¿Gordita no vas a bajar a desayunar?
-No, no tengo hambre, prefiero dormir un rato más. –seguía abrazada a su pecho con los ojos cerrados-
-Yo si voy a bajar, ándale vamos...
-No, no te vayas, quédate aquí conmigo un rato más.
-sonreía-Pero tengo hambre mi amor.
-Te recuerdo que estás a dieta.
-El desayuno está dentro de la dieta. –intentaba zafarse pero ella se aferraba- Te traigo café, hoy tienes un largo día no voy a dejar que andes sin desayunar...
-...
-¿Victoria?
-...

Bajo la mirada y se había quedado dormida de nuevo, o por lo menos eso quería que entienda, no se iba a levantar de esa cama. Decidió irse igual por el café así que la arropo más y se fue a su habitación para darse una ducha rápida antes de bajar. Cuando bajó se encontró a todos y para zafar preguntó por Victoria, aunque sabía que su amada seguía dormida en los brazos de Morfeo.

-¡Hola todos!

Giró para ver quién era la voz familiar, era Susana Gonzales que volvía a desayunar con ellos.

-¡César, como estás, buen día!
-¡Buen día mí Su!
-¿Hay café?
-Sí, voy a buscar ahorita, ¿te traigo uno?
-Por favor, te guardo el lugar aquí.

Cuando ya desayunaban entre medio de cafés y chilaquiles, la presencia de alguien se sintió, es que todos giraron al verla.

-Llegó la reina con cara de dormida.
-Hola todos, buenos días... y Andrés gracias por delatarme... -todos reían-
-Buen día mi Vicki...
-Buen día a todos...

Con una sonrisa hacía un paneo general hasta que alcanzo su vista al hombre que había dormido a su lado esa noche pero la persona que estaba a su derecha le había hecho eliminar la sonrisa.

-Susana, que gusto verte aquí de nuevo.
-Ya ves Vicky, me invitaron a desayunar y aquí mi compañero me preparó el café.
-¿César siempre tan atento verdad?

Se sentó a lado de Danna, que era el único lugar libre y alejado de ellos dos. Al rato llegó Salvador y cuando vio a Susana comenzó de nuevo a platicar con ella.

-Oye Vicki vente... -le decía con una sonrisa burlona-
-Me da flojera levantarme, dime de ahí.
-No no, es algo aquí entre nosotros los mayorcitos... ya deja de hacerte la chamaca ahí entre medio de puro chavo.
-se reía-Era el único lugar libre y perdóname pero soy muy joven aun...
-¿Qué, César no te guardo lugar a su lado?
-Es que en realidad me extraña que no esté durmiendo todavía... -se defendía y todos reían-
-¿Sí lo hubieras preferido verdad?

El único que rio entendiendo el chiste en ese momento fue Salvador. Y justo llegaban a llamar a las mujeres, pero sobre todo para salvar la batalla.

-Oigan mis reinas, las están esperando ya para comenzar a maquillarlas así que apúrenle que hoy el tiempo es oro.
-Acabo de llegar Jesús...
-Pues mi Vicki, reinita, agarra tu tacita, tu platito y muévele, termina de desayunar allá.
-¿Y nosotros? –preguntó Andrés-
-Ustedes esperan, en un rato los llamo.

Todas las mujeres se levantaron en ese momento, incluida Victoria con su taza de café y una sonrisa de pocos amigos para Salvador que seguía viéndole con un deje de burla.

Una hora después de maquillaje y peinado, César llegaba a buscarla.

-Que jovencita más bella, ¿vienes siempre por aquí? ¿me pasas tú numero?
-Inés no usa teléfono.
-No quiero el de Inés, quiero el de Vic...

La ridícula idea de perderte. #VyCWhere stories live. Discover now