Capítulo 13

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EVELYN SE SIENTA en la cama, moviendo el pie nerviosamente por el suelo mientras continúa mirando la puerta. Por lo oscuro que parece el cielo, seguramente sea más tarde de la medianoche. Sabe que Micah le dijo que no le buscara, pero si no llega pronto, dirá que tiene problemas de audición o pérdida de memoria a corto plazo. Obviamente no se lo tragaría, sin embargo, eso no significa que no pueda decirlo.

Se acerca al balcón, incapaz de estar sentada más tiempo. Mira a través de las puertas de cristal, apoyando la cabeza en ellos. Es una noche nublada, sólo se ven un par de estrellas brillando. Simplemente mirar la escena, sinceramente, le hace tener sueño. No ha dormido bien desde antes de la guerra hace un par de años.

Aunque su sueño desaparece abruptamente, cuando capta movimiento abajo. Se coloca para ver mejor. No quiere abrir las puertas en caso de que sean bestias y la oigan. Es difícil ver en la oscuridad, la luna crea sus sombras, pero apenas puede ver sus siluetas. Hay dos, y espera a que algo pase--un puño volando, un empujón frustrado, algo--pero no pasa nada.

Simplemente están uno frente al otro.

Entonces algo pasa; dos figuras se abrazan.

Evelyn arruga la nariz. Debería haber supuesto que era algún romance jugoso en vez de algo que merezca la pena. Había estado esperando presenciar una pelea entre bestias, o una rebelión de los Normales. Pero no.

Habían sido dos idiotas robándose besos.

Ella gruñe, rodando los ojos y dando la espalda al balcón. Justo cuando lo hace, la puerta de su habitación se abre y Micah asoma la cabeza.

"Al fin," gruñe ella. "Casi hago una decisión irracional."

"Lleva un montón de tiempo convencer a Talon de que se meta en una celda," contesta.

Ella alza una ceja. "¿Una celda?"

"Sí," dice, moviendo la mano quitándole interés. "Tiene pesadillas."

"Pues claro que sí."

"¿Estás lista?"

"Lo he estado desde hace dos días."

Él niega con la cabeza, diciéndola que le siga. Ella lo hace, y la guía fuera de la casa y a un lado del edificio que ella pensó que había sido para almacenar. Lo es, pero almacena cosas diferentes a las que ella creía.

Ella no puede evitar preguntar, "¿Tienes mi daga?"

Micah frunce el ceño, mirando las armas de las paredes y en las estanterías. "¿Por qué necesitas una daga cuando hay espadas y pistolas aquí?"

"Porque mi daga es mi preciada posesión," dice. "Alguien me la quitó cuando me hirieron, y aún tengo que recuperarla."

Él suspira. "Bueno, odio decírtelo, pero no fui yo. No sé dónde está. Aunque hay más dagas aquí, si tan desesperada estás por tener una."

Ella bufa, cruzándose de brazos. "Pero quiero mi daga," hace un puchero aunque escanea las otras. "Me sorprende que me dejes tener un arma."

Micah se encoge de hombros, cruzándose de brazos. "Te dije que las cosas están peor ahí fuera."

Evelyn no se molesta en contestar.

Cogiendo otra daga similar a la suya--mejor quedarse con lo que conoce--finalmente empiezan a viajar. Micah dice que no está lejos, pero el segundo en el que están fuera, camina rápido y mete prisa a Evelyn. A pesar de sus piernas, consigue hacerlo, pero no sin quejarse. Él está actuando como si un león fuera a salir de uno de estos edificios en cualquier momento y les vaya a comer.

The Conquering (Book #2 - The Inception Trilogy) // EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora