Capítulo 2

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ROBBIE PERMANECE TUMBADO en la oscuridad temblando, con las rodillas pegadas a su pecho. No sabe dónde está o cuánto tiempo ha estado aquí. Todo lo que sabe es que está asustado. Tan, tan asustado. No tiene a Poppy a su lado, ni a Eve o Harry o Sasha o Maxie o Ress. Incluso Locke le calmaría en este solitario, oscuro, terrible lugar.

Sea cual sea este lugar.

No ha visto a nadie desde que ese vampiro gigante sin orejas se le llevó. Se siente como si llevara años atrapado en este agujero oscuro, pero seguramente no hayan pasado más de un par de días, como mucho una semana. O quizás sólo espera que no haya sido tanto tiempo para que haya una oportunidad de que Eve o Harry esté a punto de aparecer en cualquier momento y le salve.

Eso sería genial.

Si se despertara y todo esto fuera una pesadilla.

Aunque no es tan optimista como para tener fe en ese pensamiento.

No está seguro de cuán grande es la habitación--si es que es una--en la que está. No ha intentado levantarse o palpar sus alrededores, a pesar de que sus instintos se lo digan. Tiene miedo. El miedo puede ser un gran enemigo, uno imparable.

No sabe lo que los vampiros quieren de él.

No sabe nada excepto que está solo y asustado.

Se duerme de vez en cuando, nunca sabe cuándo cae inconsciente. Se mantiene con la espalda apoyada en una fría pared de piedra y las rodillas flexionadas. Ignora el dolor de la incomodez. No cambia la posición en ningún momento. Ignora el hambre que siente su estómago y el hecho de que está en una necesidad desesperada por cambiarse de ropa, particularmente los pantalones. Incluso si supiera la realidad de su situación, lucharía en contra de importarle.

Apagar su cerebro es preferible a ahogarse en horribles pensamientos. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo.

Sean cuales sean el día y la hora, una puerta se abre. La acción causa que una brillante luz ilumine el espacio, haciendo que Robbie se queje y tape los ojos con las manos. Los pasos se acercan a él, y su mente le grita para estar alerta aunque se siente incapaz de moverse. Sigue encogido contra la pared, probablemente pareciendo penoso y en su lecho de muerte. Al menos así lo siente.

"¿Puedes ponerte en pie?"

Robbie no puede contestar, aún sigue confundido por la luz brillante.

"Vamos, niño, ayúdame. Huele a mierda aquí y no estoy de humor para payasadas. ¿Te puedes levantar o qué?"

La voz no es totalmente antipática, por muy raro que parezca, pero por supuesto tampoco es la más amigable. El hombre simplemente suena cansado y aburrido.

A pesar de que sus piernas se sienten como gelatina por no haberlas usado, Robbie se las apaña para levantarse. Mantiene los ojos cerrados mientras usa sus manos para impulsarse. Sus brazos y piernas tiemblan, amenazando con caerse antes de haber puesto demasiado presión en ellos. Sus ojos se aguan, pero se muerde el labio inferior para que no parezca un bebé.

Hay un suspiro pesado antes de que una mano agarre firmemente los codos de Robbie. "Asqueroso," gruñe en voz baja, y Robbie no está seguro de si el insulto es para él o no. No estaría sorprendido u ofendido considerando su estado actual. Ahora se da cuenta de que sus pantalones están pegados a su cuerpo, sus mejillas se enrojecen pero la necesidad de darse una ducha le urge más que la vergüenza.

Robbie intenta abrir los ojos, mirando a su alrededor.

No hay baño. Ni cama ni comida ni agua ni ropa limpia. Parece un agujero gigante en la pared, y alguien se figuró que sería un buen lugar para retener a niños pequeños. Entonces Robbie alza la vista hacia el hombre, sus ojos aguados ven distorsionado por la luz, pero se las apaña para descubrir unos ojos marrones y mejillas rechonchas, con una mandíbula indefinida. No es ni malo ni bueno a la vista.

The Conquering (Book #2 - The Inception Trilogy) // EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora