Capítulo 4

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EVELYN LE OYE antes de verle entrar en la habitación. Con los ojos entrecerrados, puños cerrados sobre las sábanas, pone todo el desafío que puede reunir en su mirada mientras se acerca. Tiene un montón de cosas que chillar, y él tiene muchas cosas que explicar si espera que se calle. Ella había planeado obtener respuestas hace un par de días cuando se despertó por primera vez y descubrió que él le había salvado, pero cuando no pudo mantener la boca callada después de decirle las fases del plan, llamó a una mujer e hizo que Evelyn fuera sedada. Todo porque se ofendió por unas palabras que dijo.

Y puede que tenga que ver con el hecho de que se lanzó a él, enterrando sus uñas en su mejilla, le diera un codazo en las costillas, demandara devolverla con su gente, y casi le diera un rodillazo donde más duele antes de que la mujer entrara y le salvara justo a tiempo.

Pero aún piensa que sedarla había sido un poco innecesario. Debería haberse calmado--finalmente--si la hubiera escuchado.

La mujer había estado allí cuando Evelyn se despertó poco después de que causara la escena, y había repetido disculpas que a Evelyn no le importaba escuchar. Su nombre es Mercedes, una chica guapa con pelo largo negro y ojos miel que brillan con cada emoción que sienta en ese momento. Sus mejillas redondas siempre están rojas, sus labios son finos. Aparentemente, es la que ha estado cuidando de Evelyn durante su inconsciencia, lo que alivió a Evelyn considerando que no había sido Micah.

Mercedes abrumó a Evelyn con su amabilidad, y no tuvo problema con decirle anoche que Micah planeaba volver a visitarla esta mañana.

Así que Evelyn se aseguró de estar lista.

Él la mira casi inmediatamente, su postura se yergue. No habla, ni da un paso más en la habitación después de cerrar la puerta. La atmósfera incómoda sólo aviva la frustración de Evelyn, y ella desea que sus piernas dejen de dolor para poder tirarse sobre él de nuevo. No se dejaría esos malditos ojos rojos sin atacar.

Ella alza las cejas expectante, curiosa por cuáles serán sus primeras palabras. Está segura de que la enervarán más de lo que ya lo hacen.

Como si leyera sus pensamientos, alza las manos inocentemente. "No quería hacerlo," dice, como si estuviera negociando con una loca.

En cierto sentido, lo hace.

"Era por tu bien," añade, manteniendo su fría mirada. "Dije que no te haría daño, así que la única opción era sedarte."

Ella inhala fuertemente, sus ojos se entrecierran más que antes.

Él da un paso más cerca. "Vamos a hablar, ¿vale? Para compensarte, responderé a cualquier pregunta que quieras hacer."

Ella chista la lengua, ladeando la cabeza ligeramente. "¿Sólo una pregunta?"

Él rueda los ojos. "Depende de las preguntas."

"¿Dónde estoy?" dice. No es la pregunta más importante del siglo, pero ciertamente es una que necesita ser respondida. Ha estado encerrada en esta habitación por demasiado tiempo.

"La mansión del gobernador. O al menos eso es lo que he oído."

Evelyn lo considera. "¿Oído de quién?"

Micah ofrece una sonrisa tímida, sus labios apenas se curvan. "La gente, claro. Esto tiene muchas casas de invitados y la mansión está llena de habitaciones. Pensé que sería el lugar perfecto para refugiarse."

Ella alza una ceja. "¿Refugiarse? ¿Quieres decir que estás salvando a la gente?" No puede evitar reírse por el pensamiento. Puede que le haya visto sólo una vez antes, pero había sido absolutamente cruel y atroz. La gente no cambia--al menos no tan rápido.

The Conquering (Book #2 - The Inception Trilogy) // EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora