Capítulo 1: Fantasmas entre espejos

Start from the beginning
                                    

La puerta del cuarto volvió a abrirse y una vez más allí estaba Maikah. Tanto Krizia como yo dirigimos nuestras miradas hacia ella.

- Espero que hayan llegado a algo. - Entró en el cuarto con aquellos elegantes y delicados andares. Colocó unos cuantos papeles sobre la mesa y me tendió un bolígrafo para escribir, el cual tomé. - Debe firmar ahí. - Asentí nuevamente e hice lo que dijo. - ¡Oficialmente ya forma parte de la agencia Center Blood, división Red Rose! - Una alegre sonrisa se vio dibujada velozmente en su rostro, como si realmente le alegrase que estuviese allí.

Fingía.

Estaba seguro de ello. Era una mujer manipuladora, cosa de la que me di cuenta en el primer momento en el que me habló. Sean sus intenciones buenas o no, ella mueve los hilos y nosotros no somos más que meras marionetas en su posesión. Mientras yo sacase algo de ello no me importaría demasiado.

- Oh, una última cosa... Deben hacerme un favor. Se ha avistado una bruja de rango D en los muelles, en las afueras. Tenemos un proyecto de comercialización marítima con otras ciudades y necesitamos que se limpie esa zona de cualquier monstruo. En un principio no había nadie... Pero apareció esa mujer. - Se dio la vuelta y me miró de reojo. - Por cierto, tu hijo ya está a salvo en el piso, no te preocupes por él. Un vehículo os espera delante del edificio. - Tras darnos toda esa información se marchó sin más.

- Marchando. - Caminé hacia la puerta y la muchacha me siguió con la katana en sus manos. Sentía curiosidad por saber dónde la había conseguido y de dónde provenía ella. No tenía pensado preguntar por el momento, la acababa de conocer y pese a que ella parecía mucha más abierta a hablar de esos temas yo no estaba dispuesto a permitir que me contase su vida de buenas a primeras.

Llegamos al ascensor y pulsé el botón para ir a la planta baja. Un silencio bastante incómodo nos acompañaba. No había música en el ascensor ni tampoco nos dirigimos ninguna palabra. Quizá fuese mejor así.

Una vez la puerta se abrió ambos salimos y cruzamos al exterior del edificio. En efecto, una furgoneta negra nos esperaba justo delante. Entramos a su interior y un hombre bastante mayor con un chaleco antibalas nos esperaba. - Bienvenidos... - Dijo con una grave voz mientras nosotros tomábamos asiento. El vehículo comenzó a moverse poco después mientras aquel señor nos observaba. - Debería daros información acerca del objetivo pero por desgracia no poseemos ninguna. El cabello de la mujer es de un tono rojizo y lleva un vestido blanco rasgado. Tengan cuidado, se le ha asignado el rango D pero realmente desconocemos de qué es capaz. -

De nuevo el silencio decidió rondarnos como si de un fantasma se tratase. Tras unos cuantos minutos, tal vez media hora, nos detuvimos y dos soldados abrieron la puerta para que pudiésemos salir cosa que, sin duda alguna, hicimos.

- Estoy seguro de que podrán ustedes solos, no necesitarán apoyo. Sea como sea, estaremos cerca por si lo necesitan. -

Esas fueron las palabras de "ánimo" por parte de aquel hombre. Podría decir que no se le daba nada, pero nada bien.

- No sabemos ni a qué nos enfrentamos... Esta agencia... No está bien organizada. Me di cuenta desde el primer día que entré. -

Miré hacia mi acompañante algo sorprendido por lo que acababa de decir.

- ¿A qué te refieres? -

- Envían a sus cazadores sin información necesaria, a veces no disponen del armamento requerido, los vehículos no son blindados, ¿has visto a los soldados? No tienen armaduras suficientemente resistentes para enfrentarse a una bruja o un monstruo. Serían de tanta ayuda como una margarita... -

Krizia era más analítica de lo que pensé. Era cierto lo que decía pero no me había parado a pensarlo en ningún momento.

- Tu no necesitas ninguna armadura, por eso vistes ropa tan común... Tu cuerpo... Tu cuerpo resistiría mi mejor ataque y te permitiría continuar con la batalla... No eres humano... -

- Espera un momento, ¿cómo coño sabes tu eso? -

- Te contaron que tengo poderes, ¿verdad? Pero ellos no saben todo... -

- Entonces dime qué es todo. -

- Con tan sólo un vistazo... Puedo saber las propiedades de las cosas, sus debilidades... -

Era, sin duda alguna, una habilidad extremadamente útil para un combate. La pregunta que ahora rondaba por mi cabeza era la siguiente: ¿Por qué me lo contó a mi y no a la agencia? ¿Acaso desea ocultarles información tan importante? Como sea, con el tiempo lo sabré.

Comenzamos a caminar por el abandonado muelle. Allí había algunos cadáveres humanos entre los pequeños puestos que antaño fueron utilizados como tiendas. Los cuerpos eran recientes, serían trabajadores del proyecto de Maikah que querían reutilizar el muelle. Su muerte fue rápida, eso seguro. Sus corazones habían sido atravesados por... Algo. Una vez más el olor a muerte en el aire me acompañaba. Comenzaba a hacerse rutina, día tras día...

Al fondo de aquellas tablas de maderas pude observar a una joven pelirroja... Y poco después una triste melodía se escuchó en el aire. Provenía de ella. Su voz era hermosa, digna de un ángel venido del cielo para salvarnos de nuestra desgracia. Se levantó con lentitud y torpeza, para darse la vuelta y mirarnos directamente.

- Os esperaba. -

Habló. Ella era la bruja, sin duda alguna. Su pálida piel me recordaba a la luna, y las pecas en su rostro a los agujeros de la superficie de esta. Ella era nuestro objetivo. Sonrió con amargura, colocando ambas manos manos a su espalda.

- No quiero pelear. - Enunció. - No quiero más batallas, no quiero más guerras... No quiero más muertes. -

- Tus palabras no me convencen. - Al son que mis palabras huían de mi boca mis manos desenfundaban mi pistola. Apunté hacia ella y sin dejar que nadie más hablase disparé... Pero la bala jamás llegó. Se detuvo en mitad del aire a escasos centímetros de ella.

- ... Puede paralizar proyectiles... Y... - Antes de que Krizia pudiese terminar de informarme los cuerpos que había en el suelo comenzaron a levantarse. Los ojos de estos estaban totalmente rojos, inyectados en sangre. - ... su poder principal es la nigromancia...-

- De puta madre, enfrentarnos a muertos. Lo que me apetecía hoy. - Dije mientras me preparaba para aquella batalla. No tenía ganas, quería volver a casa y ver por fin a mi hijo... Pero no tenía pinta de que pudiese hacerlo hasta dentro de un rato. Malditas misiones, maldita agencia, malditos monstruos...   

Ysatr: Witches Must DieWhere stories live. Discover now