capítulo 17

46 2 0
                                    

Luisa

Caminamos por la verda costeando la avenida, hasta que llegamos a una plaza y nos sentamos en un banquito.

—estuve pensando.

—¿en qué?.—pregunta.

—en que no esperemos más, creo que no es necesario. ¿Quieres ser mi novio?. Tienes cinco minutos para responderme.

—antes de responderte, estás roja como un tomate.—el se rie.—claro que si. No pensé que ibas a decírmelo.

—eso es para que veas lo espontanea que soy y que no tengas miedo.

—no me asusté en lo absoluto.

—como yo soy muy organizada, quiero que queden algunas cosas claras desde ahora.

—te escucho, Lulú.

—en primer lugar; si hay algo que digo o que hago que no te gustan o no te agrada me lo harás saber y yo también haré lo mismo. Hablo sobre mi personalidad, no de mi manera de vestir o de vínculos de amistad, te lo aclaro para no confundirte. Dos: si tenemos diferencias las resolveremos, no me gusta pelear pero tampoco me gusta irme a dormir enojada.

—entendido.

—tres: si en algún momento nuestros sentimientos cambian o alguno mete la pata, lo vamos a decir sin pelos en la lengua, no me gusta sentirme como una boba ni tampoco me gustaría enterarme por otras personas algo que hagas ni viceversa.

—creo que te estas precipitando en ciertas cosas.

—quizas, pero son puntos importantes para mi y es mejor decirlas ahora. Cuarto: no quiero que me engañes, ni que me mientas, prefiero que me digas la verdad aunque suene cruel. Por último; tendrás que respetar la casa de mis abuelos porque yo vivo con ellos.

—todo entendido, ¿algo más?.

—perdon si te aturdí con estas cosas pero era muy importante para mi que lo supieras.

—todo está bien.

—¿tienes algo qué decir o agregar?

—no, opino lo mismo que vos.

—si te parece podemos cerrar este acuerdo, sellandolo con un beso.—Jacob suelta una carcajada y une su labios con los mios.


•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

—¿ y entonces? ¿Cómo te fue?.

—¡adivina quien tiene novio!.— cantureo mientras me siento en el banquito.

—¡Felicidades Lu!. Estoy tan feliz por vos, ya era hora de que ustedes dos empiecen a besarse.

—Sabrina por favor, habla mas bajo. Jeff puede llegar y aun no se lo conté.

—¿y por qué no lo esperaste?

—te recuerdo que me estabas insistiendo desde que llegué a la cafetería.

BrokennessWhere stories live. Discover now