Capítulo 7

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Luisa

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Luisa.

La tarde del bingo llegó y como el dia está muy cálido, armamos todo en el patio trasero de la casa de mis abuelos. Sabrina y Jeff me ayudaron a decorar el patio con guirnaldas de muchos colores, armamos la mesa donde están los premios y el sector donde se cantarán los números.


— Lula, ¿pensaste en la propuesta que te hice?.

— si Luke, no tomé una decisión todavía. Sé que no hay mucho tiempo pero no estoy lista para decidir.

—  esperaré hasta mañana, si no buscaré otra opción. Iré a conectar esto.— Luke trajo su equipo de sonido y micrófono para que todos puedan escuchar los números que salen del bolillero. Es perfecto, esta tarde no voy a gritar.

— así que la idea fue de Jack, interesante. Me lo imaginaba un poco estúpido.

—¡Jeffrey!. —regaña Sabrina.

—es que, lo conozco desde que era así de chiquito.—señala hasta sus rodillas.— por eso lo digo.

El tiempo para terminar de acomodar y ultimar detalles nos alcanzó justo. Las personas van llegando, entre ellas, los amigos de mi abuela quienes por cierto, son muy sociable. Algunos vecinos, mis amigos, Margot y sus hermanos también están aquí. Busco a Jack entre las personas pero no está, aún no llegó.

— sean bienvenidos, busquen todos un lugar y preparen las fichas porque en minutos comenzamos con el juego. —Luke tiene alma de conductor, no dude ni un instante de que el sea quien dirija la tarde bingera. 

—¡Luisa!. —me llama Luke por el micrófono. —¡ al fin, cariño! El bolillero estará en marcha en tres... dos... buena suerte para todo el mundo. Y uno, ¡qué comience!.

Muevo el bolillero y el primer número en salir es el quince.  Yo estaré dándole vueltas a la bola de los números mientras que Jeff y Sabri repartirán los premios.

— ¡Luisa, saca el tres!.

—¡EL VEINTICUATRO LUISA!.

—¡ME FALTA EL OCHENTA!.

— ¡MEZCLA BIEN!.

Me tienen a los gritos desde que comenzamos. Pasaron ocho rondas y los ganadores me sorprenden, los expertos en el bingo no han ganado ni siquiera una vez.

—setenta. —dice Luke por el micrófono y tras ello escuchamos quejas.

—solito el uno.—canturreo.

—¡Bingo!. —grita el señor North, el papá de Luke.

— ¡bien papá, bien hecho!.— Luke hace un mini festejo — Sabrina, ¿qué tarta nos llevaremos a casa?.

— la de coco y maní.

Yo comienzo a reír y luego de verle la cara Luke, mi risa empeora. El niño es alérgico al maní.

— no me vengas con cambios porque este premio le corresponde a la novena ronda. —Sabrina le advierte y le da el premio al padre de Luke quien también estaba riendo.

—mejor, más porciones para mi y tu madre.

—ja, ja, que gracioso. Pasemos a otro tema, ¡¡llegamos a la última ronda!!. La preciada tarta banoffee, la favorita de Lady Di puede ser de uno o una de ustedes. Soplen sus cartones o cambienlos por otro, el último premio esta en juego. Pero antes, Ewan quiere decir algo.

—antes de que termine el evento quiero darles las gracias por venir y participar. También quiero agradecerle a Jacob aunque no esté presente, el fue el de la idea y mi compañero de cuentas. Todos saben como es la historia y nosotros llegamos al final, un ciclo que debemos cerrar. Esta será la última semana que abriremos la panadería. Así que quiero agradecer a nuestros clientes y amigos por el apoyo de estos veinte años. Ahora si, que arranque la última ronda.

Esas palabras me golpearon como cachetadas porque creí que estaba superando la situación pero no es así, el lugar que tanto nos costó construir ya no lo tenemos. Duele mucho pero sé que es lo mejor, no queremos endeudarnos y llevar a todos a un lugar económico difícil.  Sea lo que sea, esta es la mejor decisión.

El bolillero está casi vacío, el número que debería llenar el cartón está a punto de salir.

—quince.

—¡bingo!.

—¡fuerte el aplauso para la última ganadora de la tarde!. Venga por su premio, señora.

Las personas de a poco abandonan el jardín de la casa de mi abuela, los únicos que se quedan son mis amigos, quienes nos ayudarán a limpiar.

—nunca ibas a cantar el siete o el treinta y nueve, o el ochenta. — Ashton se queja y le da un mordisco al muffin.

—si que los dije.

—pero no cuando iba a hacer bingo.

—ese no es mi problema, Ashton. ¿cambiaste de cartón?.

—no, nunca cambio los cartones pero en fin, el muffin esta riquísimo. ¿Tiene canela, cierto?.—le da un mordisco.

— sip, le da un buen sabor.

— como otro nieto de tu abuela pregunto, ¿quién es la señora que ganó al final?.

— no lo sé, no la conozco.

— bueno Luisita, hermosa tarde pero me tengo que ir, tengo ensayo. ¿pensaste en participar del show con nosotros?.

— Luke me dijo pero no estoy segura de poder hacerlo.

— puedes venir al ensayo y probar si tu increíble voz sale, ¿te parece?.

— intentaré ir, lo prometo.

— entonces te veo en un rato, nos vemos.

— gracias por venir, Ash.

Terminamos de quitar la decoración super rápido, ojalá hubieran visto como nos costó atar las guirnaldas al rededor del jardin, incluso entre los árboles. Nadie nos contrataría como decoradores, es un hecho.

— ¡Luke!.

— ¿qué pasa?.

— estuve pensando, sé que falta una semana pero quiero cantar con ustedes, si es que aun no encontraron una corista.

— ¡eso es genial, gracias, gracias!.— sonríe y me abraza.— no quiero escuchar cantando a nadie que no sea tu en ese escenario, estoy emocionado. 

— yo igual. —digo mientras nos separamos.— trataré de dar lo mejor de mi y creo que esta es una buena manera de volver a la exposición, que mejor que sea con mis amigos de toda la vida. 

— mi tio dijo que ya hay sesenta personas que hicieron la reservación, quedan solo diez lugares. Estoy seguro que todo saldrá bien y que brillaras aun más que en todas las presentaciones que has hecho. 

— gracias Luketi por incentivarme, no te voy a fallar.

— si ya terminaste, ¿vamos a ensayar?.

— vamos.

BrokennessWhere stories live. Discover now