Parte 2: bebé de mamá.

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Veo a Christian abrir sus ojos y esbozar una sonrisa de orgullo, seguramente hay algo hecho por nuestro pequeño en aquel sobre, y creo saber que es. No estaba equivocada al pensar que John nos había adjuntado un dibujo de Ted, es una pena que le guste y que no se le dé nada bien el dibujo, aunque lo justifica que nadie en casa sepa de eso.

- Ok, al parecer eres un pequeño Einstein. - dice Christian mientras acaricia los rizos que tiene Teddy en su cabellera. - Y a fin de cuentas nuestras madres tenían razón.-

Me mira a los ojos y lo comprendo todo, Ted quiere un hermanito o hermanita. Mi esposo me tiende el papel que asumo que ha escrito Flynn y me sorprende el ver su contenido.

- En lo personal considero que si somos guapos. - dice mientras recibe la comida para nuestro hijo.

"No necesita más amiguitos o más cariño, solo alguien que pueda ser receptor de una parte de todo lo que le dan, y eso es algo que habla de los valores con los que está creciendo, es algo muy maduro para un pequeño de tan solo tres años y medio."

Eso sin dudas me emociona, hemos estado haciendo bien nuestro trabajo y al fin sabemos que es lo que piensa nuestro bebé, porque nunca dejará de serlo, siempre lo voy a ver como ese bebé de pelo cobrizo que sostuve cerca de mi corazón por primera vez hace casi cuatro años. Una lágrima rebelde escapa de mis ojos y me la limpio rápidamente tratando de que mi insistente y controlador hijo no se dé cuenta.

Lo veo interactuar con su padre, los dos hombres que amo. Sé que todos mis miedos van a ser superados y espantados por ellos y entiendo que es el momento de dar el paso que tanto me ha costado. Vamos a agrandar la familia.

- Mami ze te enfía la comida.- dice Ted con un par de fideos en sus manos.

- Ahora mismo como cariño.- elimino todo rastro de lágrimas y veo que Christian me mira sonriente, está orgulloso de nuestro hijo y también está listo para dar el paso.

Aquella cena fue especial, nos reímos mucho con nuestro pequeño y sus ocurrencias y estábamos más relajados al saber por qué se comportaba de esa forma. Lo especial residía en que estábamos más seguros de que se solucionarían muchas cosas, ser padres primerizos era una experiencia bastante agradable y perturbadora a la vez, una sensación agridulce de amar a ese pequeño pedacito tuyo mientras no sabes cómo actuar en algunas ocasiones.

Me encuentro en mi cuarto quitándome los pendientes que alguna vez me ha regalado Christian. En el tocador que me pertenece me siento mientras quito mi maquillaje y la pulsera que he usado este largo día. Entonces me permito cerrar los ojos para relajarme y rememorar lo vivido, una técnica que me ayuda a pensar bastante por las noches y de alguna forma descansar mejor.

- Cariño.- dice a mi esposo a mis espaldas pasando sus manos por mi costado.

Hemos llegado de la cena y Ted estaba demasiado cansado como para estar mucho tiempo despierto, por lo que apenas batalló un rato para tomar su baño y luego cayó rendido en su cama de niño grande. No estaba segura si despertaría esa noche, pero ya sabía cómo calmarlo, y Christian ha pedido ser quien lo acueste y ayude a bañar, así que me ha dejado libre un buen rato, según él necesitaba una charla de "hombre a hombre".

- Ted quiere un hermanito.- digo cerrando los ojos ante sus caricias, nunca va a perder ese efecto que provoca en mí. -Christian amor, tenemos que hablar.-

Él deja besos por mi cuello descubierto, llevo tan solo un camisón de aquellos que le gustan y me hacen sentir sensual, sus manos viajan por mi cintura hasta mis muslos y luego vuelven a subir a mi pecho.

- ¿Qué tenemos que hablar? Siempre podemos dejar la charla para después.- susurra en mi oído de forma demasiado sensual.

- Amor... - no puedo hablar porque sus labios han atrapado los míos y ahora juegan lentamente.

Nuestra Locura 2Where stories live. Discover now