La intensa luz del pasillo exterior le lastimó los ojos cuando salieron de aquel lúgubre lugar, todo comenzaba a darle vueltas y había comenzado a ahogarse con su propio llanto que lejos de menguar aumentaba con cada paso que avanzaban lejos de ese frío lugar.

-¡¿Qué diablos crees que estás haciendo, Sehun?!-exigió saber Suho en cuanto lo vio cruzar las puertas que daban al piso subterráneo a las celdas.

-¿Qué no lo ves?-soltó agresivamente.

-¡No puedes liberarlo, es peligroso!-casi gritó histérico.

"No... basta, yo no..."

-¡Lu no es peligroso, dé no ser por él, Baekhyun habría muerto!-le recordó al mayor.

-¡Es un monstruo!

"¡Deténganse ya!"

-¡Lu no es un monstruo, él se arriesgó por Baekhyun!

-¡¿Es qué no ves lo que eso está haciéndote?!-señaló acusador a Lu-¡Está manipulándote dios sabe cómo!

-¡ENTONCES DÉJAME, ES MI DECISIÓN SER MANIPULADO!-gritó.

Suho se quedó sin habla mirando como Sehun pasaba a su lado con ese pequeño en sus brazos, apretó los puños pero se abstuvo de seguirlo, pronto eso iba a terminar de una vez por todas de todas formas. Se adentró a al nivel subterráneo junto con seis guardias avanzando a paso decidido hasta finalmente llegar a esa enorme celda.

Un par de perversos ojos rojos brillaban entre las sombras, un bajo gruñido alertó a los seis hombres que lo acompañaban y pronto las armas apuntaban al interior de la celda que era ocupada por un solo individuo.

El sonido de las cadenas y pies descalzos avanzando en su dirección obligó a más de uno a tragar fuerte, la precaria luz, que apenas iluminaba una parte del interior de la celda, reveló primero un pequeño y delicado pie hasta que todo él emergió de entre las sombras.

La bella y delicada figura envuelta por una blanca sabana se reveló ante ellos hechizándolos con su seductora presencia, gruesas cadenas colgaban de los grilletes en sus muñecas dándole la imagen de un ángel prisionero, pero todos ahí sabían que no había nada angelical en ese hermoso y pequeño recipiente que ocultaba a la más horrenda y despiadada criatura.

-Sácame de aquí-le ordenó a Suho.

-No.

-Tú y yo necesitamos hablar, sacarme es lo que más te conviene-aseguró.

-No tengo nada que hablar con un demonio como tú, si estoy aquí es para darte aviso de que serás ejecutado-informó fríamente.

Han se echó a reír sin contemplación alguna tras escuchar tal estupidez, todos se miraron temerosos y confundidos frente a las casi desquiciadas carcajadas del castaño. Suho frunció el ceño ante la molesta actitud del más joven y cuando estaba por exigir alguna explicación, la psicótica risa se detuvo abruptamente.

El cuerpo del menor continuaba encorvado hacia adelante y sus manos aún estaba en su estómago luego de haberse reído de aquella forma, se irguió lentamente y con un rápido movimiento de sus brazos rompió las cadenas, ninguno pudo reaccionar a tiempo para detener la mano de Han que se estiró fuera de los barrotes y sujetó a Suho por la camisa pegándolo violentamente a los barrotes de su celda.

-Suéltalo o dispararemos-advirtió uno de los soldados.

-¿De verdad crees que un simple humano como tú pude detenerme?-preguntó con un bajo gruñido-Soy capaz de romper tus insignificantes cadenas, salir de esta patética prisión y matarte a ti junto con todos los demás en cuestión de minutos-aseguró.

Demonically angelicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora