Capítulo 15

1.4K 220 25
                                    

-Me duele, me duele-sollozaba fuertemente el castaño, sus manos estaban hechas puño en su camiseta aferrándose desesperadamente a él, que no tenía ni la más remota idea de lo que tenía que hacer.

-Tranquilo, estoy aquí-susurró estrechándolo más contra su cuerpo.

Sus ojos viajaron al cuello del menor donde se encontró con una horrible herida sangrante, la respiración del menor era cada vez más agitada, su llanto no iba a parar en un buen tiempo y no dejaba de repetir lo mucho que le dolía.

-Calma, todo se terminó-dijo despacio esperando así mejorar su estado.

-Duele, duele mucho-berreaba.

-Ya pasó, ya pasó-lo arrulló pero de nada servía.

Sus ojos recorrieron sus alrededores asegurarse de que lo que sea que había atacado al menor ya no estaba, se pasó el brazo derecho del menor por los hombros y sujetó firmemente su cintura para poder ayudarlo a caminar sintiéndose afortunado cuando el pequeño chico coopero con él y comenzó a avanzar.

Cuando se encontró con Lu sus ojitos brillaban temerosos mientras miraban a Han, se levantó del suelo donde se había mantenido sentado desde que Sehun se había marchado y corrió a su lado mirando con preocupación a ambos mayores como queriendo preguntar por la condición de Han.

-Todo saldrá bien, vamos a mi habitación para atender a Han, ¿está bien?-trató de sonar lo más tranquilo que pudo y al parecer funcionó ya que Lu asintió sin ningún tipo de protesta.

Le resultó un tanto difícil llegar a su habitación luego de que Han dejara de cooperar dedicándose a llorar con más intensidad, la mirada de angustia de Lu, que también amenazaba con empezar a llorar, tampoco ayudaba mucho pero lo logró de cualquier forma y una vez ahí se dio cuenta de algo en lo que no había pensado antes. Él seguía sin saber que hacer.

No era del tipo que supiera consolar a una persona cuando esta estaba asustada o sufría por mucho que lo hubiera hecho antes con Lu, porque Lu era un niño y era fácil distraerlo de esas cosas que lo asustaban porque no eran más que miedos infundados o eso creía él.

En ese momento se dio cuenta que tenía a dos menores derramando lágrimas y se sentía frustrado al no poder pensar en nada útil para detener eso, cerró los ojos tratando de pensar en algo que sirviera y que no fuera largarse de esa habitación, pero estaba totalmente en blanco y eso lo tenía cada vez más frustrado.

-Esto no puede estar pasándome-susurró para sí mismo.

Lanzó lejos la idea de pensar en algo y decidió actuar, se puso de rodillas frente a Lu para poder mirarlo a los ojos y con mucho cuidado comenzar a limpiar esas lágrimas que manchaban su bonito rostro y le sonrió lo mejor que pudo.

-No llores, Han no puede verte llorar o llorará más, mejor ayúdame a curar sus heridas-pidió.

Lu pareció entender rápidamente sus palabras y asintió al instante mientras sus manos limpiaban torpemente las pasadas lágrimas, le sonrió ligeramente antes de dirigirse al baúl donde se encontraban sus pertenencias y sacar de ahí algunas vendas y otras cosas que le entregó al menor para que lo ayudara.

Fue él quien se acercó primero al castaño que comenzaba a ahogarse con sus lágrimas, tenía su rostro oculto entre sus manos y todo su cuerpo temblaba violentamente, colocó una mano sobre su hombro obteniendo un gemido ahogado y al castaño retrocediendo aterrorizado.

-Shhh-siseó, trató por segunda vez y acercó su mano hasta tomar la del menor que lo miraba como si fuera el mismísimo demonio-Vamos a curar esa herida, todo irá bien-prometió.

Demonically angelicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora