Capítulo 15

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— Callie... ¿Puedes dejarnos a solas un segundo ?— Pregunto a mi abogada con toda la calma de la que soy capaz.

Espero paciente a que O'Donovan abandone la sala, siguiendo sus zapatos de tacón de color esmeralda con la mirada, y tras observarlos perderse en el umbral de la puerta de madera maciza, me giro para escrutar al hombre que acaba de pedirme matrimonio.

— ¿Por qué no te ha asustado, Alex?— le pregunto

— ¿Qué? — pregunta él mientras frunce el ceño fuertemente.

— Máximo. He visto cómo Callie evitaba mirarlo a los ojos, cómo hasta su propio abogado temblaba ligeramente cada vez que Aguilar ponía sus ojos sobre él. Pero no tú. Tú lo has mirado, le has mantenido la mirada, y casi pareciera que ni siquiera capta tu interés. Explícame por qué.

— No entiendo...Simplemente creo que es un tipo despreciable, pero no me asusta. Eso es todo. — Dice con un gesto en sus labios.

— No es todo. Después de Máximo, aprendí a ver las diferencias entre simples detalles sin importancia y momentos que te cuentan toda una historia. Y si quieres que al menos tome en cuenta esa locura de la propuesta de matrimonio, Alex Hunt, al menos deberías ser sincero conmigo.

Alex se levanta y tras dar un ligero paseo alrededor de la estancia, vuelve a sentarse a mi lado, con la silla hacia mí.

— Escúchame, Candy. No sería un verdadero matrimonio. O al menos, no a todos los efectos. Tú y yo seremos marido y mujer para el mundo, pudiendo de esa manera acceder a la adopción de Kendra, dejando fuera a Máximo para siempre. 6 meses, Candela. Es el tiempo estipulado para que un matrimonio tenga validez. A lo sumo, un año, mientras la adopción sale. — Comenta emocionado con su idea.

Y a pesar de lo brillante de la solución, no puedo evitar sentir como una parte de mí se desmorona mientras miro sus azules ojos. “No sería un verdadero matrimonio”.

Por alguna extraña razón, había pensado que cuando me había pedido en matrimonio, había sido por otros motivos

¿Qué motivos, Candela? ¿Que el actor de Hollywood ha caído muerto de amor por la repostera? “

— Candy... ¿qué son 6 meses o un año si podemos asegurar el bienestar de Kendra y el tuyo?.

De repente no puedo pensar en nada que no sea Máximo. Volver a enfrentarme a su presencia ha sido la prueba fehaciente de que estos últimos 5 años no lo habían convertido en una mejor persona. De nuevo había vuelto a provocarme escalofríos al pasear su mirada sobre mi cuerpo, como si no valiera nada. Me había hecho volver a tensarme a la espera de que bramara una orden, algún comentario despectivo. El hecho de que Alex pudiera mirarlo sin el menor estremecimiento, me fascinaba. Aun así...era sospechoso. A mí no me tocaba la lotería. En mi mundo, los príncipes suelen convertirse en el monstruo.

— Es mi hija, Alex. ¿Por qué ibas a querer adoptar a una hija que no es tuya? ¿Cómo demonios le voy a explicar todo cuando pasen los 6 meses? ¿Y a tus padres? ¿Qué vas a contarles, Alex? Esto no es una de tus películas. — Me levanto y me dirijo a abrir la puerta para marcharme con o sin él.

Alex pone una mano en mi codo derecho, y me abrasa con la mirada.

— Amo a esa niña. Por si no te has dado cuenta, quiero a esa niña, y ella me quiere a mí. Tu actitud es cruel, y egoísta, aunque sea tu hija. Supongo que ahora mismo estás muy tensa, así que voy a darte tiempo para pensar esto, antes de que tomes cualquier decisión. — Dice agarrando su chaqueta acolchada, y saliendo.

Después de tres minutos, O' Donovan asoma su morena cabeza por la puerta.

— ¿Estás bien?. — Pregunta.

3,2,1...Action!!Where stories live. Discover now