Capítulo 4 -Animadora honoraria-

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Él me odiaba. Lo dijo, lo gritó con todas sus fuerzas en mi propia cara y yo lo sentí con cada célula de mi cuerpo. Él me odiaba y ni siquiera creía ser merecedor de semejante sentimiento tan cruel y profundo. Me sentía atraído por él y me acerqué de la manera equivocada, lo acepto, pero después sólo tuve buenas intenciones, sólo quería que dejara de vivir en una mentira y lo único que conseguí fue su odio. No era justo.

Mi hermano llegó en la noche con una actitud nefasta que era perfectamente comparable a la mía. Se puso a hablar del problema con Castiel pero lo hizo a medias, omitiendo los detalles escabrosos que lo convertían en el gran culpable de todo. Cuando le pregunté qué haría al respecto, sólo me respondió que estaba confundido. ¿A qué mierda se refería al decir eso? ¿Acaso estaba pensando en quedarse con Gabriel? Cuando se lo pregunté directamente, se quedó estupefacto, pues no tenía ni idea de que yo ya sabía todo. Trastabilló antes de preguntar de qué manera me había enterado.

"¿Es eso lo que más te interesa? Ah, Sammy... qué gran decepción", pensé. No sabía si tirarle un puñetazo o largarme de una buena vez a mi habitación. Estaba demasiado dolido como para soportar más idioteces.

-Dean, créeme, yo no quería hacerlo...

El puñetazo que hubiera querido poner en su rostro lo descargué sobre la mesa, haciendo saltar las cosas que había encima. Sam me miró como si yo estuviera loco.

-Si realmente no hubieras querido hacerlo, simplemente no lo hubieras hecho y ya -le dije, con la voz más sombría que hubiera escuchado alguna vez salir de mi propia garganta.

-Dean, cálmate -me pidió, alzando las manos en señal de paz- No entiendo por qué te afecta tanto, tú eres el que siempre termina engañando a sus parejas. Y oye, no digo que esté bien, pero... lo que ocurrió entre Gabriel y yo... No lo sé, fue algo que no pude evitar.

-Ok, digamos que es cierto, no lo pudiste evitar -me puse de pie y Sam se hizo hacia atrás, cual si se sintiera amenazado- ¿Sabes qué cosa hubieras podido evitar? Romperle el corazón a Castiel. Eso sí que lo podías evitar.

Atravesé la sala y empecé a subir los escalones, sólo quería refugiarme en mi habitación y poner música a todo volumen. Sin embargo, antes de que llegara al tercer escalón, Sam me dijo:

-Te gusta, ¿verdad? -me quedé en silencio y él añadió- No creas que sólo porque me equivoqué con él significa que tienes el camino libre. Castiel no es para ti, Dean.

Sonreí con amargura y le respondí:

-Tampoco para ti.

Papá entró por la puerta principal, acababa de llegar de su trabajo. Sam y yo adoptamos una sonrisa para recibirlo y cruzamos algunas palabras antes de ir a dormir. Cuando al fin estuve solo en mi habitación me derrumbé, me sentía hecho mierda.

Al día siguiente decidí adoptar una nueva actitud que me ayudara a lidiar con mis confusos y dolorosos sentimientos. Me levanté de la cama y, tras soltar el suspiro más largo que recordara, decidí que haría frente al rechazo de Castiel con mi indiferencia. Lo mismo haría con Sam, aunque con él sería más difícil puesto que vivíamos juntos. Sin embargo, cuando bajé a desayunar me di cuenta de que se había marchado más temprano y lo agradecí muchísimo.

Me fui a la escuela y justo en la entrada hallé mi primera prueba de fuego: ahí estaba Castiel discutiendo con Gabriel, quien estaba burlón y descarado como siempre. Castiel, lleno de furia, estuvo a punto de soltarle un golpe, se le fue encima y Sam tuvo que intervenir para separarlos. Se había formado un gran escándalo en torno suyo, no tardaron en aparecer los profesores y el problema tomó escalas mayores. Yo me limité a suspirar y me marché a clases, sin volver la vista a ninguno de los tres para ayudarlos.

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