Gokari es la hija menor de Goku y hermana melliza de Goten. Siendo la bebé de la familia es muy sobreprotegida por todos ellos.
Sin embargo guarda dos secretos celosamente. Ama las artes marciales tanto o más que Goku y tiene un gran sentimiento hac...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
3|Reencuentro agridulce.
Cuando me decidí por un vestido color menta floreado con un cinturón café y sandalias del mismo tono fui a maquillarme un poco. Puse algo de sombra del tono del vestido y la difuminé un poco con café. Aplique máscara a mis ya rizadas pestañas y termine con un brillo de labios rosa chicle.
Termine mi atuendo con unas ligeras ondas en mi cabello.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Acababa de abrochar la sandalia que me faltaba cuando escuche una voz conocida y de inmediato me tense de pies a cabeza.
—Pero que vergüenza Goku, como es posible que hayan pasado cinco años y ni una llamada siquiera.
—Pero Bulma es que no tenía nada que decir.—Decía mi padre mientras se rascaba la cabeza.
—Pero sí ustedes los saiyajin son todos iguales.— Contestó la mujer de pelo azul bastante indignada mientras se retiraba e iba por algo de comer. Si ella ya estaba aquí él probablemente esté en el cuarto de Goten. Me puse un poco de perfume, respire hondo y salí de mi habitación.
En la cocina me encontré a Gohan que llevaba un poco más de comida afuera donde era la fiesta.
—¿Necesitas ayuda?
—¿No crees que el vestido es muy corto?
—Es de la misma altura que la falda del uniforme y mamá lo compro, así que no. El vestido está bien.—le dije mientras le sacaba la lengua y tomaba una charola con sushi ya que Bills y Wiss estaban también aquí y a esos dos les encantaba. De paso tome un vaso de agua con hielos para bebermela, me moría de sed.
En cuanto al vestido, la falda de mi uniforme era más pequeña pero Gohan no tenía porque saberlo he a prendido a manejar a ese trío de celosos a lo largo de los años.
Me dirigí a la mesa y coloque la charola sobre una base de madera y le di un trago al agua. Al hacerlo por en borde del vaso vi esos ojos celestes que me encantan enmarcados por los mechones lilas que siempre estaban sobre su rostro.
