Capítulo 31

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-¡Sosténganla! -dije, y Fred y John la tomaron de los brazos. Me acerqué a Avril y le acaricié el rostro con cuidado! pero ella se alejó con miedo- Tranquila. -dije con cuidado y ella me miró con miedo- ¿Avril? -ella cerró los ojos con cuidado, me coloque detrás de ella y desaté las sogas que amarraban sus manos. Ella soltó un pequeño gemido. Me coloqué de nuevo frente a ella y miré sus muñecas, las cuales estaban moradas. Le iba a tomar las manos, pero ella las apartó- Avril, no te haré nada. -dije y ella me miró.

-Lo sé. -su voz sonó entrecortada.

-¿Entonces qué pasa? -pregunté y ella bajó la mirada a sus muñecas.

-Tengo miedo. -suspiró. Miré atrás de mi y ahí estaban todos mirándome. Al parecer ya se habían llevado a Summer. Bajé la mirada y giré de nuevo, para estar frente a Avril.

-No debes tenerme miedo, sabes que siempre te protegeré. -le acaricié el rostro y esta vez no se apartó, sólo me miró, para luego largarse a llorar en mi hombro. Yo la abracé igual, mientras escuchaba sus sollozos.

-Tenía mucho miedo -murmuró en mi oído, haciendo que mi corazón se rompiera-, pensaba que...b-comenzó a llorar de nuevo, mientras me abrazaba.

-Shh -la callé y me alejé un poco de ella-, ahora éstas bien. No sabes lo preocupado que estaba por ti. -dije apartando varios mechones de su cara.

-¿Cómo están los chicos? -preguntó tímidamente.

-Todos vinieron a rescatarte. -dije y ella asintió. En ese momento papá se arrodilló a mi lado.

-Hola, Avril. ¿Cómo te sientes? -preguntó y Avril hizo una mueca.

-Mal. -dijo sincera y papá asintió.

-Ya se llevaron a Summer a Azkaban. -dijo y Avril asintió algo triste. Papá le tomó el hombro y la miró- Lo superaras, eres una chica fuerte y tienes buenos amigo. -le sonrió y se levantó.

-Perdí a mis dos hermanos en cuestión de días, me siento muy mal. -dijo mirando al suelo.

-Papá lo dijo, Avril, lo superarás. -le sonreí y ella me abrazó.

-¿Entonces se canceló el torneo? -preguntó Avril, acostada en la camilla de la enfermería. Llegamos ayer en la noche y todo el día ha estado aquí. Madame Oomfrey dijo que estaba deshidratada y muy débil. Todos en Hogwarts la recibieron muy bien, en especial McGonagall, que se puso a llorar. Casi todos le trajeron regalos, o sea, dulces, los cuales ella dijo que los guardaran en su habitación.

-Sí, por petición de nosotros, y le cedimos la copa a Durmstrangs, aunque Krum no la quiso aceptar. Pero, aún así, se quedarán hasta fin de año.

-¿Cómo fue el entierro de Félix?-pregunto algo tímida.

-Todo Hogwarts fue, también vinieron tus padres, preguntaron por ti y por Summer, pero no sabíamos qué decirles. -dije suspirando- Creo que los más afectados fueron Krum y Zoe. -dije y ella asintió.

-Potter, es hora de que Avril descanse. -dijo Madame Pomfrey, entrando.

-¿Puedo quedarme unos minutos más? -pregunté rogando, ya eran cerca de las nueve y yo seguía aquí.

-No, mañana viene, podrá pasar todo el día con ella; será sábado. -dijo y yo asentí. Me levanté de la silla, para luego darle un beso en los labios- Nos vemos mañana. -le guiñé el ojo- Hasta mañana, Madame Pomfrey. -me despedí y salí de allí.

Narra Avril

-Creo que será mejor que duermas. -dijo Madame Pomfrey y yo asentí, me acomodé mejor en la camilla y cerré los ojos.

Estaba sumida en mis sueños, cuando siento que me mueven el hombro. Abrí mis ojos y no vi a nadie, así que pensé que era mi imaginación. Volví a cerrar los ojos y otra vez me sacudieron de nuevo el hombro. Abrí los ojos asustada. Ok, esta vez no fue mi imaginación. Sentí como si alguien me tapara la boca, y abrí los ojos a tope cuando vi que James se quitaba la capa de invisibilidad y me sonreía.

-Buenas noches, hermosa. -me sonrió.

-¿Qué haces aquí, James? -pregunté y él sonrió burlón.

-Vine a visitarte.

-Madame Pomfrey dijo que vinieras mañana. -dije bostezando.

-Ya es mañana, pequeña Avril. -le sonreí y él se sentó en la silla poniéndose serio- Sólo quería asegurarme de que estés bien. -dijo sincero, tomando mi mano y besándola.

-Estoy bien. -dije y él asintió.

-Quiero que estés mejor. -me sonrió- Sí me iré, sólo esperaré a que duermas. -dijo y yo asentí. Me acomodé en la camilla y él me comenzó a acariciar el pelo con una mano y con la otra me tomaba la mano.

-Estos jóvenes. No siguen las reglas. Son iguales a sus padres. -escuché decir a Madame Pomfrey, mientras caminaba de un lado al otro.

Abrí los ojos pesadamente por la luz del sol que me pegaba en el rostro. Miré a un lado y James estaba dormido aún tomando mi mano. ¿Se quedó a dormir? Qué tierno. Ya veo porqué Pomfrey se está quejando.

-Veo que despertaste. -dijo- Es hora de tu medicina. -vertió la medicina en una cuchara y me la dio. Yo con dificultad lo tomé y comencé a toser, haciendo que James despierte.

-¿Qué pasa? -preguntó sobresaltado y Madame Pomfrey lo miró de forma severa- Hola, Madame Pomfrey. ¿Cómo esta? -preguntó nervioso.

-Creo que le dije que tendría que venir hoy, no quedarse ayer. -dijo.

-Vine hoy, sólo que a las doce. -subió los hombros de forma indiferente.

-¡Avril! -escuchamos un grito y volteamos. Eran mis padres. Les permitieron venir sólo porque me secuestraron.

-¡Mamá, papá! -dije y ellos me abrazaron.

-¿Qué pasó? No nos quisieron decir que paso. -dijo preocupada mamá y yo bajé la mirada.

-La que me secuestró fue Summer. -dije lentamente- Ella ahora está en Azkaban. -dije con dificultad. Mamá se tapó la boca con sus manos y se puso a llorar. Yo miré a James y él me apretó la mano.

-Nos alegra que estés bien. -dijo papá y yo asentí. Los dos me abrazaron y comenzamos a hablar. Mis papás también hablaban con James, y le hablaban de Félix. Sé que hablar de él hacía que se desahogaran.

Le contaron de las medallas que él ganaba cuando era pequeño. Antes de entrar a Durmstrangs, papá y mamá nos metieron a mis hermanos y a mí a escuelas muggle, y a mi hermano siempre le gustaron las competencias de deportes que habían, y ganó muchas.

-Bien, Avril, creo que es hora de que nos vayamos. -dijo papá y asentí- Te amamos. -dijo.

-Yo también. -ellos salieron de ahí.

-¿Cómo estás? -me pregunto Zoe, entrando a la enfermería junto a Charlotte y Rose.

-Bien. -suspiré. En ese momento llegaron Albus, John, Scorpius y Fred, los cuales comenzaron a hacerme preguntas. Con calma, las respondí todas.

-Ahora las preguntas son para ti, Potter. ¿Por qué no llegaste a dormir? -preguntó Fred a James.

-Vine a dormir aquí. -dijo como si nada.

·Mi Vida En Hogwarts·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora